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Orbán se abre a pagar la energía rusa en rublos mientras se opone a ampliar las sanciones al gas y el petróleo

El presidente ruso, Vladimir Putin, se da la mano con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en Budapest, Hungría, el 30 de octubre de 2019.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Han pasado 72 horas desde su reelección. Y Viktor Orbán ya ha dejado claro que no está dispuesto a romper con Vladímir Putin. El primer ministro húngaro, en una rueda de prensa con medios internacionales, ha afirmado este miércoles que está dispuesto a pagar con rublos los combustibles fósiles rusos, si así se lo pide Rusia. Y que se mantiene firme en su oposición a extender las sanciones al gas y el petróleo rusos. Además, por si fuera poca divergencia con el resto de la UE, Orbán ha asegurado que le “gustaría” continuar la alianza con China en la llamada Ruta de la Seda, después de que Pekín esté siendo señalado por la UE por su tibieza con la invasión rusa de Ucrania. “Los húngaros quieren paz, han votado a quien puede darles mayores garantías de paz”, ha dicho Orbán al inicio de su rueda de prensa, retransmitida en Twitter por su portavoz, Zoltan Kovacs.

Mientras la Comisión Europea está pidiendo a Moscú que respete los contratos, y los contratos están firmados en euros o dólares, el primer ministro húngaro, el mejor amigo de Putin dentro del Consejo Europeo, ha dicho: “No tenemos ninguna dificultad en pagar en rublos. Si los rusos nos lo piden, pagamos en rublos”.

Pagar en rublos supondría socavar las sanciones de la UE, que precisamente buscan debilitar la economía y la moneda rusa, como es el caso de la congelación de activos del Banco Central de Rusia, por ejemplo, o los embargos comerciales. Y, en eso, Orbán se encuentra solo en la UE.

En lo que no está tan sólo es en las pegas a endurecer los embargos energéticos a Rusia, que los 27 están ultimando para el carbón, dejando fuera el gas y el petróleo. Hay países como Alemania o Austria que, sobre todo, frenan la idea del gas.

“Los polacos quieren extender las sanciones al gas y al petróleo de inmediato”, dice Orbán: “Polonia tiene el mar, puede administrar de alguna manera su suministro de energía. Pero Hungría solo puede obtener energía de los gasoductos: si se imponen sanciones, no habrá ninguna. Hay diferentes intereses húngaros y polacos que no permiten una política común”.

¿Qué quiso decir cuando mencionó a Zelenski como rival en las elecciones? “Tiene la mala costumbre de decir a todos qué hacer. Sería mejor si dejara esa costumbre. Es inusual que alguien en problemas pida ayuda y te diga que lo ayudes, y si no lo ayudas, te regañe”.

Más de 300 diplomáticos rusos han sido expulsados desde la invasión rusa de Ucrania. ¿Planea expulsar a algún diplomático ruso? “No voy a expulsar a nadie por razones políticas. No voy a juzgar a otros países de la UE por hacerlo”.

“En 2009 entendí que Rusia sería parte de la arquitectura de seguridad europea”, ha dicho Orbán: “En este contexto desarrollamos nuestra política rusa en 2010. Todavía no sé exactamente cuánto cambio traerá la guerra, pero algo nuevo está comenzando. Cuando lo veamos, nos sentaremos con las personas que saben cómo hacerlo y diseñaremos la próxima política sobre Rusia”.

Orbán también se ha referido a la carta que ha enviado Bruselas a Budapest activando el mecanismo de condicionalidad por el que los fondos europeos pueden congelarse si hay riesgos para su gestión por problemas en el Estado de Derecho de un país. ¿Qué hará? “Lo más importante es fortalecer nuestra alianza con Polonia. Cooperamos con los polacos para defendernos entre nosotros. Esperaremos hasta que llegue la carta y luego le responderemos. Cualquiera que sea el contenido de esa carta, Hungría no suministrará armas a Ucrania. Y eso se aplica también a la extensión de las sanciones contra Rusia al gas y al petróleo. También es seguro que no cederemos en políticas de género”.

