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PP y Ciudadanos emprenden una campaña contra el Gobierno por la “brutal subida” de impuestos a grandes empresas y a las rentas de más de 130.000 euros

Albert Rivera (izquierda) y Pablo Casado (derecha), en una imagen de archivo

Rodrigo Ponce de León

El envío de la actualización del Programa de Estabilidad 2019-2022 que el Gobierno mandó el pasado 30 de abril a Bruselas ha servido de pistoletazo de salida para reiniciar las hostilidades entre las formaciones políticas tras un breve descanso para digerir los resultados de las generales. Partido Popular y Ciudadanos han salido en tromba para acusar al Ejecutivo de Pedro Sánchez de “ocultar a los españoles esta subida masiva de impuestos para que no le pasara factura en las urnas” y de ser una “maquinaria de la mentira que negó durante la campaña la brutal subida de impuestos” de 26.000 millones de euros.

La realidad es que ese montante es un cálculo del incremento de ingresos fiscales si se cumple la previsión de que se alcance una presión fiscal del 37,3% del PIB en 2022, donde están las nuevos impuestos diseñados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el resto de impuestos y tasas que conforman el sistema tributario español.   

Un días más tarde se ha unido al coro de críticas el secretario general del Partido Popular, Pablo Casado. El dirigente conservador explicó que “días después de las elecciones conocemos el planteamiento de Sánchez a Bruselas: subir 26.000 millones de euros los impuestos en los próximos años. Nuestro cálculo era que iba a hacerlo 6.000 millones de euros al año, unos 1.000 euros más de media por contribuyente, y va a ser bastante más. Tendrá que explicarlo”.

El planteamiento de Casado es totalmente erróneo. Como recoge el Programa de Estabilidad 2019-2022 el impacto de nuevas medidas fiscales para 2020 será de 5.654 millones de euros anual, teniendo en cuenta que las figuras impositivas con una previsión mayor de recaudación son el Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (1.200 millones), el  Impuesto sobre Transacciones Financieras (850 millones) y la limitación de las exenciones y e imposición de una tributación mínima (15% a las empresas y 18% a la banca) en el Impuesto sobre Sociedades (1.776 millones).

El dirigente del PP hace una trampa al dividir los supuestos 26.000 millones de incremento de ingresos fiscales entre todos los contribuyentes, cuando se trata de una previsión de recaudación de impuestos que no afectan a los ciudadanos. La propuesta del Gobierno en el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) solo afectaría a los ciudadanos que cobrasen más de 130.000 euros, que verían incrementados del 45% al 47% el tipo máximo, y a los que ingresen 300.000 euros, cuyo gravamen máximo se colocaría en el 49%. Según datos de la Agencia Tributaria, de 2016 un 3,71% de los contribuyentes cobran entre más de 60.000 euros y 600.000 euros.     

“El objetivo es que quienes disponen de mayor riqueza contribuyan de forma equitativa en un modelo fiscal progresivo, donde cada uno aporte en función su capacidad y reciba en función de su necesidad, preservando a la clase media y trabajadora, que es la que ha soportado con su esfuerzo los momentos más duros de la crisis”, subraya el documento remitido a Bruselas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Con anterioridad el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ya había tergiversado la subida impositiva propuesta por el Gobierno al señalar que era “un sablazo intolerable a las clases medias”. Rivera aseguró en su Twitter que “Sánchez ocultó a los españoles esta subida masiva de impuestos para que no le pasara factura en las urnas. Es un escándalo y un fraude, además de ir en dirección contraria a lo que necesita nuestra economía”.

La cabeza de lista del Partido Popular al Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, apuntaba en las redes sociales: “Nos enteramos después de elecciones de que los españoles con Sánchez pagaremos 26.000 millones más en impuestos. En campaña lo ocultaron. Preparen los bolsillos para el saqueo socialista. Vuelve el PSOE y con él, el paro, los impuestos y la crisis”.

El número 1 de la candidatura de Ciudadanos al Parlamento Europeo, Luis Garicano, acusó al Gobierno del PSOE de que “con alevosía y nocturnidad, justo tras las elecciones, Sánchez anuncia a Bruselas que prevé 26000 millones en nuevos impuestos. Sr. Sánchez: ¿No le parece que lo democrático es anunciárselo a los españoles y, si no es demasiada molestia, antes de votar?”.

Pero, ¿ocultó el PSOE la subida de impuestos durante la campaña electoral? No. Los tuits de los dirigentes del PP y Cs se basan en un artículo de El Mundo que empieza: “El Gobierno de Pedro Sánchez ya había adelantado que quería llevar a cabo una notable subida de impuestos pero ahora, tras ganar las elecciones, pone cifras a este fuerte incremento” o que la subida impositiva  ya se “esbozaba en las 110 medidas que compusieron su programa electoral y que ahora oficializa como próximo presidente del Gobierno”. 

