Seis plantas de interior comunes y potencialmente tóxicas para las personas

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Cristian Vázquez

Las plantas de interior desempeñan un papel importante en muchos hogares, tanto por lo que ofrecen a nivel visual como por su aroma y por la vida que representan. Incluso muchas de ellas ayudan a mejorar la calidad del aire, ya que eliminan ciertas partículas tóxicas emitidas por disolventes, pinturas y tintas de impresora, entre otros productos de uso común. Pese a ello, muchas ofrecen también un aspecto negativo: pueden ser tóxicas para los seres humanos, y también para las mascotas.

De hecho, en 2004 entró en vigencia una Orden del Ministerio de Sanidad y Consumo, que “establece la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringidapor razón de su toxicidad”. El motivo alegado para esta resolución (la Orden SCO/190/2004, de 28 de enero) es que “el auge del comercio y uso de las plantas con fines medicinales que se está produciendo en los últimos años aconseja el desarrollo de dicha previsión legal con el fin de garantizar un elevado nivel de protección para la salud de los consumidores”.

Por lo tanto, esto no quiere decir que no se pueda tener estas plantas en el hogar, o que quienes las tengan deban deshacerse de ellas de inmediato. Pero sí que conviene estar advertidos acerca de sus riesgos y tener en cuenta ciertos recaudos, como lavarse las manos cuidadosamente después de manipularlas o trabajar con ellas. El listado incluido en la citada normativa enumera 197 especies de plantas, algunas de presencia común en muchos espacios cotidianos, como las seis que se describen a continuación.

Las seis tóxicas de tu casa

1. Filodendro

Con el filodendro ocurre algo que es muy habitual en la botánica: su nombre no indica un solo tipo de planta, sino un género, el cual -en este caso- incluye más de 700 especies. Es decir, hay más de 700 clases de filodendros. Son originarios de las zonas tropicales de América y por eso se adaptan muy bien al clima de interior (aunque muchos filodendros crecen trepados a otras plantas o árboles). ¿Cuál es el problema? Pues que todas sus partes contienen oxalato de calcio(la sustancia más común en los cálculos renales) en forma de cristales, llamados rafidios.

Se trata de un compuesto químico muy nocivo en caso de ingestión: una dosis pequeña puede ocasionar hinchazón y picor en la boca y la garganta, mientras que una cantidad superior puede derivar en problemas digestivos graves y dificultades respiratorias (e incluso podría ser fatal si se consume una cantidad muy grande). Si bien pareciera poco probable que alguien coma un pedazo de filodendro, no lo es tanto en niños y mascotas.

2. Crisantemo

El crisantemo es una de las plantas más efectivas para eliminar los cuerpos orgánicos volátiles (como benceno, formaldehído, percloroetileno, estireno, tolueno y xireno) que contaminan el aire y pueden afectar la salud de las personas. Sin embargo, también ofrece un costado negativo: figura en la lista de plantas tóxicas del Ministerio de Sanidad. Esto se debe a que produce mucho poleny entre sus componentes hay elementos que pueden causar alergiay dermatitis por contacto, con sus consecuencias más comunes: irritación y picor en la piel, ampollas y vesículas.

3. Difenbaquia

Es otro género muy valorado entre las plantas de interior, en particular por la belleza de sus manchas blancas sobre sus hojas verdes. Su nombre es un homenaje a Ernst Dieffenbach, naturalista alemán, amigo de Charles Darwin. Igual que el filodendro, la difenbaquia proviene de zonas cálidas de América Central y del Sur y contiene rafidios que resultan tóxicos si se ingieren, se mastican y -sobre todo- si entran en contacto con los ojos o la sangre. Lo positivo, en este caso, es que la especie más cultivada es la Dieffenbachia bowmanii, que no está entre las más tóxicas (las más nocivas son las bausei, marianne, picta y sequine).

4. Hortensia

No todas las plantas de interiorque presentan riesgos son tropicales. La hortensia, una planta originaria de Japón, China, Corea y otras regiones asiáticas, ofrece una gran belleza ornamental, pero también su alto contenido de hidrangerina, un glucósido cianogético que, al ser ingerido, produce un efecto similar al del cianuro: paralizar la respiración celular.

En consecuencia, los síntomas para la persona que lo consuma por accidente pueden ir desde dolor de estómago, diarrea y vómitos hasta taquicardia y asfixia e incluso paradas respiratorias (aunque, desde luego, el gusto desagradable tanto de esta planta como de las anteriores hace que esto resulte muy improbable).

5. Espatifilo

Esta planta, también conocida como cuna de Moisés, vela del viento, flor de la paz o lirio de la paz (aunque en realidad no es un lirio), requiere poca luz solar y es una gran purificadora de aire. Por eso, elSpathiphyllum wallisii-su especie más común- también suele ser muy valorado en los hogares españoles. El problema es que también cuenta con una elevada presencia de cristales de oxalato de calcio, por lo cual los riesgos de intoxicación y sus consecuencias se parecen a los del filodentro y la difanbaquia.

6. Oreja de elefante

La oreja de elefante o alocasia también está entre las plantas más demandadas para la decoración de espacios interiores. Originarias del Asia tropical, deben su nombre más común al parecido entre sus grandes hojas y las orejas de los paquidermos. Más allá de su atractivo, contiene el ya descripto oxalato de calcio y también aspargina, una sustancia diurética.

Si se ingieren o entran en contacto con zonas sensibles (lo que puede ocurrir, por ejemplo, si se tocan sus hojas con los dedos y luego se llevan esos a los ojos o a la nariz) son causa de irritación, náuseas y vómitos, diarreas, ardones de estómago e incluso edema de glotis.

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