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La izquierda gallega multiplica sus contactos para buscar la confluencia en las generales

Encuentro de miembros de algunas de las mareas gallegas, la pasada semana en Santiago

David Lombao

Las mareas vivas son esas que, en más de una ocasión, han provocado que algún turista de interior haya visto cómo el coche que había dejado aparcado en primera línea de playa estaba, al ir a recogerlo, flotando en el mar. Es posible que esta sea una buena imagen para describir lo sucedido en la política gallega en las elecciones municipales. Algunas de las candidaturas de confluencia conocidas como mareas ascendieron tan rápidamente que se llevaron por delante mucho más de lo previsto. Por ejemplo, las alcaldías de A Coruña, Ferrol y Santiago. El resultado de estas formaciones, tan plurales como diferentes entre sí, sirvió de acicate para que, pocas semanas después del 24M, ya surgiesen las primeras voces a favor de la unidad en los siguientes procesos electorales, comenzando por las generales del próximo otoño. Ese escenario ha provocado un estado de efervescencia política que, en pleno verano, tiene a casi todo el espectro político gallego que no abarcan PP y PSOE en plena ebullición.

Este proceso tendrá un punto de inflexión el próximo fin de semana, cuando se celebren las reuniones abiertas convocadas por dos de las plataformas surgidas en los últimos meses para alentar la confluencia: el Encontro Cidadán por unha Marea Galega y Pola Unidade. Los dos se ofrecen como espacios para la confluencia, ofrecimiento que también ha planteado la plataforma Somos Nós, que tiene al exlíder del BNG, Anxo Quintana, como una de sus cabezas visibles. En estos colectivos se mezclan, en mayor o menor medida, nombres de personas procedentes de diversos ámbitos sociales con miembros y afines a las organizaciones políticas que, casi a diario, están manteniendo contactos a múltiples bandas, tales como Anova, BNG, Esquerda Unida, Compromiso por Galicia (CxG) y también Podemos. 

Todas ellas, excepto el Bloque, apoyaron a alguna de las mareas municipales y este es, entre otros, uno de los motivos por los que muchas miradas se han girado hacia la formación nacionalista. Al contrario de lo sucedido en anteriores procesos, en esta ocasión el BNG dio uno de los primeros pasos acordando, apenas un mes después de las municipales, apostar por una candidatura gallega “de amplo espectro” y renunciando para ello as sus siglas. La propuesta, señaló entonces su portavoz nacional, Xavier Vence, se dirigía “a la ciudadanía” y también al resto de fuerzas políticas con el objetivo de lograr una “voz fuerte y soberana de Galicia en el Congreso”. Esta iniciativa, no sin alguna tensión interna, la ha venido manteniendo a lo largo de todo el verano en encuentros con otras formaciones.

Otro de los puntos de inicio de este proceso se produjo apenas dos semanas después del llamamiento del BNG. Durante su visita a Galicia el secretario general de Podemos se sentó a la misma mesa que Xosé Manuel Beiras y Yolanda Díaz, líderes de Anova y EU. Todos los participantes en aquel encuentro aseguraron concidir en el “qué”, pero no en el “cómo”. Las tres formaciones compartieron “diagnóstico”, pero Pablo Iglesias situó como “innegociables” las siglas de Podemos, mientras que la formación encabezada por Beiras y también Esquerda Unida apelaban a la “unidad popular”. Esta, afirmaron, no es posible con la mera incorporación a determinados puestos de las listas de Podemos, partido que, por su parte, ha flexibilizado su postura en las últimas semanas, según las fuentes consultadas.

El escenario actual

Casi dos meses y muchas conversaciones después prácticamente ninguna de las piezas del tablero da nada por cerrado. Los participantes en las conversaciones por parte de Anova reconocen que el entendimiento es más fluído con Podemos y EU, pero subrayan que su objetivo no es, ni de lejos, una coalición, sino la “ampliación” de la “acumulación de fuerzas” que han supuesto las mareas. Un modelo como el de la Marea Atlántica coruñesa es, precisamente, el que llaman a imitar formaciones como CxG, que reclama “protagonismo ciudadano y adscripción individual”.

En este sentido en Anova se considera que las propias candidaturas municipales podrían actuar de “arrastre” para la conformación de un “sujeto político gallego” que no sea “apéndice de una estrategia estatal”, pero tampoco una mera apuesta por la “unidad del nacionalismo orgánico”. En lo que respecta al BNG las fuentes consultadas en Anova subrayan que, aunque el contacto es más frío, “comparten” la apuesta por una candidatura con “personalidad jurídica” propia que pueda dar lugar a un grupo parlamentario gallego en el Congreso -que no sería posible con la fórmula inicialmente propuesta por Iglesias-. El intento de aproximación continuará “hasta el final” porque “todo lo que no sea una candidatura gallega de unidad popular” implicará que “pierde el país”.

Desde el Bloque se suceden también los contactos y también los intentos por acompasar las diferentes sensibilidades que conviven en su dirección, unas más abiertas que otras a, por ejemplo, la relación con fuerzas de ámbito estatal. En este sentido Vence ha venido reiterando en los últimos días que la voluntad de su organización es “sumar a todas las fuerzas, incluso a aquellas que no son nacionalistas”. En esa “candidatura nacional gallega”, señala, deberían poder participar también Podemos o Esquerda Unida. “Lo que no aceptaremos es que algunos pretendan establecer desde Madrid las reglas del juego, no nos someteremos nunca a la arrogancia y prepotencia de ninguna fuerza política estatal”, advierte después de que el 'número dos' de Podemos, Íñigo Errejón, afirmase en una entrevista radiofónica que el posible pacto en Galicia “está en marcha” y que el Bloque “no quiere” participar en él. La “única condición” de partida es “lograr un grupo gallego propio”.

Dadas las circunstancias todo parece indicar que los encuentros del próximo fin de semana servirán, si acaso, para aclarar posturas pero no para cerrar acuerdos. En ninguno de los focos de la posible confluencia se da por “perdida” la oportunidad. La unidad sigue siendo posible, se asegura en casi todas las casas, si bien en alguna de ellas ya se contempla, al menos como hipótesis, la posibilidad de que, finalmente, en Galicia haya, al menos, dos candidaturas a la izquierda del PSOE.

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