La oposición le exige a Feijóo transparencia sobre las empresas y proyectos que presenta Galicia para los fondos Next Generation

Los líderes de los partidos de la oposición parlamentaria en Galicia se reunieron este viernes con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, después de meses sin encuentros entre los representantes políticos gallegos y con sus cara a cara limitados a las sesiones de control en la Cámara. Lo hicieron por separado: primero fue el turno de Ana Pontón, la máxima responsable del BNG, y después el del secretario xeral de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero. Ambos le exigieron al jefe del Ejecutivo transparencia sobre el contenido y las empresas que están detrás de los proyectos que el Gobierno autonómico va a defender como candidatos a los fondos de recuperación de la Unión Europea, los Next Generation.

La portavoz nacional del BNG le reclamó a Feijóo que remita al Parlamento de Galicia documentación con todos los detalles sobre estas iniciativas y los nombres de las empresas que los impulsan. Lo dijo al salir de un encuentro que se prolongó unas dos horas y media. Pontón llevaba semanas pidiendo la reunión y la calificó de “cordial y constructiva”.

La Xunta tiene elegidos hasta ahora 354 proyectos, que aspiran a casi 20.000 millones de euros de ayudas. Son los que presentará ante el Gobierno central como candidatos a los Next Generation. Pero el Gobierno gallego mantiene la opacidad en torno al proceso y sigue sin dar a conocer en qué consisten en concreto y qué empresas impulsan la mayor parte de estas propuestas. Pontón, que recibió en el encuentro un documento que no aclara más información, pidió que se trasladen al Parlamento los detalles sobre cuáles son esos planes y quién está detrás de los mismos. “Es una cuestión básica de transparencia”, defendió. La líder de la formación nacionalista insistió en que no se utilicen “para que un puñado de multinacionales hagan caja” y en que la Xunta reclame la gestión directa de los fondos: “Cuando se centraliza algo, Galicia pierde”.

Pontón admitió que no esperaba que este encuentro sirviese para cerrar un “gran acuerdo de país” y acusó al PP de haber dejado esa posibilidad descartada en la comisión para la reactivación constituida en el Parlamento gallego, que no ha concluido aún sus trabajos.

El BNG incluye entre sus demanda reactivar las transferencias de competencias. “No hubo ni una en 12 años”, protestó su portavoz nacional. También defiende un cambio de modelo en la atención sanitaria y en las residencias de mayores. Para dar “credibilidad” a que el Gobierno gallego ha tomado nota de las lecciones de la pandemia los nuevos geriátricos tienen que ser públicos, afirmó. Apuntó que nota “receptividad” en las propuestas para aumentar la protección a las víctimas de violencia machista y el reconocimiento de la violencia vicaria -la que se ejerce contra la mujer a través de otras personas, habitualmente sus hijos-.

Caballero afeó, tras casi tres horas de reunión con Feijóo, la “opacidad” que hasta el momento ha rodeado las propuestas gallegas para los Next Generation, de los que afirmó que sigue sin conocer los detalles. Pidió buscar un acuerdo sobre estas iniciativas: “Estamos a tiempo de hacer un mapa de los proyectos fundamentales”. Y exigió también un escrutinio público de los planes que reciban fondos de la Unión Europea. Su sugerencia es crear una comisión no permanente en el Parlamento de Galicia a tal fin.

El líder de los socialistas gallegos planteó 12 ámbitos en los que buscar acuerdos. En materia sanitaria pidió un refuerzo de la campaña de vacunación y de la atención a la salud mental. En cuanto a economía, defendió que el empleo debe ser “la bandera que marque las prioridades”. Avisó también de que hay una generación de gallegos que ha vivido en épocas de crisis desde la adolescencia y reclamó planes para evitar que emigrar sea su única salida una vez superada la pandemia. El presidente gallego, dijo Caballero, se mostró “receptivo y con voluntad constructiva”.

Solo dos días después de llamar a la oposición “guionistas de culebrón” en el Parlamento por preguntarle sobre la caja B gallega de la que Luis Bárcenas habló ante el juez, Feijóo abandonó el tono bronco y pasó a uno más conciliador. Apenas dirigió críticas a Pontón y Caballero, aunque sí mencionó que le habría gustado que las propuestas de ambos estuviesen más “conformadas” antes de presentárselas y les pidió que no lancen mensajes “contradictorios” sobre si son necesarias más restricciones o una mayor apertura de la hostelería. Los encuentros fueron, a su juicio, “positivos, constructivos, de restablecer la confianza”. Incluso señaló que Galicia podría ser “la excepción al ruido ensordecedor” de la política española actual.

El presidente gallego no hizo referencia a temas concretos en los que ve posibilidad de acuerdo ni anunció cambios en sus políticas. Al contrario: señaló que no hay “una buena agenda de acuerdos”, afirmó que la Xunta seguirá con el mismo protocolo sanitario aplicado desde que comenzó la pandemia porque considera que da resultado, insistió en que Galicia podría administrar 100.000 vacunas diarias si dispusiese de ellas y defendió el modelo de las residencias de mayores porque solo hay una comunidad con menor mortalidad en estos centros a causa de la COVID-19. En cualquier caso, admitió que es “mejorable” y se comprometió a presentar el nuevo modelo para los geriátricos en el primer semestre del año.

Sobre los proyectos candidatos a los fondos europeos, Feijóo se limitó a recordar que este jueves hubo una extensa presentación, en la que el Gobierno gallego no concretó cuáles son las iniciativas ni el nombre de las empresas que impulsan la mayor parte de ellas. Invitó a la oposición a buscar acuerdos en el seno de la comisión de reactivación en el Parlamento para que la gallega sea “una candidatura con más aceptación política”.