Cómo limpiar de forma segura y efectiva las pantallas y teclados de tus aparatos electrónicos

Cómo limpiar pantallas y teclados.

Inés Aguerri Alonso

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El móvil, la tableta, el ordenador portátil o de mesa, la televisión… Nuestro día a día está marcado por el uso de diversos aparatos tecnológicos que, debido a su uso diario, acaban por necesitar una buena limpieza en sus pantallas y teclados. Hacerlo adecuadamente evitará daños en ellos y mejorará su calidad al eliminar la suciedad.

Además, hacerlo también supondrá un plus para nuestra salud e higiene. Entre otras investigaciones, una revisión de 56 estudios sobre los microbios encontrados en móviles llevada a cabo por la universidad australiana Bond, llegó a la conclusión de que, de media, el 68% de los teléfonos móviles están contaminados por hongos y/o bacterias.

Sea por higiene, por alargar la vida útil de nuestro aparato electrónico, por su estética o por todas estas razones a la vez, es buena idea realizar estos sencillos trucos de vez en cuando para mantener a punto la limpieza de sus pantallas y teclados.

Cómo limpiar la pantalla de mi móvil, tableta o televisor

Lo cierto es que los trucos para limpiar la pantalla son bastante similares en los diferentes aparatos tecnológicos, ya que en todos ellos reina una premisa fundamental: no dañarla en el intento. 

Para ello se venden kits de limpieza específicos o toallitas para pantallas, aunque lo cierto es que no son estrictamente necesarias, ya que es probable que en casa o en el supermercado (y por precios más económicos) encuentres los materiales adecuados para hacerlo.

Sea cual sea el aparato que queremos limpiar, lo ideal es apagarlo, desconectarlo de cualquier fuente externa y dejarlo enfriar. 

Para continuar, debemos conseguir paños de microfibra o, en su defecto, gamuzas. Puede parecernos que el papel de cocina, el papel higiénico, una bayeta o cualquier otro paño es una buena herramienta, pero son tejidos demasiado duros que pueden rayar o dañar las pantallas y soltar pelusas que se queden incrustadas en alguna parte del dispositivo.

Una vez conseguidas, pasaremos el paño de microfibra en seco por la pantalla para eliminar los posibles restos de polvo, siempre de forma superficial, sin aplicar en ella mucha presión, ya que es posible que la dañemos si lo hacemos con fuerza.

Si vemos que la pantalla no está demasiado sucia o solo queremos hacer una limpieza un tanto superficial, el siguiente paso consistirá en humedecer el paño de microfibra con agua: este nunca debe gotear, solo notarse un poco húmedo. Continuaremos frotando con delicadeza la pantalla para después secarla con otro paño de microfibra completamente seco.

En los casos en los que esta limpieza no sea suficiente, recurriremos al alcohol isopropílico del 90% o más. Para utilizarlo, lo idóneo es realizar una mezcla que nos sirve para limpiar cualquier tipo de pantalla: dicho alcohol y agua destilada a partes iguales en un pulverizador. En su defecto, puede utilizarse una mezcla de agua con una cantidad pequeña de jabón neutro.

Una vez hecha la mezcla, la pulverizaremos sobre el paño de microfibra, nunca directamente en la pantalla, ya que esto podría provocar daños por filtración de líquidos en el dispositivo. Una vez hecho, realizaremos la limpieza con delicadeza, sin aplicar demasiada presión y posteriormente secaremos la pantalla con un paño o gamuza seco.

Debemos usar este tipo de alcohol porque es lo más beneficioso para el aparato tecnológico en cuestión: no daña la pantalla, se evapora rápidamente en el caso de introducirse en algunas ranuras y es efectivo eliminando suciedad y grasas. 

De hecho, uno de los fallos más comunes es utilizar cualquier producto de limpieza para limpiar las pantallas. Es importante no utilizar ni alcohol sanitario ni otros productos químicos como el amoniaco, la lejía o el limpiacristales, ya que son demasiado abrasivos y pueden provocar daños en los materiales que conforman el dispositivo.

Para completar la limpieza, puedes aprovechar y repasar las partes de plástico de tu aparato electrónico, como por ejemplo el soporte o la parte posterior de la televisión o del ordenador de mesa.

¿Cómo debo limpiar mi teclado?

En primer lugar, debemos desconectar del ordenador el teclado en los casos en los que sea posible. Una vez hecho, damos la vuelta al teclado para agitarlo y dejar que caiga todo el polvo y suciedad acumulado. En los casos en los que no sea posible, como en los ordenadores portátiles, debemos pasar sobre él un paño para eliminar la suciedad más superficial. 

Posteriormente, con la ayuda de un bote de aire comprimido soplaremos en los espacios entre las teclas para eliminar el polvo y otra suciedad. También nos resultará beneficioso hacernos con un cepillo de dientes sin usar para 'barrer' el teclado y conseguir eliminar aquella suciedad que pueda estar más incrustada. 

Aprovecharemos la mezcla de alcohol isopropílico y agua destilada que hemos utilizado para limpiar la pantalla y pulverizaremos un poco de la misma en un paño de microfibra o gamuza para eliminar la grasa que se haya quedado en las teclas. 

También podemos humedecer con ella levemente hisopos (a poder ser con punta) para ir recorriendo el camino entre las teclas, donde se acumula bastante la suciedad.

En ocasiones, cuando la suciedad es extrema, podemos optar por retirar las teclas para limpiarlas exhaustivamente. Para ello, necesitaremos un cuchillo de punta o extractores de teclas específicos para esta tarea, no sin antes sacar una fotografía para recordar dónde va cada una.

Una vez extraídas, deberás ponerlas a lavar en un bol con agua y pastillas de limpieza de dentaduras postizas como opción más efectiva para eliminar aceites, limpiar y esterilizar, o en su defecto, una mezcla de agua con un poco de jabón lavaplatos. 

Pasadas unas seis horas a remojo, debemos ponerlas a secar sobre un trapo o papel de cocina. Mientras tanto, aprovecharemos para eliminar la suciedad del teclado interior 'soplando' con el bote de aire comprimido, 'barriendo' con el cepillo de dientes y pasando hisopos secos por las estructuras donde se colocan las teclas.

Una buena opción para evitar que nuestro teclado se ensucie en exceso es utilizar fundas de teclado, cubrirlo cuando no se esté utilizando, lavarse las manos antes de usarlo y evitar comer o beber durante su uso.

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