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The Guardian en español

La alcaldesa de Boston, símbolo del nuevo poder político en EEUU

Michelle Wu durante la campaña electoral a la Alcaldía de Boston.

Maya Yang

10 de noviembre de 2021 23:04 h

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El 2 de noviembre, los votantes eligieron como alcaldesa de Boston a Michelle Wu, hasta entonces concejala. Esta estadounidense de origen taiwanés de 36 años, que también fue la primera concejala asiático-estadounidense de Boston, será la primera alcaldesa de la ciudad procedente de una minoría racial. También la primera mujer.

“Mientras crecía, nunca pensé que podría o debería participar en política. No veía a nadie que se pareciera a mí ocupando espacios de poder. Estamos redefiniendo cómo luce el liderazgo”, dijo Wu a los periodistas.

Tras una serie de victorias históricas en Estados Unidos la semana pasada, los políticos asiático-americanos tendrán un poder inédito hasta ahora con un número récord de alcaldes y concejales en grandes ciudades como Boston, Seattle, Cincinnati y Nueva York.

Estas victorias suponen un importante paso adelante para una comunidad diversa que históricamente ha tenido una baja representación en los cargos políticos y que en los últimos dos años ha cargado con el peso de una creciente ola de racismo antiasiático impulsado por la pandemia.

En Cincinnati, Aftab Pureval, de 39 años, hizo historia al derrotar al excongresista demócrata David Mann, convirtiéndose así en el primer asiático-estadounidense en ocupar la alcaldía de la ciudad.

Pureval es hijo de madre tibetana y padre indio. En su discurso tras la victoria, dijo: “Cincinnati es un lugar en el que no importa tu aspecto, ni tu procedencia, ni el dinero que tengas. Si vienes aquí y trabajas duro, puedes alcanzar tus sueños”.

Mientras tanto, en Seattle, Bruce Harrell, de 69 años, será el primer alcalde asiático-estadounidense y el segundo alcalde negro de la ciudad.

En Nueva York, cinco estadounidenses de origen asiático han sido elegidos como concejales, el mayor número en la historia del Ayuntamiento. Este grupo, que ha batido el récord, incluye a los primeros coreano-estadounidenses, a los primeros surasiático-estadounidenses y a la primera mujer musulmana en ser elegidos para el Ayuntamiento.

Reacción al racismo

Tradicionalmente, alcaldes estadounidenses de origen asiático y de las islas del Pacífico (AAPI, por sus siglas en inglés) han sido elegidos en lugares con una gran población asiática, como California y Hawái. Sin embargo, el reciente aumento del racismo antiasiático parece haber impulsado a una parte importante de los asiático-estadounidenses a involucrarse más en política. Estados Unidos ha registrado más de 9.000 incidentes antiasiáticos desde el comienzo de la pandemia.

“Lo diferente en las elecciones para la alcaldía es que se trata de un cargo cuyo alcance abarca a toda la ciudad. Para ganar a ese nivel es necesario formar una coalición amplia de apoyo que traspase las fronteras raciales”, dice Sara Sadhwani, profesora adjunta de política en el Pomona College, especializada en política estadounidense y étnica.

Sadwhani señala el aumento del odio contra los estadounidenses originarios de Asia y de las islas del Pacífico como un factor clave para el aumento de la participación política y dice: “La discriminación a la que se han enfrentado los asiático-estadounidenses a lo largo de los dos últimos años durante la pandemia los ha incitado a ponerse en acción políticamente y lo estamos viendo en las personas que están eligiendo presentarse a las elecciones, así como en los votantes de a pie. Cuando los asiático-estadounidenses se sienten socialmente excluidos o discriminados, se produce un mayor activismo político”.

Invisibles

La población estadounidense originaria de Asia y de las Islas del Pacífico es diversa étnica, lingüística y culturalmente, pero está infrarrepresentada en los cargos públicos. Los asiático-estadounidenses e isleños del Pacífico constituyen el 6,1% de la población nacional. Sin embargo, solo representan el 0,9% de los dirigentes electos del país, según la Campaña de Democracia Reflexiva.

Siendo uno de los grupos demográficos que más crecen en el país, los asiático-estadounidenses también sufren de una grave invisibilidad en el sector de la justicia penal. Los surasiático-estadounidenses tienen al menos tres veces más probabilidades que otros inmigrantes de ser deportados debido a condenas penales pasadas.

De los 2.539 fiscales elegidos en todo el país durante 2020, solo seis —el 0,24%— eran de origen asiático. Asimismo, representan solo el 0,07% de los sheriffs de los condados.

Interés y participación

En marzo, después de que un hombre blanco de 21 años asesinara a ocho personas, seis de ellas mujeres asiáticas, en Atlanta, muchas comunidades asiático-estadounidenses buscaron un mayor reconocimiento político a la vez que se movilizaron contra el racismo.

Raymond Partolan, director nacional de APIAVote, una organización no partidista dedicada a promover el compromiso cívico en las comunidades asiático-estadounidenses, habla de la intensidad que presenció en las concentraciones posteriores a los asesinatos.

“Llevo alrededor de diez años trabajando en el ámbito de la organización comunitaria y nunca había visto tanto interés entre los asiático-estadounidenses por involucrarse en los procesos de toma de decisiones que tienen lugar en todos los niveles de Gobierno. Es realmente inspirador”, dice Partolan.

El AAPI Victory Fund, una organización que moviliza a los votantes y candidatos asiático-estadounidenses, apoyó a Wu y a Pureval. Varun Nikore, presidente de la organización, atribuye sus victorias a un efecto dominó surgido gracias a los esfuerzos por fortalecer las comunidades locales.

“Conocer a nuestras comunidades a nivel microlocal garantiza más éxitos a largo plazo porque nos obliga a debatir los asuntos del día a día. Esto proporciona una hoja de ruta para el avance de nuestra comunidad”, dice Nikore.

Rendir cuentas

Sin embargo, a pesar de las actitudes de celebración ante las victorias históricas, algunos siguen mostrándose recelosos ante su posible “participación simbólica”, ya que temen que los estereotipos tradicionales puedan encasillar a los nuevos dirigentes.

“Creo que poner el foco en que Wu sea la primera mujer elegida alcaldesa en Boston hará que se le exija más que a cualquier otro hombre blanco. La gente estará esperando que fracase en lugar de intentar ver dónde puede tener éxito”, dice Yasmin Padamsee Forbes, directora ejecutiva de la Comisión Asiático-Estadounidense de Massachusetts.

Por ello, Forbes insta a la gente a fijarse en lo que dirigentes como Wu y Pureval pueden aportar a sus ciudades y a evaluarlos en función de sus logros, junto con sus plataformas.

“Siempre que elijamos servidores públicos que comparten nuestro origen racial, es importante que les pidamos que rindan cuentas”, dice Partolan. “Los cargos públicos no tienen un pase libre solo porque comparten nuestro origen racial. Tenemos que asegurarnos de elegir a personas que compartan nuestros valores y, una vez que acceden a cargos públicos, animarlos a impulsar políticas que sean beneficiosas para todos”.

No obstante, las victorias de estas elecciones han demostrado ser un gran paso adelante en la representación más diversa en Estados Unidos.

“Necesitamos que miles de estadounidenses de origen asiático y de las islas del Pacífico se presenten a los cargos locales para que así tengan una vía de acceso futura a cargos estatales y, después, a cargos federales en este país”, dice Nikore.

Traducción de Julián Cnochaert.

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