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El drama transexual llega al cine cubano con “Vestido de Novia”

EFE

La Habana —

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“Vestido de Novia”, ópera prima de la realizadora cubana Marilyn Solaya, se estrena hoy en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana con un relato sobre la transexualidad, la violencia de género y la “doble moral”, recreado en los peores años de la crisis cubana de los noventa.

Inspirada en hechos reales, la cinta aborda el drama transexual, inédito en la cinematografía de la isla, desde el enfoque feminista que atraviesa todos los trabajos de Solaya, quien se ha convertido en la tercera mujer que logra filmar un largometraje de ficción dentro de la industria cubana.

“La película pasa por el tema transexual, pero va más allá. Habla de la sociedad que me ha tocado vivir y enfrentar, de esos tres países en que vivimos: el país en el que dicen que vivimos, ese otro en el que vivimos la gran mayoría, y por último en el que viven algunos”, afirmó Solaya en una entrevista con Efe.

La película, que tendrá hoy su estreno mundial y compite en la sección oficial de Óperas Primas del 36 Festival de La Habana, es una coproducción hispano-cubana que demoró 10 años en concretarse y cuenta con guión de la realizadora, quien tenía experiencia previa en el documental.

Constituye, además, el primer largo que una mujer cubana estrena en el certamen, resaltó Solaya, de 44 años, cuya película fue beneficiada en 2012 con el Fondo Ibermedia y el año pasado obtuvo el premio de postproducción “Latinoamérica Primera Copia” concedido en el Festival cubano.

“Vestido de Novia” se desarrolla en la castigada Habana de 1994, uno de los peores años de la crisis económica que golpeó a la isla comunista tras la caída del bloque soviético, y cuenta la historia de Rosa Elena, una asistente de enfermería de más de 40 años recién casada con Ernesto, ingeniero en la construcción.

El elenco incluye a algunos de los actores más conocidos del cine cubano y está encabezado por Laura de la Uz, Luis Alberto García, Isabel Santos y Jorge Perugorría.

La vida de la protagonista, que interpreta De la Uz (“La película de Ana”), y de otros personajes, incluida una amiga “travesti transexual”, permitió a Solaya hablar sobre los roles de género, la “deslealtad”, la “doble moral” y “la violencia que una sociedad machista y hegemónica impone sobre mujeres y hombres”.

“Uno de mis personajes está atrapado en el cuerpo equivocado, y el otro en el cuerpo social”, explicó la cineasta, quien en 1993 se dio a conocer como actriz por su participación en el premiado filme cubano “Fresa y chocolate”.

Dos décadas después del estreno de esa película de Tomás Gutiérrez Alea, que marcó un hito en Cuba por hablar abiertamente de la homosexualidad y el respeto a libertades como la elección sexual o religiosa del individuo, Solaya cree que su cinta será recibida en un país que ha experimentado algunos cambios formales.

“Creo que han cambiado los espacios, y algunas leyes, por supuesto, ya no son las mismas” -comentó- “hay avances, está el (Centro Nacional de Educación Sexual) Cenesex, ya van varias Jornadas Contra la Homofobia, pero igual sigue siendo un tema complicado, no por gusto 'Fresa y Chocolate' tardó 15 o 16 años para estrenarse en la televisión”.

Otro ejemplo claro de las reticencias que aún existen en Cuba ante temas complejos como el de la transexualidad, según Solaya, es el hecho de que su documental “En el cuerpo equivocado” (2010) tampoco haya sido estrenado todavía en la televisión de la isla.

Ese audiovisual fue una especie de obra intermedia en el empeño de Solaya por impulsar “Vestido de novia” y se centra en el testimonio de Mavi Susel, la primera y única persona transexual cubana que recibió una cirugía de reasignación de sexo en la isla, en 1988.

La propia Mavi Susel colaboró directamente con los actores de “Vestido de Novia” y su historia fue una de tantas que contribuyó al guión de Solaya, quien en el proceso también intercambió con otros transexuales que se beneficiaron de la decisión del Gobierno cubano de aprobar esas cirugías por resolución ministerial en 2008.

“La película está mirada desde el respeto, con humanidad, y pienso que pudiera sensibilizar a muchas personas. Está abordada desde la idea de que hemos superado algunas cosas y no tenemos que seguir regodeándonos en lo mismo”, dijo Solaya, quien cree se trata de un filme necesario.

“Pero intenta aterrizar a la gente y decirle: son mujeres ¿y ahora qué? Ahí es donde vemos, para mí, la parte más interesante de la película, y es qué pasa después”, apuntó.