10 escaladores de la organización ecologista Greenpeace han conseguido burlar las fuertes medidas de seguridad en torno a la cumbre que España y Alemania celebran en A Coruña. Los activistas han conseguido auparse a un edificio cercano al lugar en el que se celebra el evento para colocar una pancarta en la que manifiestan su posición contraria al proyecto de gaseoducto MidCat que apoyan ambos países. La organización ecologista reclama al presidente Sánchez y al canciller Scholz que no se siga invirtiendo en infraestructuras de gas, carísimas y que no solucionan los problemas energéticos de la población a corto plazo. Las inversiones para transportar más gas a Europa son una falsa solución: desvían el foco de la necesaria transición a energías renovables y anteponen los intereses de la industria gasista frente a la necesidades de las personas que van sufrir un invierno con precios desorbitados de la luz y el gas.
Los ecologistas han conseguido colocar su mensaje en una ciudad con más de 400 policías desplegados para garantizar la seguridad en torno a la cumbre. El presidente español y el canciller alemán han reunido hasta a 15 ministros de ambos gobiernos para, entre otros objetivos, ahondar en la posición común frente a la crisis energética acrecentada por la guerra en Ucrania.
“Sánchez y Scholz deben abandonar proyectos de alto coste económico y climático como el Midcat y sellar un compromiso de colaboración para acelerar la transición energética hacia las energías renovables, la eficiencia y el ahorro, que respondan a las necesidades de la ciudadanía y hagan frente a la emergencia climática. España no debe ni puede ser un hub de gas, sino de energía renovable”, ha declarado José Luis García, responsable de Clima en Greenpeace.