Alfonso Rueda no respondió. Y eso que la líder de la oposición, Ana Pontón, insistió en la pregunta en sus dos turnos de intervención. “¿Usted quiere vivir en uno de esos bajos comerciales que nadie quiere?”, dijo. Fue la fórmula que utilizó la nacionalista para sintetizar sus críticas a las políticas de vivienda de la Xunta de Galicia y al clasismo implícito en algunas de esas iniciativas. La adquisición de locales en desuso para convertirlos en viviendas, por ejemplo. “¿En qué está pensando la propuesta, en la gente que necesita una vivienda o en quien tiene un bajo y no consigue alquilarlo?”, añadió. El presidente gallego se defendió con lo obvio, “los locales tendrán exigencia de habitabilidad”, aseguró que se trata “de una opción más” y acusó al BNG de “asustar a los propietarios”. A la cuestión de si él mismo elegiría para vivir un bajo en lugar de un piso no contestó.
Pontón había comenzado la sesión de control parlamentario alertando de la conversión de la vivienda en un bien de lujo. A partir de ese punto, arremetió contra la medida del Gobierno gallego, anunciada por el propio Rueda hace una semana, para “comprar y rehabilitar bajos comerciales en desuso para transformarlos en vivienda pública”. La calificó de ocurrencia y la colocó en contexto. Según la nacionalista, solo en las siete ciudades gallegas hay unos 90.000 pisos vacíos habitables. “Pero Rueda propone adquirir bajos comerciales que llevan años abandonados porque nadie los quiere”, añadió. Y a continuación enumeró algunas ideas sobre otras formas de encarar el problema de la vivienda: que la Xunta ejerza su derecho de tanteo en las viviendas protegidas que salen a la venta, que limite los precios del alquiler, que no obstaculice la declaración de zonas tensionadas.
El Partido Popular gobierna Galicia desde hace 16 años y Alfonso Rueda ha formado parte de todos los gobiernos que, desde entonces, se han sucedido. Pero su discurso no siempre parece casar con ese hecho. “Usted protesta contra la evidencia”, le dijo a Pontón, “la vivienda es la propuesta estrella de este Gobierno”. Lo cierto es que, después de años de políticas desmayadas el respecto y la práctica paralización de construcción de vivienda pública, la Xunta ha cambiado el paso. El presidente gallego repite una y otra vez que al final de la presente legislatura -2028 si llega a término- “doblarán el parque público” de pisos, de 4.000 a 8.000. Solo en el registro de demandantes hay anotadas 22.600 personas. Lo demás fueron ataques a Pontón con tópicos de su repertorio habitual. “Obstruir, destruir, es lo que hacen ustedes. Nosotros construimos” o un “ahora son fascistas los que alquilan bajos, no, señora Pontón”.
De lo que sí se defendió Alfonso Rueda fue de la relación que la portavoz del BNG estableció entre Pablo Crespo, exsecretario de Organización del PP gallego que estos días declara en el juicio por la Gürtel, y él mismo. “Cuando Crespo repartía sobres en B en el PP usted ya estaba en el aparato del partido”, le afeó. Rueda ironizó con un “si esto es todo lo que tiene” y dijo que él era apenas un miembro de Nuevas Generaciones, las juventudes de la formación conservadora.
Rebajas fiscales como “privilegios para las élites”
El careo con José Ramón Gómez Besteiro, portavoz del Partido Socialista, también fue desabrido, aunque por el guión de los últimos meses. Besteiro criticó el proyecto de presupuestos de la Xunta para 2026 -el Gobierno gallego los llevó al Parlamento hace menos de dos días- y sobre todo las rebajas fiscales que incluye. “Esos 796 millones de exenciones, más bien perdones fiscales, benefician a 120.000 gallegos, el 4%. Privilegios para las élites”, dijo. Lo comparó con la partida destinada a la deuda, 1.858 millones, “más que lo dedicado a atención primaria o a política social” y lamentó la negativa del Gobierno gallego a acogerse a la condonación propuesta por el Ejecutivo central, que cifró en 620 millones este año. La respuesta de Alfonso Rueda fue sobre todo una respuesta contra Pedro Sánchez.
“Es usted el presidente del club de fans de Sánchez”, le espetó justo después de, como suele hacer, acusarlo de enunciar “inexactitudes y disparates”. “A diferencia de su Gobierno, nosotros hacemos presupuestos y viviendas”, se ufanó, y volvió a su intención de doblar el parque de vivienda a final de legislatura. El socialista le recordó que en la lista oficial de demandantes de vivienda pública hay 22.600 personas, que las listas de espera en la sanidad pública no bajan y que las resoluciones de dependencia tardan 349 días de media. Y que las cuentas que la Xunta ha preparado para 2026 “no son las adecuadas” para hacer frente a estas realidades. Rueda cerró el debate con otro menosprecio del rival: “Hace críticas en profundidad de unos presupuestos que no conoce y que van a ser históricos”.