Se buscan banderas palestinas solidarias para ondear en protestas: así se han agotado en las tiendas

Conseguir una bandera de Palestina y evitar las grandes plataformas de venta por Internet se ha convertido en una ardua batalla en las últimas semanas. Cientos de personas van de un sitio a otro preguntando por ellas con la idea de exhibirlas en cualquier lugar que pueda ser vista por multitud de personas, como en conciertos o pruebas deportivas al aire libre. El culmen, y el desabastecimiento, ha llegado estos días a Madrid, donde se espera una gran movilización el domingo cuando La Vuelta a España de ciclismo termine en el centro de la capital. Mientras tanto, asociaciones y colectivos recuerdan que comprárselas a ellos también es financiar la lucha contra el genocidio palestino.

Ana Sigüenza tiene 67 años y el viernes pasado estuvo buscando una de estas banderas. Un amigo suyo iba a participar al día siguiente en la popular carrera de La Melonera, en Madrid, y quería entrar en la meta ondeando el estandarte. No lo consiguió: “Buscamos por todos los sitios, incluso por los puestos que normalmente tienen este tipo de material”, relata esta profesora jubilada. Sin más remedio, su amigo tuvo que superar la línea de meta con una camiseta palestina.

Esta vecina madrileña asegura que acabó consiguiendo dos de ellas en un bazar. “Una para mí y otra para por si acaso la necesita alguien. Así la puedo llevar siempre en el bolso y desplegarla si es necesario”, añade. No es la única que se ha visto obligada a acudir a este tipo de comercios para hacerse con una bandera palestina, y todo porque los colectivos también se han quedado sin ellas.

En unos tres meses hemos podido vender unas 1.500 banderas de Palestina a personas de todo el territorio español

La web de la Fundación Comité de Apoyo al Pueblo Palestino advierte de que las banderas se han agotado hace días. Otman Tuumi, uno de sus integrantes, indica desde Valencia que han pasado de vender una a cada persona a que un comprador encargue una decena de ellas. “Nos hemos quedado sin stock online, aunque en la tienda física todavía quedan algunas”, dice. Y añade: “En unos tres meses hemos podido vender unas 1.500 banderas de Palestina a personas de todo el territorio español”.

Una compra ética para financiar la solidaridad

Tuumi remarca que comprar en entidades como a la que pertenece significa apoyar la causa palestina. “Nuestras ventas no van para beneficio de ninguna empresa, nosotros somos una organización sin ánimo de lucro. Todo lo recaudado en la tienda en parte es para pagar nuestros gastos, y sobre todo para financiar proyectos solidarios en Palestina”, apunta. Esta Fundación ha experimentado tal interés por una bandera palestina que han pasado de venderlas de un tamaño a hacerlo de tres.

La organización Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) a Israel es otra vía a través de la que decenas de personas han adquirido sus banderas en los últimos meses. Iban Vázquez, miembro de este colectivo en Madrid, explica que siempre tienen un pequeño puesto cuyas ventas les ayudan a financiarse. “Con eso pagamos los camiones para la megafonía en las manifestaciones”, ejemplifica. Además, su tenderete también está presente en diferentes fiestas y ferias, lo que les facilita hablar con la gente que se acerca a ellos.

“Entendemos que una persona que quiere una bandera palestina es una persona solidaria y que busca algo más que un mero intercambio mercantil”, explica este contable de 42 años. Sin embargo, desde hace unas semanas han vendido las 30 que tenían almacenadas para este tipo de eventos. “Nos han pedido muchísimo e incluso lo preveíamos, pero no pensamos que serían tanta gente”, comenta.

Ya hemos tenido que decir a mucha gente y compañeros de otros colectivos que se querían aprovisionar de banderas que no nos quedan

El interés ha ido a más desde que diversos colectivos, entre ellos el propio BDS, están animando a la gente a acudir este domingo a la última etapa de La Vuelta con su bandera de Palestina, y no únicamente al final del recorrido, sino por todos los municipios que los ciclistas atravesarán. “Ya hemos tenido que decir a mucha gente y compañeros de otros colectivos que se querían aprovisionar de banderas que no nos quedan”, completa el propio Vázquez.

Una solución: hacer tu propia bandera

Más difícil lo tiene Laura, vecina de Bustarviejo, un pequeño pueblo de la Sierra Norte de Madrid. “Como no vivo en la ciudad, la cosa se me complica. Casi llevo un año buscando una bandera de Palestina que colgar en el balcón, pero me ha sido imposible encontrarla”, precisa. De todas formas, no es el caso de muchos bustareños que este domingo se desplazarán hasta Cercedilla, otra cara de la sierra madrileña, por la que sí pasará La Vuelta, a donde irán cargados de banderas que ondear al viento.

