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Feijóo se apoya en el bloqueo político estatal para alimentar la posibilidad de optar a la Xunta por cuarta vez

La bancada del PP aplaude a Feijóo tras su discurso en el debate de política general

David Lombao

Alberto Núñez Feijóo inició su réplica a los grupos de la oposición en el último debate de política general de la legislatura gallega citando los nombres de las personas que han liderado las diferentes formaciones de la izquierda en Galicia, tanto en el Parlamento como orgánicamente, durante la década que ya acumula como presidente de la Xunta. Le salió una veintena. El líder del PPdeG quiso evidenciar así la “inestabilidad” de la que, a su juicio, son sinónimo las fuerzas de la izquierda. Pero evidenció también, queriendo o no, una de sus principales fortalezas en estos diez años: la interinidad, en la mayor parte de estos años, en los liderazgos de unas o de otras fuerzas de la oposición.

Las formaciones de la bancada izquierda se han esforzado durante la sesión, con diferentes planteamientos, en hacer ver que diez años después el proyecto político de Feijóo está “agotado” y que el electorado gallego pide cambio. Más todavía porque en las generales de abril “el 55%” del electorado “votó por las fuerzas progresistas”, evocó el socialista Gonzalo Caballero en su primer gran debate parlamentario como líder de la primera fuerza de la oposición. Lo hicieron con un tono tan marcadamente preelectoral como los mensajes sobre su futuro político con las que Feijóo salpicó las casi ocho horas de debate que acogió este miércoles el Parlamento de Galicia.

El presidente de la Xunta alimentó las posibilidades de optar a la Presidencia de la Xunta por cuarta vez por varias vías durante el debate. Lo hizo, por ejemplo, en la conclusión de su primer discurso. Tras erigir a su Gobierno en “modelo” para España y contrastarlo con la “inestabilidad” del PSOE, el líder conservador manifestó que “lo de menos es el futuro de los que estamos aquí” y “lo de más es que Galicia ha despejado el suyo para los próximos doce meses”, plazo máximo para la convocatoria de elecciones. Pero, también afirmó que el “reto” es garantizar “un futuro cierto” para la próxima década y “las gallegas y los gallegos pueden contar con la Xunta de Galicia y conmigo” porque “no hay mayor honra que servir a Galicia”.

Los rumores sobre el significado de las palabras presidenciales circulaban ya por el Pazo do Hórreo cuando comenzó la segunda parte de la sesión, la del debate en sentido estricto. En ella las cuatro fuerzas de la oposición -PSdeG, Común da Esquerda, BNG y el Grupo Mixto que integran cuatro miembros de En Marea- quisieron presentar sus credenciales en clave de alternativa progresista para 2020 tras la década de Feijóo. Y fue en este punto en el que el presidente de la Xunta se apoyó en el bloqueo estatal para volver a jugar con la posibilidad de optar a la Presidencia otra vez.

“Quieren que Galicia copie la inestabilidad de España”, pero “este Gobierno y yo estamos más que despiertos para que Galicia pueda conseguir sus sueños”, proclamó antes de echar mano de las recientes declaraciones de Pedro Sánchez sobre Unidas Podemos para volver a jugar con el futuro. “Lo que no nos dejaría dormir sería que una oposición cuatripartita se convirtiera en un desgobierno”, pero “como la mayoría de Galicia quiere centralidad y estabilidad, nosotros seguimos comprometidos con Galicia”. Por todo esto, advirtió, “trabajaré todo lo que pueda para que el PP de Galicia saque mayoría absoluta en las siguientes elecciones” gallegas.

De este modo, gota a gota, la incógnita sobre el futuro de Feijóo impregnó el debate. Incluso dejando en segundo plano el anuncio del discurso inicial al que el gabinete presidencial dio más importancia, la gratuidad de las escuelas infantiles dependientes de la Xunta “a partir del segundo hijo” en el año electoral de 2020. Una de las medidas que para Feijóo muestran con claridad que el Ejecutivo del PP tiene “balance, estabilidad y objetivos” para la próxima década, la de la “Galicia jacobea” que “tiene que ser la mejor Galicia de la historia para los gallegos”.

De la visión presidencial discrepa el socialista Caballero, para quien Feijóo se ha quedado en la “foto hecha en 2016”, la de la mayoría absoluta del PP, y no tiene en cuenta la “nueva mayoría social del país” que, “por mucho que les pese”, quiere un cambio por la izquierda. También hace lo mismo Antón Sánchez desde Común da Esquerda, desde cuyo punto de vista la Galicia que “supo resistir” durante la crisis será la que ponga fin a un Gobierno basado en la “propaganda”. También de cambio habla Ana Pontón desde el BNG, para quien “hay otra Galicia posible y mejor” que la aferrada a la sucesión de Años Santos. Y Luís Villares, ahora en el Mixto, quien no encuentra en el PP “ideas ni proyecto”.

Tanto Caballero como Pontón estarán en los carteles electorales de 2020. Por parte de los comunes y de En Marea todo está por dilucidar. En el PP, según lo sugerido este miércoles, parece que las incógnitas ya son menos, si bien es necesario no perder de vista que el contexto del último debate de política general de la legislatura gallega es doblemente preelectoral, porque antes de las gallegas de 2020 están las generales del próximo 10 de noviembre.

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