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El Gobierno de Bangladesh cierra varias fábricas cuyos edificios presentaban amenaza de derrumbe

Instalaciones de la fábrica textil de Bangladesh que sufrió un incendio esta semana.

I.S.U.

El Gobierno de Bangladesh ha ordenado el cierre de tres fábricas propiedad del Grupo Nassa, el mayor fabricante textil del país, por la violación de las medidas de seguridad y de edificabilidad. El número total de factorías clausuradas de forma temporal es de 18, aunque las otras 15 son de compañías pequeñas.

Se sabe que Nassa trabaja para varias marcas y grandes almacenes occidentales. Según The Wall Street Journal, algunas de estas cadenas de tiendas son Wal-Mart y Sears. Precisamente, este fin de semana los sindicatos norteamericanos realizarán las primeras manifestaciones frente a establecimientos de Gap, una de las muchas marcas que dependen de la producción de Bangladesh.

El número de cadáveres extraídos de las ruinas del edificio Rana Plaza es ya de 1.038, según un portavoz militar.

Los cierres son la primera medida firme del Gobierno contra grupos empresariales que cuentan con apoyos y contactos con el partido en el poder. La tragedia de Rana Plaza ha obligado a las autoridades a tomar las medidas que hasta ahora parecían descartadas. Y no es que no hubiera razones de peso para adoptar decisiones drásticas. Las plantas de Nassa Fashions, Bay Pacific Enterprise y New World Apparel –controladas por el Grupo Nassa– contaban con grietas visibles en sus fachadas exteriores.

El WSJ tiene pruebas que confirman que Nassa Fashions envió ropa de baño a tiendas propiedad de la compañía norteamericana Sears. Un portavoz de Sears dio al periódico la respuesta habitual en estos casos: “No éramos conscientes de que hubiera problemas de seguridad estructurales en esa fábrica. Pero, según nuestra última auditoría, nos hemos ocupado de varios asuntos no relacionados con la seguridad estructural”.

Las condiciones de los edificios debían de ser bastante obvias para cualquier inspección. Según el jefe del departamento de inspecciones del Ministerio de Trabajo, los tres edificios clausurados presentan deficiencias tan graves que no pueden ser reparadas y por tanto las plantas de producción deberían ser trasladadas a otras localizaciones.

Sindicatos y grupos de activistas por los derechos de los trabajadores son algo escépticos sobre los deseos del Gobierno de mejorar las condiciones de trabajo. Aún no saben si estas medidas tendrán continuidad, pero en cualquier caso será difícil si no cambian las condiciones económicas de las relaciones entre marcas occidentales y centros de producción textil del país. “No hay posibilidades de que esto funcione hasta que las grandes marcas y tiendas se comprometan a subir los precios para que las fábricas puedan costear las reformas esenciales para impedir futuros desastres”, dice Scott Nova, director de la ONG Worker Rights Consortium.

En un incendio producido en un edificio de 11 plantas en Dacca, murieron ocho personas, incluido el dueño de la fábrica. La mayoría de los trabajadores se encontraban fuera de las instalaciones en el momento del siniestro. Entre los clientes de la compañía están Inditex. Según la empresa española, la relación se cortó en junio de 2012. La policía sospecha que el fuego fue intencionado.

Concentraciones contra Gap

En EEUU, uno de los principales sindicatos del sector servicios se ha unido a una cadena de movilizaciones contra la empresa Gap. No se encontraron ni prendas ni documentos que relacionaran a Gap con el edificio derrumbado, pero la empresa norteamericana opera desde hace muchos años en Bangladesh. La fábrica que se quemó hace dos años y que mató a 29 trabajadores elaboraba prendas para Gap. Sus marcas Banana Republic, Gap y Old Navy se surten de productos hechos en el país asiático.

En octubre, Gap sorprendió a los sindicatos de Bangladesh al abandonar las negociaciones sobre un acuerdo para garantizar la seguridad y derechos de los trabajadores. La empresa dijo que prefería poner en marcha su propio sistema de control. Los activistas y sindicatos afirmaron que era fundamental convencer a Gap por las dimensiones de sus negocios textiles en Asia para que convenciera a otras compañías más pequeñas a unirse al acuerdo.

El sábado se celebrarán concentraciones frente a tiendas de Gap en Chicago, San Francisco, Boston y Nueva York.

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