La huelga de TAP ya causó 10,2 millones de pérdidas, alerta el Gobierno luso

El Gobierno de Portugal pidió hoy al sindicato de los pilotos la desconvocatoria inmediata de la larga huelga convocada en la aerolínea portuguesa TAP y alertó de que en tres días ya se perdieron 10,2 millones de euros.

En una comparecencia ante los periodistas, el secretario de Estado de Transportes, Sérgio Silva Monteiro, calculó, además, que el impacto en la tesorería de la empresa si se completan los diez días de paro (del 1 al 10 de mayo) será de 30 millones de euros durante las jornadas de huelga.

“Estamos a tiempo de evitar 20 millones de euros de impacto financiero”, manifestó el secretario de Estado en su llamamiento a la cancelación del paro.

Aunque TAP ha logrado operar el 70 % de los vuelos previstos en las primeras jornadas de la huelga, Silva Monteiro elevó el impacto negativo del paro en la compañía debido a costes indirectos derivados de los pagos de alojamiento y comida a muchos clientes que no lograron volar.

El secretario de Estado recordó que los trabajadores de TAP, incluidos muchos pilotos, han respondido a la convocatoria de huelga trabajando y apeló a la dirección del Sindicato Portugués de la Aviación Civil (SPAC), convocante del paro.

“Hace falta que la dirección del SPAC desconvoque la huelga”, instó el miembro del Ejecutivo, quien tildó la situación de “dramática”.

A pesar de que la incidencia de la movilización de los pilotos es de momento inferior a lo esperado, TAP ha recibido duras críticas por parte de los pasajeros perjudicados, que le echan en cara la falta de soluciones.

“La confianza de los clientes se está resintiendo”, lamentó Silva Monteiro, quien agradeció a quienes han aguardado pacientemente una solución.

Para el secretario de Estado, “la cuota de mercado en el aeropuerto de Lisboa ha caído al nivel más bajo de la historia”, situación que acaba por beneficiar a las compañías aéreas extranjeras que operan en Portugal.

Los pilotos han justificado esta paralización en respuesta a las condiciones de la privatización de la firma ya pactadas con el Gobierno y la administración de TAP, y le exigen al Ejecutivo la recuperación de complementos salariales congelados.

La aerolínea, propiedad del Estado, se encuentra inmersa en un proceso de privatización que avanzará en las próximas semanas con la presentación de las ofertas.

El grupo TAP -que además de la compañía aérea también incluye una filial especializada en mantenimiento e ingeniería en Brasil y la firma de gestión de carga y equipajes Groundforce- se encuentra en una situación financiera delicada, que según sus gestores podría agravarse debido a esta última huelga.

La aerolínea, líder en pasajeros transportados entre Portugal y España y entre Europa y Brasil, vuela a 88 destinos en África, Europa y América y cuenta con una plantilla de más de 5.000 personas y una flota de 77 aviones.