La publicación en internet de una colección de más de 50.000 folios de documentos oficiales del siglo XVI al XIX acercará al público algunos de los acontecimientos de la historia pasada de Paraguay y ayudará a desmontar mitos populares como que en el país apenas hubo esclavos provenientes de África.
El Archivo Nacional lanzó el 1 de marzo una plataforma web en la que ha digitalizado el Archivo de Río Branco, la colección de documentos que Brasil sustrajo de Paraguay tras vencer en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) y que devolvió más de un siglo después, en 1981.
El director del Archivo Nacional, Vicente Arrúa, explicó a Efe que entre los documentos recuperados figuran contratos de compra y venta de esclavos o litigios judiciales sobre malos tratos.
En ese sentido, el documentalista indicó que tras la derrota de Paraguay en la guerra, se construyó un relato oficial en torno a que apenas existieron esclavos, que perduró hasta la actualidad y que incluso se incorporó en los temarios de las escuelas.
“¿De dónde sacaron eso si aquí hay documentación referente a los esclavos?”, se preguntó el director del Archivo Nacional.
Arrúa aseguró que, al margen del archivo, hay investigaciones que han permitido determinar que a mediados del siglo XVIII cerca de la mitad de la población de Asunción, por entonces de unos 100.000 habitantes, eran esclavos.
De hecho, el comercio de esclavos en el país suramericano fue legal hasta 1870, cuando la Constitución Nacional de la época, en su artículo 25, prohibió la venta de personas en línea.
“No era la misma filosofía que otros países como Brasil, pero sí que había familias de cierto nivel económico que tenían esclavos que eran utilizados en labores domésticas”, agregó.
Entre los documentos digitalizados, figuran varios testamentos que fueron encontrados en la Casa de la Independencia, uno de los edificios históricos de Asunción, en los que quedó registrado que los esclavos africanos eran propiedad de algunas de las familias más pudientes.
“La esclavitud es un tema que en el Paraguay se trató muy poco debido a que decían que no existía. A partir de la disponibilidad de estos documentos y de su utilización en la plataforma, logramos que la ciudadanía se sienta más vinculada con su historia”, añadió Arrúa.
El director del Archivo Nacional considera que la publicación de los documentos supone una acción importante de “transparencia” con la sociedad, ya que permitirá “democratizar la información”, de forma que cualquier ciudadano pueda consultar los datos históricos del país.
“La comunidad afroamericana que está hoy en Paraguay y que de cierta forma no tiene historia porque no aparece en los libros, va a poder construir su propia historia desde este momento”, añadió.
Para crear la plataforma, se ha utilizado un software libre que permite realizar una búsqueda por categorías hasta encontrar alguno de los archivos, desde documentos del Ministerio de Exteriores hasta la correspondencia privada de Elisa Alicia Lynch, compañera del Mariscal Francisco Solano López, quien gobernó el país entre 1862 y 1870.
Además de la historia de los esclavos, la documentación también revela información importante sobre cómo vivieron la Guerra de la Triple Alianza los sectores de clase media y trabajadora de Paraguay.
“Había documentos que hablaban del malestar de algunas personas con el conflicto. Había gente que no estaba contenta con la guerra”, indicó Arrúa.
Para el documentalista, la parte más interesante de este archivo es que no está centrado en los grandes personajes de la historia del país, sino que permite conocer la realidad del resto de ciudadanos.
“Cuando tenemos visitas de estudiantes de Secundaria, ellos están muy poco interesados en cosas como la firma de un personaje histórico pero cuando le muestras cómo vivía un chico de su edad o un obrero, le hace clic y le empieza a interesar la historia”, agregó.
El director del Archivo Nacional confía en que la publicación en internet de los documentos de Río Branco sirva para que nuevos investigadores, tanto nacionales como extranjeros, emprendan estudios sobre la historia, la antropología o la sociología de esa época.
Carlos Villar Ortiga