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El Banco de España dispara al 2,2% el crecimiento del PIB para 2026 por la fortaleza del gasto de los hogares

El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá.

Álvaro Celorio / Cristina G. Bolinches

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El Banco de España ha disparado la previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para 2026 al 2,2% (cuatro décimas más) y al 1,9% (0,2 puntos) para 2027, después de que la economía española haya demostrado una mayor fortaleza de la esperada durante 2025, a pesar del incierto contexto internacional, y gracias a la fuerza del consumo de los hogares y la inversión.

La entidad que dirige José Luis Escrivá ha presentado este miércoles sus proyecciones económicas de invierno, que revisan al alza los tres años del horizonte de previsión del informe, después de que la última revisión de la Contabilidad Nacional arrojara un mayor dinamismo de la actividad del que se había calculado con anterioridad.

El Banco de España apunta a que la economía española crecerá un 2,9% en 2025, tres décimas más que en la previsión de septiembre y en la línea del consenso de los analistas. Este mismo miércoles el Instituto Nacional de Estadística ha presentado los datos de la Contabilidad Nacional correspondientes al tercer trimestre, en el que el PIB avanzó un 0,6%. Con los datos del año casi cerrados, el crecimiento está prácticamente confirmado en esa cifra.

El supervisor eleva notablemente sus previsiones de cara a los dos próximos ejercicios, en la línea de una mejora de la economía a escala global, gracias a una menor incertidumbre que hace unos meses. Los acuerdos comerciales han amortiguado la guerra comercial desatada por Donald Trump tras su vuelta a la Casa Blanca y, aunque serán un factor que limite notablemente la actividad, no serán tan nocivos como se esperaba hace un año. Las dudas en relación con los conflictos bélicos en Palestina o Ucrania también se han suavizado, pero podrían dispararse en los próximos meses y siguen siendo un factor de riesgo para el crecimiento.

La renta, el empleo y los salarios disparan el consumo

El informe, el primero de David López Salido como director general de Economía del Banco de España, explica que la revisión obedece tanto a una mejora de los datos de la Contabilidad Nacional, como a la “fortaleza del consumo privado, que ha superado las expectativas” y a un “ciclo de inversión que se mantiene robusto”, sobre todo en el caso de 2026.

“El dinamismo del consumo estaría reflejando la mejora de las condiciones financieras para créditos al consumo, así como el repunte de la confianza del consumidor en un entorno de dinamismo del empleo y de aumentos de la riqueza de los hogares, lo que podría prolongar esta tendencia en los próximos trimestres”, señala el documento.

Esta mejora se estaría traduciendo sobre todo en el consumo de bienes duraderos (como coches o electrodomésticos), un factor que estaría “detrás de la resiliencia y de la importancia de la demanda interna sosteniendo el crecimiento”, ha dicho López Salido durante la presentación del documento.

El sector exterior también se habría contraído menos de lo que se anticipaba a mediados de este año y las exportaciones de servicios no turísticos habrían experimentado un “significativo dinamismo”.

Es por todo esto que el Banco de España cree que la economía española seguirá creciendo a buen ritmo, muy por encima del resto de los socios europeos, aunque se desacelerará ligeramente en los próximos años. “El consumo privado sería el componente con mayor aportación al crecimiento, impulsado por la renta disponible de los hogares, el empleo y los flujos migratorios. No obstante, se anticipa una desaceleración gradual del consumo a lo largo del horizonte de proyección, en línea con la ralentización esperada de dichos factores y en un contexto en el que la tasa de ahorro, aunque se reduciría en los próximos años, se mantendría por encima de su promedio histórico”, apunta el documento. 

La inversión, que se está acelerando en los últimos trimestres, seguirá fuerte gracias al despliegue de los fondos europeos, que caducan el próximo 31 de agosto, y a una mejora de las condiciones de financiación gracias a la relajación de la política monetaria. La inversión en vivienda cada vez aporta más al crecimiento. Pero esta rúbrica se desacelerará en los próximos años, conforme se ralentice la actividad económica.

A la baja influirá el sector exterior. Por un lado, por una gradual moderación en la llegada de turistas extranjeros y de las exportaciones de servicios no turísticos. Por otro, porque las importaciones (que han sido muy dinámicas este año), se desacelerarán en los próximos ejercicios.

La inflación, más fuerte de lo esperado

El Banco de España ha revisado al alza sus previsiones de inflación, que será más 'pegajosa' de lo que habían proyectado. Este año cerrará en el 2,7% (dos décimas más), mientras que en 2026 será del 2,1% (cuatro décimas más) y del 1,9% en 2027. Estas revisiones se explican por una dinámica inflacionaria superior a la esperada en septiembre, así como a una subida salarial por encima de la estimada. 

Los precios crecen más en España que en los países de nuestro entorno, lo que resta competitividad a la economía española. Francia se sitúa en torno al 0,8% y Alemania está por encima del 2%. Pero el último dato de España coloca el IPC en el 3,2%, “destacando por encima de la media de forma consistente”, subrayan.

El Banco de España también eleva con fortaleza las previsiones de creación de empleo: subirá un 2,7% este año, un 2,0% el que viene y un 1,4% en 2027. La tasa de paro bajará más despacio (10,6% de media en 2025, 10,0% en 2026 y 9,6% en 2027), debido a que la población activa aumentará a un mayor ritmo, gracias a la inmigración.

Sobre las cuentas públicas, el supervisor estima que el Gobierno cumplirá con su objetivo de déficit del 2,5% este año y mejora su previsión para el que viene, hasta el 2,1%. Con todo, el descuadre en las cuentas públicas volvería a empeorarse en 2027, fundamentalmente porque ese año se producirá la mayor subida del acuerdo salarial pactado con los funcionarios. La deuda pública bajará en 2026 por debajo del 100% del PIB (99,1%), por lo que el Estado habrá disipado por completo los efectos del subidón a cuenta de la pandemia. En 2027, esta ratio se colocará en el 98,3% del PIB.

El escenario que dibuja el Banco de España no está exento de riesgos. Por un lado, una mayor evolución de los salarios y los márgenes empresariales podría disparar la inflación y restar crecimiento del PIB. La vivienda será otro factor clave: si la oferta responde de manera más intensa, esto podría azuzar el crecimiento y también los precios. Y el sector exterior, con tanta incertidumbre a escala global, podría también torpedear la actividad. A eso habría que sumar la alta cotización en las bolsas mundiales: “Los episodios recientes de volatilidad financiera —asociados a las empresas tecnológicas— evidencian el riesgo de una corrección abrupta de la valoración de los activos con riesgo”.

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