Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
CRÓNICA | El PSOE muta del alivio al desánimo, por Esther Palomera
INVESTIGACIÓN | La Policía espió a dos colectivos sociales madrileños
OPINIÓN | '¿Hasta dónde quiere llegar Sánchez?', por Neus Tomàs

El carnaval precristiano que resucita en la Montaña Palentina: “Llevamos sin celebrar el Antroido desde 1940”

Celebración de El Antroido en la Montaña Palentina.

Alba Camazón

Valladolid —

0

Cervera de Pisuerga recupera la mascarada del Antroido, que desapareció de la Montaña Palentina en 1940. Pero no replicará de manera rigurosa la tradición precristiana, sino que habrá libertad creativa. “La idea es que no haya ninguna idea. Hay que fluir un poco, no comprar cosas y sacar tu lado creativo”, explica Sonia Flores, una de las promotoras del nuevo Antroido, que se celebra el 16 de febrero.

No han recuperado muchos datos sobre cómo celebraba la Montaña Palentina el Antroido, aunque sí se sabe que había personas disfrazadas de carneros, un oso o de mujer, por los relatos de los más mayores.

“La idea no es recrearlo al 100%, sino coger parte de lo que conocemos y hacer una versión libre. Recuperar el carnaval tradicional y ampliarlo. Esto es por y para el pueblo”, explica Pedro Barbero, que también pertenece a la asociación La Anónima, organizadora del evento del sábado.

“Hasta ahora hemos hecho nuestro propio carnaval. La idea es unir al pueblo en torno a la fiesta, explican Flores y Carol Juez, que explican que ellas hicieron sus disfraces con objetos que tenían en su alrededor como hojas, líquenes, telas..; y con ello, crearon sus propios personajes. ”Se pueden incorporar nuevas cosas. No tenemos tanta información como para hacerlo de manera muy estricta. Sin comprar, solo reciclando lo que tenemos en la naturaleza“, expone Carol Juez.

Ambas participarán en el Antroido del sábado y animan a vecinos y turistas a participar de la fiesta. Este lunes se ha celebrado un taller para crear las máscaras del Antroido, para lo que han recomendado traer de casa trapos de colores, harapos, cortezas, hojas, sacos, huesos, piñas, líquenes... lo que tuvieran a mano.

El 'nuevo' Antroido de Cervera germina hace dos años, cuando un grupo de amigos decidió hacerse los disfraces. El año pasado, ganaron el primer premio del Carnaval de la Montaña de Cervera de Pisuerga y este han decidido dar un paso más y recuperar de manera libre, la fiesta. “Esto tiene que ser una iniciativa de la gente del pueblo, de la inercia de la gente. Va a tener espíritu de diversión y no solo ceremonioso, que se diviertan como lo hacían nuestros mayores”, afirma Jorge Ibáñez.

Cervera de Pisuerga prevé celebrar un pasacalles que amenizarán las Pandereteras de la Montaña Palentina, se quemará al 'tío' y se organizará un vino caliente (con actuación de Venacápacáfolk). Por la noche actuará el grupo cántabro Casapalma y después el DJ de folktrónica Castora Herz.

Un carnaval que se extinguió hace 80 años

“Unos se vestían de oso, se untaban barro y salían a la calle. A todo el que pillaban iba a embarrarle y a hacer picias”, recuerdan Felipe Vañes y Mauricio Llorente en el sexto número de Colección Historia de la Montaña Palentina, dos palentinos que recordaban cómo de niños habían vivido los carnavales en Celada de Roblecedo, una pedanía de Cervera que entonces superaba los mil habitantes. Cuando estalló la guerra civil y en la posguerra, se dejó de celebrar el Antroido. “Aquí con la guerra terminó casi todo”, reitera Vañes.

El autor del artículo que se recopila en este libro es Jorge Ibáñez, historiador y alcalde de Cervera de Pisuerga. “Hace años recopilé lo que se sabía del Antroido para que la gente más joven lo pudiera conocer y por si lo querían recuperar en algún momento, pero no pensé que me pillaría a mí”, afirma a este diario el regidor cerverano. En su versión más arcaica, se celebró hasta los años 40. En muchos sitios, como Estalaya, Verdeña y San Feliz, desapareció todavía antes.

“Los abuelos daban referencias de cuando eran niños”, apunta Ibáñez. Incluso las mujeres participaban en la fiesta del Antroido. “La madre de mi abuela era panderetera y este era el único baile en el que participaba y tocaba la pandereta en público”, recuerda. En Herreruela de Castillería se mantuvo hasta los 80, pero de manera “más moderna”, explica el historiador. El Antroido volvió a Herreruela ya fue “menos agreste” y contó con la participación de las mujeres, aunque desapareció cuando casi todo el mundo abandonó el pueblo. Ahora, viven solo 19 personas en Herreruela de Castillería, según el padrón.

La fiesta del Antroido servía para celebrar la llegada de la primavera y para liberarse de la rutina. “Había rivalidad entre pueblos y se robaban el queso o algo de comida. Parece que fue habitual que se fuera de las manos”, explica Jorge Ibáñez, que encontró una ordenanza de 1900 de Celada de Roblecedo en la que se prohibía disfrazarse de una figura religiosa como un fraile o un sacerdote, se restringieron las trovas dedicadas a gente del pueblo concreta, tampoco se permitía vestirse con ropa militar y los enmascarados debían retirarse las caretas al entrar en cantinas y tabernas para que el anonimato no facilitara los disturbios.

Según explica Ibáñez en su investigación, era frecuente que los mozos disfrazados de zamarrones fueran a otros pueblos en busca de pelea. “Hablamos de comunidades muy herméticas y cerradas; en Carnaval se podía ir un pasito más allá”, relata el alcalde de Cervera de Pisuerga.

La quema del 'tío'

Después del desfile, en los pueblos de la Montaña Palentina quemaban a un 'tío'. Formaban una especie de “paisano” con una cruz de palos y con ropa y luego, “a quemarle”, en palabras de Felipe Vañes. Normalmente se quemaba en el Piñueco, pero podía quemarse en otro sitio. “Simbolizaba los conflictos o algo negativa del pueblo, como una mala cosecha”, afirma Pedro Barbero. El pelele se quemaba en un alto cerca del pueblo. “Celada de Roblecedo estaba lleno de gente. Había tantas personas que cada barrio o colectivo hacía su propia quema del tío”, recuerda Carol Juez. Hoy, apenas quedan veinte empadronados.

Muchos de estos pueblos no volverán a ser lo que fueron y no puedan recuperar la población que perdieron a principios del siglo XX, pero aún quedan resquicios de lo que fue. Tantas décadas después del fin de esta mascarada, Herreruela de Castillería todavía queda un alto que se conoce como 'Las Peñas de Antroido'. Y los organizadores de la fiesta de este año esperan que sea un éxito. En palabras del alcalde de Cervera de Pisuerga: “Hemos cogido un pequeño rescoldo y ahora, a soplar, a ver si hacemos una pequeña lumbre”.

Etiquetas
stats