En el mismo Bustarviejo, un grupo de personas que ni siquiera conocían el desabastecimiento de banderas se ha organizado para crear las suyas propias. “Es lo que pensamos habitualmente, conseguir lonas o telas y hacerlas con nuestras manos”, detalla Sara, una de las participantes de la iniciativa. Han participado unas 15 personas que han pintado con los cuatro colores de la bandera dos grandes lonas reutilizadas, que desplegarán en una acción próxima. “Es muy bonito juntarse a hacer este tipo de cosas. Disponemos de un acceso a compras que nunca antes habíamos tenido, pero ese no es el objetivo”, agrega.

Así han sorteado la necesidad de acudir a cualquier comercio para poder tener sus propias banderas palestinas. “No tenemos por qué depender de que nos vendan el material para protestar y reivindicar los derechos humanos”, asevera Sara, quien anima a la gente a visibilizar su solidaridad con el pueblo palestino de cualquier manera. Algo similar han hecho decenas de personas a lo largo de España que, ante la imposibilidad de comprar las banderas, las han pintado o cosido ellas mismas.

No tenemos por qué depender de que nos vendan el material para protestar y reivindicar los derechos humanos

Desabastecimiento más allá de Madrid

La falta de banderas palestinas más allá de las grandes plataformas de venta online no es un problema nuevo. Unai Somoza fue este agosto al festival Canela Party, en Málaga. Entre los artistas que él y su grupo de amigos querían escuchar estaba el dúo Bob Vylan, a quien el gobierno estadounidense revocó el visado después de que el cantante realizara varias proclamas, como “desde el río hasta el mar, Palestina vencerá”, en el festival de Glastonbury. “Queríamos ir con banderas para apoyarles y mostrar nuestra repulsa al genocidio”, comienza a explicar este productor audiovisual de 37 años. Les fue imposible.

Buscaron con resultado infructuoso por asociaciones y bazares de la ciudad, incluso tiendas que se dedicaban casi en exclusiva a la venta de banderas. “Solo encontramos una tienda en toda la provincia, que estaba en Mijas, y a un precio inviable. Era una bandera pequeña y la vendían por 30 euros”, recuerda.

Somoza y sus amistades no estaban solos en esta misión. Junto a ellos había otras tantas personas en busca de lo mismo. “La gente en los bazares nos decía que no sabían muy bien qué pasaba pero que muchísimas personas ya les habían preguntado por la bandera”, desarrolla. Cuando vieron que la única forma de conseguir una bandera palestina era pedirla por plataformas como Amazon, aceptaron su pequeña derrota. 

El mismo problema se le presentó cuando decidió que acudiría este domingo a La Vuelta. Por suerte y casualidad, este último fin de semana cenó en un shawarma, un restaurante donde se cocinan platos palestinos, de Barcelona. “El dueño nos regaló tres banderas palestinas porque decía que no se las cobraba a la gente que apoyaba la causa, así que serán las que llevaremos a la última etapa de La Vuelta”, dice Somoza.

Peor resultado en esta peculiar andadura tuvo Ascen Martínez, vecina de Alcalá de Henares que quería exhibir el emblema en solidaridad con Palestina en uno de los grandes conciertos que tienen lugar en la ciudad complutense. Aquella noche actuaron grupos como Ojete Calor y Ladilla Rusa, y estos últimos terminaron con la proyección de una bandera gigante palestina en la pantalla. Abajo, Martínez no pudo desplegar la suya propia. “El problema estaba en que no quería comprarla en cualquier sitio, sino en alguna asociación que supiera que ese dinero se reinvertiría de alguna forma en la lucha contra el genocidio”, explica esta esteticista de 57 años.

El problema estaba en que no quería comprarla en cualquier sitio, sino en alguna asociación que supiera que ese dinero se reinvertiría de alguna forma en la lucha contra el genocidio

Aunque admite no seguir con asiduidad los eventos deportivos, sí es consciente de toda la oleada de solidaridad que ha despertado La Vuelta a España contra el genocidio que comete Israel sobre Palestina. “Me ha llamado la atención porque era algo nuevo para mí, nunca había visto algo así y me ha gustado mucho que la gente se involucre. A ver qué pasa en Madrid”, añade.

Un producto en exclusiva para los colectivos

La imposibilidad de encontrar banderas palestinas en los espacios de referencia ha hecho que la gente se interese por ellas en otros tantos. Ha sido el caso de Bestiario, una tienda en Vallecas, en Madrid, en donde están especializados en ropa de barrio para gente de barrio, tal y como se describen. “Prácticamente unas 20 veces al día viene gente preguntando que si tenemos banderas, pero nosotros no vendemos, aunque nuestros productos estén totalmente politizados”, cuenta Miguel, uno de los socios de la tienda.

Desde su punto de vista, este tipo de materiales deberían venderlos en exclusiva colectivos y asociaciones para autofinanciarse. “Claro que se pueden vender banderas y demás emblemas en los comercios, pero siempre y cuando el material sea de los colectivos y retornen a ellos las ganancias”, finaliza Miguel quien, un día más, tendrá que repetir continuamente que no tiene banderas de Palestina.