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ANÁLISIS

“Pausa humanitaria” o “alto el fuego”: el debate sobre los ataques de Israel a Gaza que divide a la comunidad internacional

Ciudadanos de Gaza hacen cola delante de un depósito de agua tras la suspensión del suministro por parte de Israel, el pasado 28 de octubre.

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La mayor parte del mundo está de acuerdo en que la intensidad del ataque israelí contra Gaza está causando un sufrimiento insoportable a la población civil, atacada desde el aire y desabastecida de alimentos, agua y suministros médicos. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el diplomático de más alto rango del país aliado que apoya de forma más incondicional a Israel, transmitió la semana pasada en Tel Aviv un mensaje en el sentido de que hay que hacer más para “proteger a los civiles palestinos” atrapados tras el asedio israelí a este territorio.

Sin embargo, si bien existe un amplio consenso sobre el hecho de que en Gaza hay demasiadas personas inocentes que están muriendo o están heridas, enfermas, hambrientas y sedientas, existen fuertes discrepancias en Occidente sobre lo que debería hacerse para aliviar su agonía y sobre cómo estructurar y describir cualquier interrupción de las hostilidades.

Blinken y los principales aliados de Israel han pedido una “pausa humanitaria”, una interrupción de los combates para permitir la entrada de ayuda humanitaria en el territorio. Destacadas organizaciones humanitarias, expertos de la ONU y otros países han pedido un alto el fuego. También se ha pedido una tregua, una tregua humanitaria, una desescalada, un alto el fuego humanitario y un cese de las hostilidades; una proliferación de términos que ha generado todavía más confusión en este encarnizado debate.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió de nuevo el lunes sin éxito porque, tras más de dos horas de discusiones a puerta cerrada, seguía habiendo diferencias insalvables entre quienes solicitan “pausas humanitarias”, como Estados Unidos, el mayor aliado de Israel; y quienes abogan por un “alto el fuego humanitario”, en una posición también defendida por el secretario general de la ONU, António Guterres. “Hablamos de pausas humanitarias y estamos interesados en buscar un lenguaje en ese sentido”, afirmó después el embajador adjunto de Estados Unidos, Robert Wood, en declaraciones recogidas por la agencia AP. “Pero hay desacuerdos dentro del Consejo sobre si eso es aceptable”.

Un debate más político que jurídico

Todos los términos implican una pausa en los combates para que la ayuda humanitaria, con suministros como agua, alimentos y medicamentos, pueda entrar en Gaza. Las diferencias tienen que ver con cuánto deben durar esas pausas y en qué condiciones deben producirse. Los partidarios de las distintas opciones se han atacado mutuamente con ferocidad, intercambiando acusaciones de complicidad con el terrorismo, crímenes de guerra y asesinato de civiles. Se trata de un debate aún más confuso por el hecho de que no existe una definición jurídica formalmente acordada ni de alto el fuego ni de pausa humanitaria.

“La diferencia entre ambas es más política que jurídica”, afirma Helen Duffy, catedrática de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de la Universidad de Leiden. Lo cierto es que, para muchas personas, el meollo de la cuestión es si el ejército israelí debe seguir atacando Gaza, [donde ya ha matado más de 10.500 personas, según las autoridades gazatíes], y de qué manera, como respuesta a los atentados de Hamás del 7 de octubre en Israel, en los que más de 1.400 personas fueron asesinadas, la mayoría civiles en sus casas, en la calle y en un festival de música electrónica en el desierto.

“Alto el fuego o cese de hostilidades sugiere [un acuerdo] que es, o al menos podría ser, un fin permanente de las hostilidades, y acuerdo de alto el fuego sugiere negociación, por supuesto”, subraya Duffy. “Mientras que la 'pausa humanitaria' envía un mensaje claro de que es temporal y con un único propósito”.

Los que se oponen a un alto el fuego afirman que Israel tiene una necesidad urgente de defenderse de un grupo que ha amenazado con volver a atacar a la población civil, niega el derecho de Israel a existir y ha sido designado oficialmente organización terrorista por países como Estados Unidos y el Reino Unido. “Un alto el fuego ahora dejaría a Hamás en su sitio, capaz de reagruparse y repetir lo que hizo el 7 de octubre”, declaró Blinken en una conferencia de prensa el sábado.

Quienes exigen un alto el fuego afirman que una pausa humanitaria no ofrecería el tiempo y la seguridad necesarios para satisfacer ni siquiera las necesidades básicas de la población civil, teniendo en cuenta la magnitud de los daños, las muertes y las privaciones en Gaza tras un mes de intensos bombardeos. “Consideramos que es imperativo un alto el fuego para poder abordar las consecuencias humanitarias de esta crisis”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry, en declaraciones a los periodistas junto a Blinken.

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional se encuentra entre los grupos que piden un alto el fuego. Los daños sufridos en las infraestructuras y las tuberías de agua a los hospitales, así como la reposición de los suministros médicos y alimentarios, necesitan tiempo y la garantía de que no habrá nuevos ataques durante o después de los trabajos de reparación. “Detener [los combates] unas horas o unos días sería insuficiente habida cuenta de la magnitud de las necesidades en Gaza”, afirma Kristyan Benedict, responsable de respuesta a las crisis de Amnistía Internacional Reino Unido: “Se necesita un alto el fuego negociado y duradero para hacer llegar la ayuda –alimentos, medicinas y agua–, evacuar a quienes necesitan tratamiento médico y reparar las infraestructuras, especialmente los hospitales y refugios que han sido bombardeados. Eso no se puede hacer en cuestión de horas o días: para reconstruir se necesita tener la certidumbre de que no volverán a atacar”.

Benedict añade que cualquier alto el fuego abarcaría a todas las partes, no sólo a Israel, por lo que también protegería a los ciudadanos israelíes de los ataques con misiles procedentes de Gaza.

Además, están los que afirman que una pausa humanitaria debería respaldarse como un primer paso para salvar vidas hacia un acuerdo más permanente. Peter Ricketts, que fue asesor de seguridad nacional del ex primer ministro del Reino Unido David Cameron, afirma: “¿Tiene sentido pedir un alto el fuego? Si se quiere adoptar una posición de principios, entonces sí, desde luego. Si lo que te interesa son propuestas prácticas como primer paso para un alto el fuego, entonces la prioridad será una pausa humanitaria”. El International Crisis Group hizo un llamamiento similar: “La mejor opción ahora es que Estados Unidos y sus aliados presionen a Israel para que detenga los bombardeos, cumpla su promesa de permitir el acceso de la ayuda humanitaria a Gaza y establezca las condiciones para un alto el fuego permanente, incluida la reconstrucción de Gaza”.

Traducido por Emma Reverter.

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