Los dos grandes acontecimientos sucedidos en los últimos días deben traducirse en acciones urgentes para frenar el cambio climático. El primero de estos acontecimientos fue el pasado 4 de noviembre cuando entró en vigor el Acuerdo de París, siendo uno de los tratados internacionales que más rápido se ha ratificado y que compromete a todos los gobiernos del mundo a sumar los esfuerzos que estén en sus manos para garantizar que las temperaturas globales no aumentan más de 1,5ºC.
El segundo ha sucedido esta semana al comenzar en Marrakech la Conferencia de las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22) donde continuarán las negociaciones climáticas sobre las reglas y los mecanismos institucionales necesarios para implementar dicho Acuerdo.
Y ahora que tenemos un plan, es necesario pasar a la acción. El cambio climático es una realidad que ya vivimos a nivel global por el aumento de sequías, olas de calor, inundaciones, subida del nivel del mar, pérdida de biodiversidad.... pero ¿crees que nos afectan de igual manera estos impactos? La respuesta es que no. Existen grandes desigualdades ante la crisis climática donde las personas más afectadas son sin duda las más vulnerables y el aumento de la pobreza, el hambre y la miseria azotan más fuerte en las regiones donde estos problemas ya existen.
El panorama actual con los compromisos de reducción de las emisiones que hasta ahora han asumido los países nos lleva a escenarios de aumentos de más de 3ºC de las temperaturas globales. Por eso, los próximos dos, tres años son cruciales para que los países revisen y aumenten su ambición y para que todos los flujos de financiación sean desplazados de los problemas a las soluciones.
A nivel mundial necesitamos un cambio rápido de los combustibles fósiles hacia las energías limpias y renovables, una rigurosa protección de los bosques y los océanos, así como la reparación de nuestro sistema alimentario donde las necesidades de los más vulnerables, así como los principios de justicia estén en el centro de toda acción.
En la COP22, los gobiernos de todo el mundo deben dar seguridad a los países en desarrollo sobre la financiación futura y han de acelerar las medidas para hacer frente a las pérdidas y daños, incluidas las pérdidas no económicas (de vida, salud, patrimonio cultural, biodiversidad y así sucesivamente), dedicando más recursos a esta difícil, pero fundamental, área de cooperación internacional.
Caminando juntos seremos la generación que termine con los combustibles fósiles y hagamos asumir su responsabilidad a las industrias contaminantes del carbón, el petróleo y el gas. Cada vez son más los ejemplos en el mundo donde se están abriendo vías judiciales que reclaman justicia y responsabilidad climática.
Sobre este blog
¿Ricos más ricos y pobres más pobres? Nuestra sociedad está llena de brechas que incrementan las diferencias entre unos y otros. (Des)igualdad es un canal de información sobre la desigualdad. Un espacio colectivo de reflexión, análisis y testimonio directo sobre sus causas, soluciones y cómo se manifiesta en la vida de las personas. Escriben Teresa Cavero y Jaime Atienza, entre otros.
