El Banco de Inglaterra aprueba la mayor subida de tipos en 27 años y anticipa una recesión

Daniel Yebra

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El Banco de Inglaterra (BoE) anuncia otra subida de los tipos de interés oficiales del 0,5%, la mayor de golpe desde 1995, hasta situarla en el 1,75%, el nivel más alto desde 2008. El banco central de Reino Unido advierte de que la crisis de inflación se está agravando y reacciona con contundencia encareciendo hipotecas y préstamos para dejar de alimentar las subidas de precios.

El BoE sigue el camino de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y continúa elevando esta tasa, de referencia para el precio que los bancos ponen al crédito, y marcando el camino al Banco Central Europeo (BCE), que realizó el primer aumento el 21 de julio, también del 0,5%, pero partiendo desde el 0%.

La institución que dirige la política monetaria de Reino Unido lamenta la fuerte subida de los precios “mayoristas” de la energía, y concretamente del gas y de la electricidad, y justifica la agresiva subida de los tipos de interés oficiales en que “a medida que esto se traslade a los precios minoristas de la energía, exacerbará la caída de los ingresos reales de los hogares y aumentará aún más la inflación”.

Su previsión es que el IPC (Índice de precios de consumo) acelere hasta el 13% en el cuarto trimestre de 2022, “y que se mantenga en niveles muy elevados durante gran parte de 2023”, observa.

Recesión a partir del cuarto trimestre en Reino Unido

“El crecimiento del PIB en el Reino Unido se está desacelerando. La última subida del precio del gas ha provocado otro deterioro significativo de las perspectivas de actividad y el resto de Europa”, prosigue, y no esconde la expectativa de que “Reino Unido entre en recesión a partir del cuarto trimestre de este año”. Una situación en la que ya se encuentra Estados Unidos, y que amenaza a la Unión Europea (UE).

El problema de los bancos centrales es que su respuesta a la crisis energética y de inflación supone un endurecimiento de las condiciones de financiación, tras años de crédito barato, que es otro freno a la actividad económica.

La contradicción es que enfriar la concesión de préstamos para dejar de alimentar la inflación es precisamente el objetivo que buscan la Fed, el BoE o el BCE, aunque el riesgo de provocar una recesión aumente y la subida de los tipos no tenga efecto sobre el gas o el petróleo, que dependen de cuestiones geopolíticas.

Este mismo miércoles, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros países como Rusia decidieron aumentar la producción de petróleo en 100.000 barriles diarios desde septiembre. La decisión inicialmente impulsó levemente la cotización del barril de petróleo Brent al ser vista como “insuficiente”, aunque los futuros de luego volvieron a caer por debajo de los 100 dólares. Pero siguen en niveles inusualmente altos. Por otro lado, se multiplican las incertidumbres sobre un corte total del gas ruso que consume la UE, tras haberse reducido ya drásticamente los envíos en las últimas semanas.

Mientras, el Banco de España señala ya un endurecimiento de las condiciones de financiación en nuestro país (ver gráfico de arriba), con datos previos a la subida de tipos oficial del BCE. “Los costes medios de los nuevos préstamos concedidos a los hogares y a las empresas han repuntado ligeramente en los últimos meses, en línea con el inicio de la normalización de la política monetaria [del BCE]”, constata.

En el mismo sentido, “los criterios de aprobación de préstamos a las familias y a las sociedades no financieras se han endurecido moderadamente en la primera mitad del año”, y las previsiones “apuntan a una contracción de la oferta de crédito a las pymes en los próximos meses. Por su parte, la demanda de crédito se muestra débil, especialmente la procedente de las pymes”. “En cambio, las peticiones de préstamos para adquisición de vivienda habrían seguido creciendo”, según el organismo, pese a que las hipotecas también están subiendo.