Los republicanos intentan frenar a los sindicatos de EEUU

Que haya una comunicación directa entre el trabajador y el empleador sin la necesidad de un sindicato, así como que un empleado esté presente y pueda opinar en las reuniones de la junta directiva -pero sin tener derecho a voto- es el proyecto de ley que republicanos como el senador de Florida Marco Rubio y el presidente del comité de estudio republicano, el congresista de Indiana Jim Banks, han presentado para acercarse al proletariado conservador. La iniciativa se llama Trabajo en Equipo para Empleados y Gerentes (TEAM, por sus siglas en inglés) y se basa en una legislación de 1995 que fue vetada por el expresidente demócrata Bill Clinton un año después.

“Desafortunadamente, la ley actual hace que sea imposible que los empleadores tengan una discusión significativa sobre las condiciones de trabajo con un grupo de empleados no sindicalizado”, sostiene Rubio en un comunicado, en el que, además, señala que su proyecto ayudaría a proteger a las empresas de tener que negociar con sus empleados a través de sindicatos, organizaciones que según el político son: “notoriamente de izquierda y que casi siempre enfrentan a los trabajadores contra los gerentes empeorando así el ambiente laboral”.

Este proyecto de ley daría la oportunidad a los trabajadores no sindicalizados de crear un grupo para discutir con los empleadores sobre temas comerciales, compensaciones económicas y condiciones laborales, entre otros. Aunque estas agrupaciones no tendrían el poder de negociar colectivamente en nombre de los trabajadores, darían voz a los empleados y obligarían a los gerentes a escuchar.

La principal diferencia entre la Ley TEAM de 2022 y la de mediados de los noventa es que esta nueva versión permite la creación de organizaciones de participación de los empleados (EIO) que facilitaría a los trabajadores de empresas grandes elegir a un representante para que observe en las reuniones de la junta corporativa.

Un asiento en la sala de juntas

Pese a que este trabajador no tiene derecho al voto, el hecho de que los empleados tengan un asiento en la mesa de la sala de juntas podría mejorar la comunicación interna y generar más confianza, según los republicanos. “El EIO puede establecerse y disolverse por consentimiento mutuo entre empleadores y empleados, no está autorizado a participar o negociar acuerdos de negociación colectiva con los empleadores y no impide que los empleados formen un sindicato”, indica el proyecto de ley.

Que los republicanos hayan incluido aspectos que puedan beneficiar a los trabajadores muestra un giro en la estrategia del partido, que ahora intenta atraer también al proletariado y no solo en los accionistas con recortes de impuestos para los más ricos e impunidad para los empresarios.

La erosión de los sindicatos

Estados Unidos es un país en el que ha caído el número de personas sindicalizadas. En 2021 el porcentaje de trabajadores que formaron parte de un sindicato fue de un 6%, de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales, muy lejos del 33 % de 1964.

No obstante, los trabajadores siguen apoyando la idea de sindicatos. Una encuesta de Gallup realizada en 2021 señala que el 68% de los estadounidenses están a favor de que existan sindicatos, el índice de aprobación más alto desde 1965.

El primer paso antes de sindicalizarse

Si una empresa acepta la solicitud tendría que dar a los trabajadores una voz colectiva y, si la empresa es lo suficientemente grande, un lugar en la junta directiva. Mientras que si la rechaza, algunos expertos apuntan a que podría alentar a los empleados a organizar un sindicato.

Asimismo, si acepta y una vez formado el grupo mixto los empleadores no se toman en serio las reuniones o deciden vetar la iniciativa, los trabajadores podrían optar por tomar acciones más serias, como es la de crear una unión de trabajadores.  

La iniciativa de los consevadores llega tras la aprobación de los sindicatos en grandes compañías multinacionales. Los trabajadores de Starbucks en Buffalo, Nueva York, hicieron historia al votar a favor del primer sindicato de la cadena de cafeterías en Estados Unidos. Impulsados por la mayor cantidad de trabajo que reciben debido a los pedidos por las aplicaciones digitales, los empleados se organizaron para crear una unión de trabajadores y conseguir más voz en la toma de decisiones de la multinacional.