¿Hay una motivación política detrás de la puesta en marcha del procedimiento del Estado de derecho? “Podemos decir que las decisiones de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo suelen estar fundamentadas por motivos políticos de izquierda”.

Sin embargo, según ha insistido la presidenta de la Comisión Europea en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, el problema con Hungría “es la corrupción”.

“Hemos enviado una carta a Hungría con preguntas, que ha respondido”, ha dicho Ursula von der Leyen: “Hemos estudiado las respuestas a esas preguntas. Nuestra conclusión es que tenemos que pasar al siguiente paso. Y por eso el comisario [Johannes] Hahn [de Presupuestos] ha hablado con las autoridades húngaras para informarles de que vamos a enviar la carta de notificación formal para iniciar el mecanismo de condicionalidad. Con esto se inicia el procedimiento que tiene unos plazos definidos”.

Von der Leyen ha añadido: “En el caso de Hungría, lo hemos dejado claro. El tema es la corrupción, hemos discutido con Hungría cuestiones sobre el mecanismo de recuperación y resiliencia, y aquí el requisito son reformas para luchar contra la corrupción”.

Como primer paso, la Comisión Europea envía una notificación formal por escrito al Estado miembro en cuestión, exponiendo los motivos por los que las infracciones del Estado de Derecho afectan o amenazan con afectar el uso adecuado de los fondos de la UE. Hungría dispone ahora de 1 a 3 meses para responder a la comunicación de la Comisión y proponer medidas correctoras. La Comisión decidirá entonces, sobre la base de la información y la opinión del Estado miembro, dentro de un mes más, si propondrá al Consejo de la UE la congelación de fondos.

En tal caso, Hungría tendría de otro mes para dar su opinión de nuevo, en particular sobre la proporcionalidad de las sanciones. La Comisión Europea tiene entonces otro mes para presentar una propuesta al Consejo de la UE para presentar una decisión de ejecución.

Como paso final, el Consejo debe tomar la decisión de congelar los fondos dentro de un mes (en circunstancias excepcionales, dos meses más). Esto requiere una mayoría cualificada en el Consejo (al menos 15 Estados miembros que representen al menos el 65% de la población).

En definitiva, pueden transcurrir hasta 9 meses desde el momento de la notificación por escrito a Hungría hasta que se produzca un bloqueo real de los fondos.

Freno a Polonia

La presidenta de la Comisión Europea, además, ha afirmado que su viaje del 9 de abril a Varsovia no es para aprobar el plan de reformas polaco para los fondos de recuperación, sino para apoyar a los refugiados ucranianos.

“A mediados de julio estuve en el pleno y debatimos las condiciones para el plan de recuperación polaco”, ha proseguido Von der Leyen: “Hablamos de requisitos a largo plazo, es decir, de independencia judicial. Y aquí hay tres requisitos: uno, desmantelar ese Tribunal disciplinario de jueces; reformar el régimen disciplinario; y el proceso para restaurar a los jueces despedidos. Todo esto forma parte de una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE. Siempre hemos sido claros. Hay reformas que uno tiene que acometer. Y luego tenemos las inversiones”.

¿Cómo se puede hacer? “El Gobierno polaco tiene que legislar ante el Parlamento, presentar una ley que cumpla con esos requisitos”, explica la jeda del Ejecutivo comunitario: “Pero no hemos llegado a eso todavía. Que quede claro. Estamos cerca, pero no hemos llegado a eso. Y cuando se cumplan esos criterios, o cuando se apruebe esa ley en el Parlamento, entonces veremos si la ley cumple con el objetivo que permita satisfacer estos requisitos que acabo de mencionar.  De ser así, llegaremos a un punto importante y entonces podemos pasar a la fase siguiente”.

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