Los tuiteros que lanzaron mensajes ofensivos contra el niño que quería ser torero se arrepienten y piden su absolución

Europa Press

Valencia —

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Los tres jóvenes que lanzaron mensajes ofensivos en redes sociales contra Adrián Hinojosa, un niño enfermo de cáncer que quería ser torero y que acabó falleciendo en abril de 2017, han mostrado su arrepentimiento por las publicaciones que realizaron en Twitter y Facebook y dos de ellos se han dirigido directamente al padre del menor para pedirle disculpas. Los tres han pedido su absolución, mientras que las acusaciones reclaman para ellos entre uno y tres años de prisión.

Así lo han manifestado este lunes en el juicio, que ha tenido lugar en el Juzgado de lo Penal número 2 de València. La Fiscalía acusa a los tres internautas de un delito contra la integridad moral y solicita un año de prisión para cada uno de ellos.

La acusación particular, ejercida por el padre del niño, Eduardo Hinojosa, y la Fundación Toro de Lidia, califica los hechos como delito de odio, por lo que solicita tres años de prisión para dos de ellos y dos para el tercero, además de 3.600 euros de multa para cada uno o, subsidiariamente, dos condenas por injurias graves y una por integridad, con penas de hasta dos años, así como 30.000 euros de indemnización.

Por su parte, la acusación popular, la Asociación Nacional de Afectados por Internet y las Nuevas Tecnologías (Anfitec), solo acusa a dos de los procesados por delito de odio y reclama un año y medio de cárcel para cada uno y multa de 12.000 euros para uno y de 3.000 para el otro. Las tres defensas coinciden en pedir la absolución de los acusados.

En su declaración, el primero de los acusados ha explicado que publicó un “tuit económico”, según lo ha definido, en referencia a que vio en las noticias que había una corrida benéfica y la familia del niño se iba a quedar el dinero --información que fue finalmente corregida-- y lanzó este mensaje porque a su abuela le dieron el alta con gastroenteritis y acabó falleciendo, por lo que quiso expresar su enfado por los recortes en sanidad.

“Tuits políticos y económicos”

Ha asegurado que no deseaba la muerte del niño y ha señalado que el contenido de su mensaje, en la que decía que le “importaba tres cojones” el fallecimiento de Adrián, responde a una “expresión andaluza”. “Son tuits políticos y económicos. No sé por qué estoy aquí. Mantengo lo que digo aunque está mal expresado”, ha defendido.

Asimismo, ha indicado que habló con la tía del menor “y lo entendió perfectamente” y ha afirmado que iba a salir en un programa de televisión para pedir perdón y convencer al padre de que no quería “hacer daño”, pero saltó una noticia de más relevancia y cancelaron su entrevista. Además, ha negado que su mensaje tuviera relación con la afición de Adrián por la tauromaquia.

En su turno de última palabra, se ha dirigido directamente al padre de Adrián, presente en la sala, para excusarse: “No ha sido la mejor manera de expresarme. Entiendo perfectamente el dolor que has podido tener”, ha manifestado.

“Perfil privado”

La acusada que publicó su mensaje en Facebook ha justificado que su perfil en esta red social es privado y que estuvo publicado muy poco tiempo, “menos de diez minutos”, tras lo que pidió perdón y lo borró. “Desde luego, no son formas, por eso lo borré, no quería dañar a la familia, si hubiera querido hacer daño hubiera utilizado otra plataforma”, ha sostenido.

Ha apuntado también que no ha pedido perdón a la familia y que no ha tenido “ocasión” de hablar con esta y ha afirmado ante el juez que se arrepiente “de haber escrito algo en caliente y sin pensar”.

“No me gusta la tauromaquia. Soy antitaurina, no me gustan los toros, pero no tengo odio, solo estoy en contra. No había ninguna intención, lo vi, me enfadé y lo escribí y lo borré. Es que no me gustan los toros, no hay más. Era claramente era ofensivo lo que escribí, por eso lo borré”, ha razonado.

“El karma me lo ha devuelto”

El último de los acusados ha reconocido que pudo hacer daño con su mensaje y ha explicado que estaba “enfadado”, pero no está “ni a favor ni en contra” de la tauromaquia. “A los cinco minutos lo borré, porque era una estupidez. Tenía 18 años, era un chaval, no sabía lo que hacía. Intenté hablar con la familia pero no me contestaba”, ha expuesto, al tiempo que ha destacado que tenía solo “30 o 40 seguidores”, por lo que su publicación “no llegó a mucha gente”.

Este acusado también ha hecho uso de su última palabra, cuando ha reconocido que lo que hizo “no estuvo bien” e, igualmente dirigiéndose al padre, le ha pedido disculpas y ha contado que después de su publicación, a su padre le detectaron un cáncer. “En su momento no sabía lo que era y el karma me lo devolvió”, ha concluido.

Amenazas al padre

Eduardo Hinojosa, padre del menor fallecido, ha declarado como testigo en el procedimiento y ha recordado que tuvo conocimiento de los mensajes por las redes sociales y por un amigo que le contó que había gente “deseando la muerte” de su hijo. Ha señalado que el niño, de ocho años en aquel momento, “se enteró de lo mínimo”, pero no se lo pudo “esconder” todo y “le dolió mucho”. También ha revelado que recibió mensajes privados con amenazas de muertes y fotografías de armas de fuego.

Ha destacado que todo este episodio fue “bastante duro para la familia” y ha comentado que ninguno de los acusados se ha puesto en contacto con él, aunque su hermana le dijo que uno de ellos quería hacerlo, pero “nunca lo hizo”.

El caso de Adrián saltó a los medios de comunicación después de que, tras la celebración de un festival benéfico en València para recaudar fondos destinados a la Fundación de Oncohematología Infantil del Hospital Niño Jesús, algunos usuarios de redes sociales hicieran públicos mensajes como 'Que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que quiere curarse para matar a herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir'.