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Seis recetas para elaborar helados veganos en casa

Foto: Pixabay

Cristian Vázquez

1. Helado de almendra y chocolate

Un helado sabroso y muy fácil de hacer, para comenzar. Solo hacen falta un bote de yogur de soja, 30 gramos (gr) de chocolate sin lácteos (cualquiera del tipo “para fundir”), una cucharada de crema de almendras y una cucharada de almendras en polvo o en trocitos. La forma de elaboración es tan simple como rallar el chocolate en primer lugar y luego mezclar todos los ingredientes y batirlos bien hasta obtener un resultado cremoso.

Se coloca en un recipiente -puede ser un vasito de plástico que luego se pueda romper para mantener la forma del helado- y, tras unas tres horas en el congelador, estará listo para comer. Como explica la web Begin Vegan Begun, al momento de servir se puede adornar con unos chorritos de chocolate caliente fundido en el microondas. 

2. Helado de aguacate y lima

Esta propuesta también es muy simple. Hacen falta dos aguacates maduros, una lima y dos plátanos. Estos últimos funcionan como base para la mezcla, ya que además de sabor y dulzura aportan consistencia. De hecho, también se pueden hacer muchos otros tipos de helado con esta misma base. En este caso, hay que cortar los plátanos y los aguacates en trocitos bien pequeños, y luego dejarlos en el congelador alrededor de tres horas.

Después de ese lapso, se trituran en la licuadora o batidora, se añade el zumo de la lima y se vuelve a triturar, hasta obtener una mezcla cremosa. Si queda poco dulce, se puede añadir algún edulcorante, o bien más plátano. Por último, se puede volver a guardar en el congelador durante unos minutos antes de disfrutarlo. O, tal como apunta el blog Mis Recetas Veganas, si no se licuó demasiado, se puede servir directamente al terminar de triturarlo. 

3. Helado de mantequilla de cacahuete

Esta receta es algo más elaborada que las anteriores, porque incluye más variedad de ingredientes: 400 mililitros (ml) de leche de coco, 60 gr de mantequilla de cacahuete, 30 gr de frutos secos sin sal y sin tostar, 30 gr de azúcar moreno y 30 gr de jarabe de agave (planta también llamada pita). Además, una cucharada de extracto de vainilla y tres de aceite de coco fundido.

El primer paso el colocar, ya la noche anterior, los frutos secos en remojo. Al día siguiente, cuando ya estén blandos, se trituran en la licuadora. Lo que sigue es muy simple: se añaden el azúcar, el jarabe, la leche y el aceite de coco, el extracto de vainilla y, por último, la mantequilla de cacahuete. Se mezcla bien, siempre hasta lograr la consistencia cremosa característica del helado, y se guarda durante dos horas en el congelador. Según la web Natursan, conviene remover la mezcla después de la primera hora en el congelador para evitar que se formen cristales. 

4. Polos de mousse de chocolate

Una decena de sabrosos polos de mousse de chocolate, un postre perfecto para una cena de verano: ese es el objetivo de esta receta. Se necesitan 300 ml de agua (algo así como un vaso y medio), una cucharada y media de azúcar, la misma cantidad de agar-agar y 120 gr de chocolate negro sin lácteos. Además, 80 ml de leche de soja, 50 ml de nata de soja y una cucharada de maicena disuelta en 50 ml de agua fría. Y también, desde luego, el molde y los palitos para los helados.

El primer paso es disolver el agar-agar en el agua. Para ello, se coloca la mezcla en una cacerola mediana a fuego fuerte, cuando entra en ebullición se baja a fuego medio y se revuelve con suavidad. Desde la ebullición, la sustancia tardará entre 2 y 4 minutos en deshacerse en el agua. Entonces se añade el azúcar, y un par de minutos después la maicena, sin dejar de revolver. Se vuelve a subir el fuego y, cuando entre en ebullición otra vez, se quita la cacerola del fuego y se deja enfriar unos diez minutos.

Durante ese lapso, se derrite el chocolate negro y se funde con unos 50 ml de leche de soja. La primera mezcla, tras dejarla reposar, hay que batirla a velocidad media, y agregar -sin dejar de batir- la leche de soja restante (unos 30 ml) y la nata de soja. A esto se suma después el chocolate fundido y se sigue batiendo unos 3 o 4 minutos más, hasta que en la superficie se formen burbujas. Una posibilidad opcional, propuesta por la web CreatiVeganCreatiVegan: añadir pepitas de chocolate o crocantis de avellana o de almendra para decorar y sumar un toque de sabor. Luego se coloca en los moldes y se guarda en el congelador durante al menos cuatro horas. 

5. Helado de galletas María

Para esta receta se pueden usar las clásicas galletas María u otras similares, siempre y cuando -para que sean veganas- no incluyan ingredientes de origen animal. Se deben trocear unos 100 gr de galletas y, para que se ablanden, colocarlas en un cuenco con medio vaso de leche vegetal. Luego se introducen 100 ml de nata de almendra o soja, dos cucharadas de sirope de agave y unas gotas de esencia de vainilla (o vainilla natural). Y se bate hasta obtener como resultado una sustancia cremosa y suave.

También en este caso las pepitas de chocolate o crocantis de frutos secos pueden añadir valor, tanto en cuanto al sabor como a la decoración. Así lo recomienda el blog Vegana porque me da la gana. Hecho todo esto, se vierte la masa en un molde y se guarda en el congelador. Ha de estar allí entre una hora y media y dos horas, pero a los 40 minutos conviene retirarla para revolverla y evitar así que se cristalice. 

6. Helado de frutos del bosque

Por último, otra receta de mucha sencillez, un helado elaborado a partir de un producto bien fresco y natural: frutos del bosque, de los cuales se necesitan el equivalente al contenido de tres vasos. Además de eso, lo que se precisa es un aguacate maduro y tres cucharadas de sirope de agave. El procedimiento no incluye mayores misterios: hay que triturar todos los ingredientes en una licuadora o batidora hasta obtener una mezcla con la textura y consistencia cremosa ya descrita.

En este caso, es el aguacate el producto que funciona como base. Los frutos del bosque, por un lado, teñirán el helado de su intenso y característico color rojo, como apunta la web VegaffinityVegaffinity. Colocada en un bol de cerámica o de cristal, la mezcla se guarda en el congelador durante una o dos horas, en función del grado de solidez que se desee obtener. 

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