El gobierno central transfirió 3.000 millones a Fabra que le niega a Puig

La Generalitat sigue pidiendo al gobierno central por tierra, mar y aire el dinero necesario para evitar la asfixia financiera de la administración valenciana. Este viernes, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha exigido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “sensibilidad” y “altura de miras” para no utilizar como “herramienta partidista” las transferencias de fondos.

Oltra ha sustentado su petición con cifras. Según la líder de Compromís, el ejecutivo del PP margina al gobierno valenciano, formado por el PSPV-PSOE y la coalicion valencianista. Durante el primer semestre de 2015, con el PP valenciano en la Generalitat, Madrid había transferido 3.135 millones de euros. 2.438 con cargo al FLA -un instrumento para dar liquidez a las autonomías- y 697 con cargo a la liquidación del sistema de financiación autonómico, el reparto reglado de los impuestos finalmente recaudados.

En 2016, sin embargo, la Generalitat -que sigue negociando un plan de ajuste con el Ministerio de Hacienda- no ha recibido dinero con cargo al FLA. Y en vez de recibir el 73% de la liquidación -como pasó con el Consell del PP- sólo ha recibido el 43%, 427 millones menos de lo que en 2015 hubiera correspondido. En total, casi 3.000 millones menos.

Oltra pide “explicaciones”, respuesta “a estos interrogantes”. A priori, dice la vicepresidenta, ni las elecciones autonómicas a las que se enfrentaba en 2015 el PP desde el gobierno ni la presencia, ahora, de un gobierno progresista en la Generalitat, justificarían esa diferencia de trato.

Este mismo jueves, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, remitió una carta al jefe del Gobierno en funciones exponiéndole que la situación financiera de la Generalitat “es límite”. “Que los proveedores, los dependientes o que los funcionarios cobren la parte de la extra que se les adeuda, debe depender siempre de criterios objetivos y de plazos preestablecidos”. A juicio del Consell, Rajoy margina a los valencianos para castigar a su gobierno por razones partidistas.