El hombre que desarmó a uno de los autores del atentado de Australia: “No podía permitirlo, tenía que pararlo”

Caitlin Cassidy

16 de diciembre de 2025 09:58 h

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Cuando Ahmed al-Ahmed derribó y le quitó el arma a un presunto tirador en la playa de Bondi, solo pensaba que “no podía soportar ver morir a gente”, afirma su primo.

Menos de un día después, al-Ahmed permanece en estado crítico pero estable en el hospital St George de Sídney. Desde el ataque, este padre de dos niñas pequeñas de 43 años se ha catapultado a la fama internacional con una página de GoFundMe que ya ha recaudado más de 1,3 millones de dólares australianos (735.000 euros) en menos de 24 horas.

También ha sido aclamado como héroe por el primer ministro australiano, el primer ministro de Nueva Gales del Sur y el presidente de Estados Unidos.

Anthony Albanese destacó a Al-Ahmed en una rueda de prensa el lunes, rindiendo homenaje a sus acciones como ejemplo de “la unión de los australianos”.

“Ahmed al-Ahmed... le quitó el arma al agresor con gran riesgo para sí mismo y sufrió graves lesiones como consecuencia de ello, y hoy está siendo operado en el hospital”, dijo Albanese.

El primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, visitó a Al-Ahmed en el hospital y publicó en Instagram elogiando al “héroe de la vida real”.

“Anoche, su increíble valentía sin duda salvó innumerables vidas cuando desarmó a un terrorista con un enorme riesgo personal”, escribió Minns. “No hay duda de que se habrían perdido más vidas si no fuera por el coraje desinteresado [de Al-Ahmed]”.

Al menos 16 personas, incluido uno de los presuntos tiradores, murieron en el tiroteo masivo durante la celebración de Jánuca el domingo por la noche. Las extraordinarias imágenes de la escena muestran a Al-Ahmed corriendo hacia uno de los tiradores, saltando sobre él y arrebatándole el arma de las manos.

Jozay, primo de al-Ahmed, dijo que se estaba recuperando de su primera operación y que le quedaban dos más. “Tomó mucha medicación, no puede hablar bien”, dijo Jozay tras salir del hospital el lunes por la noche.

Otro primo, Mustafa al-Asaad, dijo a la cadena de televisión Al Araby que Al-Ahmed intervino como un “acto humanitario”.

“Cuando vio morir a personas y cómo disparaban a sus familias, no pudo soportar ver morir a gente”, dijo.

“Fue un acto humanitario, más que cualquier otra cosa. Fue una cuestión de conciencia... Está muy orgulloso de haber salvado aunque solo sea una vida. Cuando vio esa escena, gente muriendo por disparos, me dijo: 'No podía soportarlo. Dios me dio fuerzas. Creo que voy a impedir que esta persona siga matando gente'”.

Al-Asaad dijo que su primo era ciudadano australiano de origen sirio, de la ciudad de Idlib. Después de pasar una hora con él el lunes por la mañana, dijo que su primo le había dicho que “Dios le había dado valor” y que no se arrepentía de sus actos.

Los padres de Al-Ahmed, Mohamed Fateh al-Ahmed y Malakeh Hasan al-Ahmed, dijeron a ABC News que su hijo recibió entre cuatro y cinco disparos en el hombro durante el altercado.

“Mi hijo es un héroe. Sirvió en la policía, tiene pasión por defender a la gente”, dijo su padre a ABC.

La pareja había llegado a Sídney desde Siria solo unos meses antes y llevaba separada de su hijo desde que este llegó a Australia en 2006.

La madre de Al-Ahmed dijo a ABC que no dejaba de “culparse y llorar” cuando recibió la llamada en la que le comunicaron que su hijo había recibido un disparo.

“Vio que estaban muriendo, que la gente estaba perdiendo la vida, y cuando ese tipo [el tirador] se quedó sin munición, se la quitó, pero le dispararon”, dijo. “Rezamos para que Dios le salve”.

Según sus padres, al-Ahmed estaba tomando un café con un amigo en Bondi cuando escuchó los disparos. Dijeron que habría hecho cualquier cosa para proteger a cualquiera.

“Cuando hizo lo que hizo, no pensó en los antecedentes de las personas a las que estaba salvando, las personas que morían en la calle”, dijo su padre. “Él no discrimina entre una nacionalidad y otra. Especialmente aquí en Australia, no hay diferencia entre un ciudadano y otro”.

“Realmente es un superhéroe”

Lubaba Alhmidi AlKahil, directora de medios de la Asociación Australianos por Siria, visitó a Al-Ahmed el lunes por la tarde para llevarle una bandeja con comida y un ramo de flores. Dijo que la operación había sido un éxito y que se estaba recuperando, pero que aún sentía dolor.

“Por lo que hizo, realmente es un superhéroe”, dijo. AlKahil no había conocido a Al-Ahmed antes de la tragedia, pero dijo que la comunidad estaba “muy orgullosa” de él.

“Puede que no lo creas, pero mientras veíamos las noticias, muchos de nosotros tuvimos la sensación de que parecía sirio, realmente sirio”, dijo. “Luego descubrimos que era sirio”.

Según ella, Al-Ahmed provenía de una “familia encantadora” que lo rodeaba de cuidados y oraciones.

“Esto no es extraño para un sirio, la comunidad es encantadora, solidaria y tiene fuertes lazos. Hemos rechazado la injusticia y la persecución [en Siria] y no es extraño que uno de nosotros tuviera la sensación de: ”No, no voy a quedarme mirando, moriré para ayudar“”.

Para AlKahil, la profunda tragedia también trajo consigo una sensación de miedo.

“Como musulmanes, cada vez que hay un atentado nos decimos a nosotros mismos: ”Oh, no, la gente dirá que los musulmanes son malos“”, afirmó. “Tenemos miedo de salir de nuestras casas por si nos acusan. Pero nuestra religión es una religión de paz y somos personas muy pacíficas. Esto lo demuestra”.

Traducción de Virginia Sarabia