Esta semana ha estado marcada por el 8M, jornada en la que las mujeres vascas conquistaron las calles sin restricciones para reivindicar el fin de la violencia y la universalización de los cuidados. Las capitales y los pueblos se tiñeron de morado en un día de protestas. Además, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha hablado esta semana ya de “economía guerra” por las derivadas de la invasión rusa de Ucrania, de donde ya están llegando refugiados como Oksana Konagina y Kseniia Vynnychenko, que se han recorrido más de 3.000 kilómetros para huir de los combates que habían estallado en Irpín y llegar a Euskadi en busca de refugio. Urkullu se ha reunido con su homólogo valenciano, Ximo Puig, y también ha creado una mesa de crisis similar al Labi para gestionar la llegada de refugiados. Y el Gobierno vasco ha querido felicitar a la población por haber aumentado el número de donaciones de sangre en plena pandemia de COVID-19.