Amnistía Internacional ha anunciado en un comunicado que tiene pruebas de que el Ejército israelí usó fósforo blanco de manera ilegal en sus ataques en el sur del Líbano el pasado 16 de octubre, en la ciudad de Dhayra, un hecho que “debe ser investigado como crimen de guerra”, según denuncia la organización.
“Es más que horroroso que el Ejército israelí haya utilizado indiscriminadamente en violación del derecho internacional humanitario. El uso ilegal de fósforo blanco en el Líbano en la ciudad de Dhayra el 16 de octubre ha puesto en grave peligro las vidas de civiles, muchos de los cuales fueron hospitalizados y desplazados, y cuyas casas y automóviles se quemaron”, ha afirmado Aya Majzoub, directora regional adjunta para el Medio Oriente y el Norte de África de Amnistía Internacional.
En su escrito, Amnistía traslada su preocupación por las “hostilidades transfronterizas en el sur del Líbano”, que han “aumentado significativamente” desde el 7 de octubre, cuando comenzó el conflicto entre Israel y Palestina. “Los bombardeos israelíes en el Líbano han matado al menos a cuatro civiles y a 48 miembros de Hezbolá hasta el momento”, añaden.
El uso de fósforo blanco está restringido por el derecho internacional humanitario y, tal y como recuerdan en el texto de la organización humanitaria, nunca se debe utilizar contra zonas civiles o pobladas.