Consejos para ir a la Expo
@page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } P { margin-bottom: 0.21cm } Todos, o casi todos, conocemos el calor maño en verano. Si a eso le sumamos la escasez de sombras en la Expo de Zaragoza, podemos deducir que la gorra, la visera y el sombrero serán nuestros mejores aliados de la jornada. También debes recordar llevar un bote de protección solar, ya que, a estas alturas, sabemos cómo se las gasta la capa de ozono.
Para llegar hasta allí, lo más rápido es dejar el coche en el aparcamiento norte de la Expo. Te costará 12 euros por día. Hay dos entradas más, la de la Torre del Agua y la del Pabellón Puente. También puedes aparcar el coche en esta última, que se encuentra al sur de la ciudad. Estas dos últimas puertas están enlazadas por el telecabina, que cuesta nueve euros ida y vuelta.
Si quieres información de la Expo tienes tres opciones. Comprarte la guía oficial, que vale 10 euros y que tiene toda la información práctica y somero detalle de cada pabellón, sin valorar ni priorizar. También puedes pedir un plano a los miles de voluntarios que pueblan el recinto. Éstos son gratis. Por último, puedes ir a un pabellón amigo, como el de La Rioja, para que te orienten.
En el caso de los pabellones de España, los que la han visitado aseguran que es muy interesante el audiovisual. En el de Acuario, que quizás sea lo más espectacular de la Expo, es necesaria una entrada con cita previa, que se consigue tras esperar una fila de más de media hora. Las entradas para el Acuario se suelen acabar rápidamente, hacia al mediodía, con lo que habría que hacer nada más entrar, es ir hasta allí para conseguir ese pase.
Algunos también recomiendan el pabellón de Aragón, sobre todo, el audiovisual elaborado por Saura para la ocasión. También el de Navarra, Madrid, Japón y Corea. Tampoco te puedes perder la Torre del Agua, que permite ver el splash, es decir, la espectacular reproducción de un gotón de agua cayendo. El ascenso y descenso es mediante pasarelas que van bordeando la torre de espiral. En total, unos 30 minutos andando, sin posibilidad de atajos o retorno. La versión reducida del recorrido permite ver el splash desde abajo, pero no acceder al nube bar que está arriba.
No hay muchas fuentes, pero hay surtidores, por ejemplo, junto al pabellón del Agua Extrema. El agua de medio litro cuesta 1,5 euros en los quioscos. Los refrescos valen dos euros y, además, hay que comprarse un vaso azul que cuesta otro euro.
En casi todos los restaurantes es necesario reservar, excepto en los de las comunidades autónomas, que hay que esperar, aproximadamente, un cuarto de hora para tener sitio y en los que el precio medio está entre 15 y 18 euros. También hay otro tipo de puestos repartidos por la Expo, donde se puede comer más barato.
0