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The Guardian en español

La empleada del FBI que se enamoró del terrorista al que debía investigar

Denis Cuspert, en un vídeo de propaganda de ISIS.

Haroon Siddique

Una traductora del FBI viajó a Siria para casarse con un antiguo rapero alemán convertido en reclutador del ISIS al que supuestamente estaba investigando, según una investigación de la cadena CNN.

Daniela Greene, que advirtió a su esposo de que estaba siendo investigado, pronto empezó a tener dudas, se lo pensó dos veces y volvió a Estados Unidos poco después. Se declaró culpable de hacer afirmaciones falsas respecto al terrorismo internacional y fue condenada a dos años de prisión. Fue liberada en agosto del año pasado.

A Greene, que habla alemán con fluidez, se le asignó investigar al ciudadano alemán Denis Cuspert en enero de 2014. Bajo el nombre de Deso Dogg, Cuspert llegó a hacer de telonero para DMX, estrella musical estadounidense. Pero cambió las canciones de rap por vídeos animando a la gente a luchar con ISIS, convirtiéndose en uno de los reclutadores más importantes de la organización.

Adoptando el nombre de guerra Abu Talha al Almani en Siria, elogió a Osama Bin Laden en una canción, amenazó a Barack Obama con degollarle y sujetó una cabeza humana cortada en un vídeo de propaganda terrorista.

Como parte de su investigación, Greene, de 38 años, mantuvo acceso exclusivo a una de las dos cuentas de Skype utilizadas por Cuspert, de acuerdo con documentos judiciales vistos por la cadena CNN.

“La he liado”

En junio de 2014 Greene afirmó en un formulario de viaje al extranjero —obligatorio para todos los empleados del FBI— que viajaba a Alemania a ver a su familia pero, en su lugar, la traductora voló a Turquía y desde ahí viajó a Siria.

Una vez en Siria se caso con el individuo A, tal y como se nombra a Cuspert en los documentos del tribunal. En correos electrónicos enviados a una persona sin identificar en Estados Unidos en julio, Greene empezó a mostrar señales de arrepentimiento, describiéndose a sí misma como débil y afirmando: “Realmente la he liado esta vez”.

Mientras tanto, Cuspert continuó con sus actividades, de acuerdo con el Middle East Media Research Institute, que afirmó que Cuspert aparecía en un vídeo golpeando un cadáver con una sandalia después de que ISIS tomase el control de los campos de gas en Homs en julio de 2014.

No está claro cómo se enteraron las autoridades estadounidenses de lo que Greene había hecho, pero el 1 de agosto emitieron en secreto una orden de arresto contra ella. Siete días después, tras apañárselas para volver a Estados Unidos, Greene fue detenida.

En diciembre, después de cooperar de forma “considerable, sostenida e importante”, según lo describió el asistente del fiscal Thomas Gillice, fue sentenciada a dos años de prisión.

“Intentó volver a servir a su país”

Al año siguiente, el juez finalmente permitió que algunos detalles del caso, que se había desarrollado a través de una serie de audiencias secretas y archivos judiciales, se hicieran públicos.

En los documentos, Gillice afirma que Greene había “violado la confianza pública, la confianza de las autoridades que le habían aprobado el control de seguridad y la confianza de aquellos con los que había trabajado”. “Y, haciéndolo, puso en peligro la seguridad de nuestra nación”, añade.

Gillice afirmó que su escapada de Siria sin daños había sido “un golpe de suerte o una muestra de la falta de tablas de los terroristas con los que interactuaba”.

Pero, defendiendo una sentencia más suave, Gillice afirmó que la condenada “había intentado enmendar sus errores y, en última instancia, volver a servir a su país”. De acuerdo con los análisis, la condena media de los procesos relacionados con ISIS en EEUU es de 13 años y medio.

CNN ha informado que Greene está trabajando actualmente como azafata en un salón de hotel y ha rechazado hacer ningún comentario por miedo a poner en peligro a su familia. Su abogado, Shawn Moore, describe a su clienta como “una persona con buenas intenciones que simplemente se vio involucrada en una situación que le superaba”.

El FBI ha señalado a la CNN que, como resultado del caso de Greene, ha tomado “varias medidas en diversos ámbitos para identificar y reducir vulnerabilidades de seguridad”.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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