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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Hay banqueros arrepentidos, pero son poquitos

El semanario francés Le Nouvel Observateur de esta semana dedica un jugoso reportate a los escasos banqueros arrepentidos, tras la emisión el 24 de setiembre por el canal televisivo Arte de un documental sobre la falta de regulación eficaz del mundo de las finanzas por parte de los poderes públicos que tienen la obligación de controlarlo. El presidente de la comisión de mercados de la Autoritat de los Mercados Financieros francesa, el banquero Jean-Michel Naulot, ha renunciado al cargo completamente escandalizado per la conducta del sector económico al que ha dedicado 37 años de su vida profesional y ha publicado el libro Crise finacière: pourquoi les gouvernements ne font rien, dirigido a los “ciudadanos indignados que quieren comprender”. La portada del libro lleva una vistosa faja con la frase “Un banquero abandona el silencio”.

“La situación no había nunca sido tan explosiva. Los gobiernos aceptan la dictadura de los mercados. Para salvar sus plazas financieras y sus empleos renuncian a desactivar la central nuclear”, declara Naulot a Le Nouvel Observateur. Explica que la mitad de las finanzas mundiales forman parte del shadow banking que elude toda regulación, la banca especulativa en pleno crecimiento pese al destrozo sistémico que ha causado los últimos años. Los bancos centrales rescatan a las entidades bancarias en dificultad y los fondos públicos inyectados van a parar a los “subterráneos de la especulación” más que a los créditos a pequeñas y medianas empresas. Los hedge funds o fondos especulativos gestionan en la actualidad 2.000 miliardos de dólares, más que antes de la crisis.

El antiguo trader del banco BNP Paribas y actual dirigente de la ONG Finance Watchs (Vigilar las Finanzas), Thierry Pilipponnat, expone que los productos financieros especulativos de alto riesgo representaban tres veces el PIB mundial en 1998, diez veces en 2012 y veinticinco veces dentro de de diez años, “si no se toman decisiones importantes”. Acto seguido, entre otros testimonios de profesionales críticos del sector bancario, el analista financiero y antiguo empleado de HSBC, Chistophe Nidjam, afirma que los cuatro grandes bancos franceses “tienen secuestrados al Estado y a los contribuyentes”. A modo de conslusión el veterano banquero Jean-Michel Naulot dice dos cosas claras y succintas. La primera: “Bastaría con una veintena de reformas técnicas no tan complicadas para calmar el juego”. Y la segunda: “Ciudadanos, movilizaros”.

El semanario francés Le Nouvel Observateur de esta semana dedica un jugoso reportate a los escasos banqueros arrepentidos, tras la emisión el 24 de setiembre por el canal televisivo Arte de un documental sobre la falta de regulación eficaz del mundo de las finanzas por parte de los poderes públicos que tienen la obligación de controlarlo. El presidente de la comisión de mercados de la Autoritat de los Mercados Financieros francesa, el banquero Jean-Michel Naulot, ha renunciado al cargo completamente escandalizado per la conducta del sector económico al que ha dedicado 37 años de su vida profesional y ha publicado el libro Crise finacière: pourquoi les gouvernements ne font rien, dirigido a los “ciudadanos indignados que quieren comprender”. La portada del libro lleva una vistosa faja con la frase “Un banquero abandona el silencio”.

“La situación no había nunca sido tan explosiva. Los gobiernos aceptan la dictadura de los mercados. Para salvar sus plazas financieras y sus empleos renuncian a desactivar la central nuclear”, declara Naulot a Le Nouvel Observateur. Explica que la mitad de las finanzas mundiales forman parte del shadow banking que elude toda regulación, la banca especulativa en pleno crecimiento pese al destrozo sistémico que ha causado los últimos años. Los bancos centrales rescatan a las entidades bancarias en dificultad y los fondos públicos inyectados van a parar a los “subterráneos de la especulación” más que a los créditos a pequeñas y medianas empresas. Los hedge funds o fondos especulativos gestionan en la actualidad 2.000 miliardos de dólares, más que antes de la crisis.