Es cierto que tanto en el programa del PSOE como en el documento electoral 110 compromisos con la España que quieres no se señala la cuantía de la recaudación estimada, un dato que realmente tampoco aparece en el Programa de Estabilidad Financiera 2019-2022, sino que es un cálculo aproximado —el periódico en un primer momento tituló “Sánchez prevé una subida adicional de impuestos de más de 20.000 millones de euros”— basado en las previsiones de incremento de la presión fiscal, que pasa del 35,1%, en 2018, al 37,1% del PIB, en 2022. Incluso si España llega al 37,1% de presión fiscal en 2022 estará por debajo de la media de la eurozona (41,4%) y de la Unión Europea (40,2%).

En el programa electoral de los socialistas se repite que “no puede haber justicia social si no hay justicia fiscal. Los y las socialistas apostamos por una reforma fiscal profunda” o que “resulta imprescindible disponer de un mayor volumen de recursos públicos: recursos presupuestarios y recursos humanos. Como hemos afirmado en el apartado anterior de este Programa, no puede haber justicia social sin justicia fiscal”.

Con este planteamiento se señala como medidas la “progresividad del sistema fiscal en línea con los países de nuestro entorno, convergiendo paulatinamente hacia el promedio de recaudación de la Unión Europea, incrementando la aportación de las grandes empresas, de los contribuyentes de ingresos más altos y con mayores patrimonios, y mejorando la equidad entre la fiscalidad de las rentas del capital y las rentas del trabajo, al tiempo que se reduce la carga fiscal soportada por las pymes”.  

Además en el documento 110 compromisos con la España que quieres, que también fu presentado en campaña de las elecciones generales, en el capítulo Por una redistribución de la riqueza que permita el crecimiento entre los puntos 44 y 47 se apunta: “Reforzaremos la progresividad del sistema fiscal, incrementando la aportación de las grandes empresas, y de los contribuyentes de ingresos más altos y con mayores patrimonios” y “adaptaremos la fiscalidad a la economía del siglo XXI, promoviendo la armonización a nivel europeo: impuestos sobre determinados servicios digitales, impuesto sobre transacciones financieras e impulso a la fiscalidad ambiental que desincentive la contaminación y favorezca la transición ecológica”.

Ante la avalancha de descalificaciones por parte de los dirigentes del PP y Ciudadanos, el secretario de Política Económica y Empleo del PSOE, Manuel Escudero, recordó que “el plan fiscal de Sánchez es conocido desde hace un año, se planteó en los PGE para 2019 y estaba en el programa electoral. No aprenden, siguen mintiendo”.

Medidas impositivas ya presentadas

Buena parte de las medidas impositivas recogidas en el Plan de Estabilidad 2019-2022 estaban ya en los Presupuestos Generales del Estado de 2019, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no pudo aprobar y que desembocaron en las elecciones generales del 28A. Unas medidas que habían sido expuestas como parte del acuerdo presupuestario que cerraron el PSOE y Unidos Podemos en octubre de 2018.

Más sorprendente fue la afirmación sobre el supuesto ocultamiento de la subida de impuestos del PSOE por parte de el gurú económico del Partido Popular y diputado electo, Daniel Lacalle, que apuntó: “El gobierno de Sánchez confirmó la brutal subida de impuestos a todos que su maquinaria de la mentira negó durante la campaña. Todo con un cuadro macroeconómico que no se creen ni ellos. El hachazo fiscal que viene”, y lo hace atacando el incremento impositivo que propone el PSOE  con un artículo en El Españól publicado el pasado 20 de abril, ocho días antes de las elecciones.  

Mejor coyuntura económica

Hasta el momento la coyuntura económica ha beneficiado las expectativas del Gobierno de Pedro Sánchez. Eurostat confirmaba en plena campaña electoral que España registró un déficit público de 29.983 millones de euros en 2018, el equivalente al 2,48% del PIB, por lo que abandona el procedimiento de déficit excesivo en el que estaba inmersa desde 2009. En 2017, con un Ejecutivo del PP el déficit fue del 3,08%. 

Por otro lado, el avance trimestral de la Contabilidad Nacional publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) certificó que la economía española creció un 0,7% entre enero y marzo de 2019, una décima más que en el trimestre precedente, gracias, principalmente, a la inversión, que pasó de una tasa negativa del 0,2% en el último cuarto de 2018 a mostrar un crecimiento hasta marzo del 1,5%. 

La buena marcha de la economía española hace que el Gobierno le explique a las autoridades comunitarias que “la ratio Ingresos/PIB aumenta desde el 38,9 por ciento en 2018 hasta el 40,7 por ciento en 2022. Este incremento paulatino del peso de los ingresos públicos sobre el PIB responde tanto a la favorable evolución de la economía, que impulsa el crecimiento de las bases imponibles y la recaudación, como a la estrategia del Ejecutivo de incrementar la recaudación agregada con el objetivo de ir acercando los niveles de tributación de España a la media de los países de nuestro entorno”.

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