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“No era un delincuente; estaba enfermo”, dice la madre del hombre muerto por disparos de la policía en A Coruña

Policías investigan el lugar donde Henry fue abatido por los disparos

elDiario.es Galicia

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Henry Casimiro, el hombre de 34 años que murió de un disparo de un policía en A Coruña el día de Navidad “no era un delincuente, sino un esquizofrénico al que le falló el sistema”. Un universitario que sufrió un brote psicótico y que llevaba un mes sin tomar la medicación. Así lo recuerda su madre, Daysi Esther Casimiro Ferrer, médica forense en Torrejón de Ardoz. Daisy quiere limpiar la memoria de su hijo y, después, llegar al final de lo que sucedió en la actuación policial que acabó con su vida. “Ahora me toca enterrarlo, llorarlo, hacer mi duelo, y después ponerme en pie y luchar por que se haga justicia”, dice. 

En una conversación con La Voz de Galicia, Daisy hace un retrato de su hijo muy diferente al que ha trascendido estos días. Henry estudió en Londres y hablaba cinco idiomas. Vivía con su pareja en Segovia, donde trabajaba como guía turístico. “No era alguien de la calle”. Padecía esquizofrenia paranoide y una discusión le provocó un brote psicótico que lo “descompensó”. Eso lo llevó a subirse a un bus rumbo a A Coruña el 17 de noviembre. Allí sufrió otro brote con estado de agitación y fue trasladado al hospital.

“No lo detuvieron”, insiste Daisy, tratando de desmentir las informaciones que le atribuían antecedentes delictivos. Asegura que todos los incidentes en los que se vio implicado su hijo se debieron a su trastorno psiquiátrico. “Yo lo menos que puedo hacer por él es no dejar que España entera piense que era un delincuente; no lo era, porque jamás en la vida había robado cinco céntimos”.

“¡Ojalá lo hubiesen detenido!”, se lamenta hoy, recordando lo sucedido. “Si lo hubieran llevado a la comisaría... allí estaban todos mis datos y hubiera ido corriendo a A Coruña y lo hubiera ingresado”. Porque, desde el mismo día en que su hijo se fue de casa, Daisy había removido cielo y tierra para tratar de encontrarlo. “Yo puse una denuncia, llamé al 061 veinte veces, mandé por fax los informes de su patología, explicando que tenía esquizofrenia paranoide y que estaba sin medicación, que se me había escapado...”.

Sin embargo, por un “fallo del sistema” que ella atribuye “a la protección de datos”, no le comunicaron que “lo habían detenido al día 22 y lo habían llevado al médico”. “Si lo hubieran metido en el calabozo, me habría enterado y no estaría ahora enterrándolo”. Lo que sucedió fue muy distinto. “La ambulancia lo lleva al hospital y después le dan el alta”. Daisy critica que no hubiesen llamado a la familia antes de dejarlo ir.

“Ese niño era un enfermo y nadie ha hecho nada, lo que ha fallado es el sistema, mis mismos compañeros”, se lamenta la forense. “Lo que ha pasado no debía haber ocurrido, porque llevo un mes pidiendo ayuda y por la ley de protección de datos nadie ha hecho nada”, se lamenta.

El pasado sábado, Henry la llamó por teléfono desde el albergue de la Fundación Padre Rubinos, donde se acoge de emergencia a personas sin hogar y donde “iba a comer”. Ella se quedó “muy preocupada” porque notó que su hijo “se encontraba mal” y telefoneó tanto a la institución como al 061 para explicarles cuál era el problema. También acudió a la policía. “Yo lo único que necesitaba era que lo ingresaran una semana para que lo controlasen y poder ir desde Madrid a buscarlo, porque en el estado en el que estaba no podía llevármelo”.

Pero eso no sucedió. 48 horas después de la llamada, el día de Navidad, Henry golpeó varios coches aparcados en la zona de A Grela con una barra de hierro. Daisy está convencida de que su hijo estaba sufriendo otro brote psicótico tras más de un mes sin tomar su medicación. Varios vecinos primero y después la policía nacional lo persiguieron hasta un descampado donde, según el relato oficial, mantenía su actitud “agresiva”. Los agentes intentaron reducirlo, primero -sin éxito- con un táser. Después, con un arma de fuego. Uno de esos disparos fue el que acabó con su vida. Ahora, la investigación trata de aclarar qué fue lo que sucedió y Daisy ya anuncia que “luchará” porque se haga “justicia”.

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