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¿Ha llegado la hora de pagar por tener privacidad en internet?

Logo de la NSA creado amodo de crítica por la EFF (Imagen: EFF, Flickr)

José Barreiro Solano

Lo que hace unos años era una cuestión meno, la progresiva pérdida de privacidad en internet, se ha convertido en uno de los mayores problemas de los que navegan por la Red. Sin embargo, pese a que sucesos como el de la NSA nos han vuelto a recordar que nuestros datos personales importan, muchos usuarios aún no han tomado conciencia de la situación y muchas empresas lo están aprovechando.

Hay pocas personas que usen internet y no tengan una cuenta de correo electrónico, un perfil en una o varias redes sociales o una aplicación mensajería instantánea. La mayoría de estos servicios son gratis. Cuando las necesidades no son muy grandes, una versión básica del programa suele resultar suficiente, y si es gratuito, ¿por qué elegir una opción de pago?

Estas empresas ofrecen sus productos sin un coste económico para el usuario, pero puede haber otro tipo de costes ocultos de los que la mayoría de la gente no es consciente, sobre todo en materia de privacidad. Facebook, Google o Microsoft ofrecen herramientas a sus usuarios a cambio de que acepten una pequeña de cantidad de publicidad en sus cuentas. Un 'pequeño precio' que hay que pagar por tener gratis todos estos servicios.

Sin embargo, las sinergias entre empresas y anunciantes tienen como contrapartida que, en ciertos casos, la privacidad del usuario no esté del todo garantizada. Estas compañías tienen acceso permanente a nuestros datos y, si bien suelen avisar de esta circunstancia en las condiciones de registro, a veces se producen abusos.

La privacidad, un tesoro en la red de redes

Prácticamente todas las empresas importantes del mundo de internet han sido objeto de denuncias y críticas sobre temas que afectan a la privacidad de sus usuarios. GoogleGoogle por ejemplo, tuvo problemas cuando se reveló que los coches que toman fotografías para Street View estaban registrando información privada de las redes WiFi de los usuarios. Además, también se han enfrentado en los tribunales con las autoridades de diversos países a cuenta del famoso 'derecho al olvido'. La polémica también saltó a los medios cuando la Agencia de Protección de Datos dijo que la lectura de datos privados de los correos de Gmail para personalizar la publicidad vulneraba la legislación.

La gratuidad de estos servicios los ha hecho muy populares y ha permitido que muchos usuarios puedan acceder a un gran número de herramientas online que sin duda mejoran su experiencia en la Red, pero está claro que el coste real de usar estos servicios no es cero.

Las alternativas, ¿pagar por privacidad?

Aunque la gran mayoría de usuarios se arregla con las cuentas gratuitas, hay otros que prefieren no arriesgarse a dejar sus datos personales en manos de empresas privadas. ¿Qué alternativas hay?

Cuando hablamos de soluciones informáticas, el 'do it yourself' (hazlo tú mismo) suele ser la mejor opción. Comprar un ordenador, montar nuestro propio servidor con 'software' libre, crear nuestra propia cuenta de correo, almacenar nuestros datos en nuestro disco duro... Eliminar intermediarios es la mejor manera de garantizar nuestra privacidad, ya que somos nosotros los que controlaremos todas y cada una de las partes del proceso.

Sin embargo, esto es un engorro para mucha gente, que no tiene los conocimientos necesarios o el tiempo para montar todo esto y prefiere las herramientas que ofrecen las empresas.

Pensando en este tipo de usuarios nacieron proyectos como Lavabit, un cliente de correo electrónico privado y encriptado que hacía las delicias de los másde la privacidad. Y digo 'hacía' y no 'hace' porque el servicio ha sido cerrado recientemente. ¿Su 'delito'?, no querer colaborar con el espionaje pasivo que ha venido realizando la NSA durante los últimos años. Por cierto, Lavabit era también el cliente de correo que usaba Edward Snowden, lo que quizá aceleró las gestiones para presionar a Ladar Levinson, su creador.

Después de tomar la decisión de clausurar el sitio antes que traicionar a sus usuarios, Levinson dejó el siguiente mensaje en la página principal de lavabit.com:

Esta experiencia me ha enseñado una importante lección: sin una acción del congreso o un fuerte precedente judicial, recomendaría encarecidamente que nadie confíe sus datos privados a ninguna compañía que tenga una vinculación física con EEUU.

Las acciones del Gobierno estadounidense están haciendo que ninguna empresa del país esté a salvo del espionaje gubernamental, y menos aún las que ofrecen gratis sus servicios. En el caso de Lavabit, los usuarios (pese a haber cuentas gratuitas) pagaban por tener privacidad. Hemos llegado a un punto en que la privacidad no es un factor que se se da por hecho en internet, si no que tienes que buscártela tú.

¿Se puede navegar de manera privada en la Red?

Hay muchas herramientas que permiten mantener un anonimato absoluto, pero no 100% garantizado. Es decir, técnicamente se puede navegar sin que empresas in Gobiernos puedan identificarte, pero todos esos sistemas tienen vulnerabilidades que pueden ser explotadas, con lo que pese a que puedas conseguir un alto grado de éxito en navegaciones privadas, no hay nada que garantice que nunca jamás podrán espiarte.

Sin embargo, hay muchas maneras de surfear la web, y obviamente unas son más seguras que otras. Pero un usuario que tenga el suficiente cuidado y sepa cómo dejar el menor rastro posible será más difícil de rastrear y espiar.

La pregunta, después de todo es: ¿nos enfrentamos a una era en la que haya que pagar por tener privacidad?

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