El Banco de España prevé un acelerón en los salarios durante los próximos dos años que sustente, mediante las ganancias de poder adquisitivo, el consumo de los hogares, la partida clave para consolidar el crecimiento de la economía en el entorno del 2% del producto interior bruto (PIB) anual. Y el reciente acuerdo retributivo firmado entre el Gobierno y los sindicatos de funcionarios podría alimentar más las subidas de cara a 2026 y 2027.
La entidad que preside José Luis Escrivá ha revisado al alza sus previsiones de la evolución de los salarios por convenio para este año y hasta 2027, unas retribuciones que ganarán mucha capacidad de compra al crecer por encima de lo que lo harán los precios.
Así, los salarios negociados por convenio avanzarán un 3,5% este año, frente a un 2,7% de media de la inflación (medida por el Índice Armonizado de Precios al Consumo). Es decir, ya este año las pagas ganarán 0,8 puntos de poder de compra.
Una mejora que, de cumplirse las expectativas del Banco de España, se agrandará en los próximos ejercicios. El año que viene estiman una subida de los precios del 2,1%, en tanto que los salarios subirán un 3,2%, a la luz de los últimos datos. Y su previsión es que los sueldos negociados crezcan un 2,8% en 2027, frente a una proyección de un 1,9% de inflación. En total, casi tres puntos de ganancia de poder adquisitivo que permitirían cerrar la brecha abierta por la crisis inflacionaria de 2022, como puede apreciarse en el gráfico bajo estas líneas.
Pero esto solo es la media de todos los convenios con efectos económicos en vigor. Ya que gran parte de los acuerdos colectivos firmados en 2025 cuentan con alzas salariales superiores al promedio, que se encuentra difuminado por todos los pactos firmados en 2023 o 2024.
Los salarios de los funcionarios podrían empujar los privados
El Banco de España cree que hay un buen dinamismo en el mercado laboral que está azuzando tanto la creación de empleo como de los salarios. Más allá de los convenios, la remuneración por asalariado en la economía de mercado –es decir, las mejoras que están vinculadas a negociaciones privadas o a cambios de empresa, por ejemplo– creció un 4,5% en el tercer trimestre.
Unos incrementos que podrían ser superiores después de que el Gobierno haya firmado un acuerdo con los sindicatos de funcionarios y empleados públicos para subir sus retribuciones más de un 11% en los próximos tres años, advierte el supervisor.
“A la luz de esta evolución de la negociación colectiva, los nuevos acuerdos que se negocien en 2026 y 2027 podrían contemplar incrementos salariales para estos dos años algo superiores a los recogidos en los convenios ya firmados, máxime en un contexto en el que los aumentos recientemente pactados en las retribuciones del sector público —especialmente significativos en 2027— pueden ejercer un cierto efecto arrastre sobre los salarios privados”, apunta el informe de la entidad.
La posibilidad de que los salarios se disparen aún más, o que lo hagan los márgenes empresariales en mayor medida, es uno de los riesgos que contempla el Banco de España en sus escenarios alternativos, que resultarían en un menor crecimiento y en mayores tasas de inflación.
Temor a más presiones inflacionistas
El informe elaborado por la Dirección General de Economía parte de la base de que gran parte del aumento de costes laborales vinculados a las subidas salariales se compensará a través de una contención de los márgenes empresariales. Esta dirección general está encabezada desde el verano por David López Salido. Entienden que, en la actualidad, los beneficios corporativos apenas están aportando al deflactor de PIB (una cifra que mide el efecto de los precios en el conjunto del tejido productivo).
De darse estas circunstancias, las presiones inflacionistas se contienen. Pero existe el riesgo de que esto no suceda. “Estos riesgos se ven reforzados, además, por el reciente acuerdo de incremento de las remuneraciones en el sector público, que podría generar efectos de arrastre sobre los salarios del sector privado. En conjunto, una dinámica salarial más elevada o márgenes empresariales superiores e incapaces de absorber el efecto de los aumentos salariales con aumentos de la productividad podrían comprometer la desaceleración de la inflación proyectada en el escenario central”, abunda el informe. Y a mayor inflación, menor actividad económica y empleo, advierte.
Con todo, el Banco de España se han sumado al optimismo del resto de observadores económicos y han disparado sus previsiones de crecimiento para los tres años de su horizonte de previsión: al 2,9% en 2025 (0,3 puntos más), al 2,2% en 2026 (cuatro décimas más) y al 1,9% en 2027 (dos décimas más).
Un crecimiento que será compatible con una robusta creación de empleo y un paro que bajará del 10% ya en 2027. La reducción del desempleo será más lenta debido a los flujos de migración, que elevarán la población activa en el mercado laboral. Esta fuerza, junto con la potencia de los salarios (siempre que la inflación se mantenga dentro de las previsiones) será una de las claves para mantener la velocidad en el crecimiento de la economía española.