Borràs asume la presidencia de Junts pero Turull da un golpe de mano en la votación

Arturo Puente

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El congreso de Junts debía ser tranquilo de trámite e incruento, con una candidatura de unidad entre Laura Borràs y Jordi Turull que toma las riendas este sábado como presidenta y secretario general, respectivamente. Sin embargo, Turull se ha llevado una inesperada victoria en las votaciones cuando se ha convertido en el nombre que ha obtenido más apoyo individual de las bases, con 1.854 votos, contra los 1.776 que se ha llevado Borràs. Incluso la candidata a una de las vicepresidencias, Anna Erra, ha obtenido más, 1.791 en total. El orden de los votos no cambia los puestos que ocuparán cada uno, pero permite al exconseller demostrar que sería capaz de hacer frente a una batalla contra Borràs ante las bases, lo que tendrá su importancia en la segunda parte del congreso, los días 16 y 17 de julio, cuando deban pactar cómo se reparten el poder orgánico.

Borràs y Turull han tomado de esta forma las riendas de Junts, en relevo de Carles Puigdemont y de Jordi Sànchez. El primero se retira para centrarse en las cuestiones europeas y como eurodiputado; el segundo tras dos años en los que ha tenido cierta contestación interna que ha acabado desgastándole como líder efectivo. La nueva etapa estará capitaneada por el tándem Borràs-Turull y deberá servir de reimpulso para un partido que en los últimos años ha visto cómo perdía fuerza electoral y, junto a ella, la presidencia de la Generalitat.

Pese a que el momento que vive la formación no es dulce, las intervenciones tanto de los líderes salientes como de la Ejecutiva entrante han dejado claro que no habrá giros ideológicos. “¡Este el país del San Volvamos [sant tornem-hi,]!”, ha proclamado Turull, que ha reivindicado un Junts que siga incidiendo en la vía de la confrontación. “No hemos venido para gestionar la resignación sino para hacer emerger la determinación”, ha afirmado el secretario general. Por la mañana, Puigdemont había llamado a su partido a no abandonar la vía del independentismo pese a las “renuncias y desmovilización” del movimiento, mientras que Sànchez había subrayado que la vía del diálogo con el Gobierno es inútil.

En su primer discurso como presidenta de Junts, Borràs se ha declarado “puigdemontista”. “Ser puigdemontista es ser independentista y si en Junts per Catalunya si alguna cosa somos es independentistas, pero además es ser independentista ambicioso, insobornable, comprometido, determinado e independentista con voluntad de suma y sentido de país”, ha dicho. Tras una largo reparto de agradecimientos tanto al equipo saliente como a diversas personas que han acompañado al partido durante los últimos cinco años, Borràs ha asegurado que la nueva ejecutiva de unidad es “la imagen de la solvencia para avanzar hacia la independencia”.

El congreso de este sábado debe ser, en palabras de la nueva presidenta, un “punto de inflexión” que “impulse” el partido. La líder además ha marcado los principales hitos que tiene su formación por delante: la escritura de las nuevas ponencias, en la segunda parte del congreso y la confección de las listas municipales. “Sumar para multiplicar no es un lema ni un eslogan, es lo que os pido que practiquemos cada día, porque unidos somos más fuertes”, ha reclamado.

La llegada de Borràs al máximo cargo orgánico de la formación coincide con uno de los peores momentos de su caso judicial por corrupción, después de que un funcionario imputado en la causa de los contratos a dedo de la Institución de les Lletres Catalanes (ILC), Roger E.P., haya aportado nuevos indicios contra la presidenta del Parlament. También en los últimos días elDiario.es ha publicado en exclusiva los audios que demuestran que Laura Borràs pidió a este mismo funcionario que le avisara si los Mossos se presentaban al ILC preguntando por los contratos sospechosos.

Más allá de los nubarrones en su futuro judicial, Borràs deberá ahora pactar con Turull el reparto de las funciones ejecutivas de Junts, un compromiso que ella misma exigió para avenirse a sumarse a la candidatura conjunta y evitar un congreso dividido. La votación de este fin de semana, sin embargo, ha aflorado que el gran tirón de la presidenta del Parlament entre las bases, que ha sido siempre su principal arma, se ha resentido en los últimos meses. Por su parte, Turull ha sido capaz de aglutinar a diversos sectores del partido y toma el relevo de una secretaria general que desde el nacimiento del partido había tenido amplios poderes ejecutivos pero que ahora deberá compartir.