El 92% de los riojanos con diabetes tipo 2 tiene más de un factor de riesgo cardiovascular
La diabetes de tipo 2 (antes llamada diabetes no insulinodependiente o del adulto) tiene su origen en la incapacidad del cuerpo para utilizar eficazmente la insulina, lo que a menudo es consecuencia del exceso de peso o de la inactividad física. El 90% de los diabéticos del mundo padecen diabetes de tipo 2.
Los síntomas pueden ser similares a los de la diabetes de tipo 1, pero menos marcados. En consecuencia, es posible que la enfermedad se diagnostique años después de su inicio, una vez que ya han aparecido sus complicaciones.
Hasta hace poco este tipo de diabetes sólo se observaba en los adultos, pero ahora también empieza a verse en niños obesos.
El fin de semana pasado, durante las XIV Jornadas de Medicina de Familia de La Rioja, José Luis Torres, médico del Centro de Salud Rodríguez Paterna, ha protagonizado una sesión dedicada íntegramente a la diabetes tipo 2, los hallazgos más recientes en este campo y las estrategias que los médicos de cabecera aplican para detener el aparentemente imparable avance de esta enfermedad.
Los valores de presión arterial, como se ha observado en otros trabajos de investigación, distan mucho de estar controlados en esta población “y eso que un 60 por ciento de los diabéticos toma fármacos antihipertensivos”.
“La diabetes tipo 2 es desde luego un importante problema de salud pública. Se estima que afecta a un 6,5 por ciento de las personas de edades comprendidas entre los 30 y los 65 años y al 17 por ciento de los mayores de 65”, recuerda Torres.
Además, indica que la edad de presentación de este trastorno es cada vez más temprana: “Hay poblaciones específicas, como los inmigrantes de origen sudamericano y pakistaní, en los cuales hemos llegado a diagnosticar diabetes tipo 2 en personas de tan solo 30 años”.
Por otra parte, advierte que uno de los mayores retos a la hora de tratar la diabetes es que en la mayor parte de los casos ésta viene acompañada de otros factores de riesgo cardiovascular a los cuales hay que prestar atención. En el análisis que el propio Torres y sus colaboradores llevaron a cabo sobre una muestra de pacientes repartidos por toda La Rioja, sólo un 8 por ciento de diabéticos estaban libres de otros factores de riesgo cardiovascular. Los pacientes presentan un incremento de riesgo en enfermedad cardiovascular que es entre 2 y 4 veces superior a la del resto de población, un riesgo especialmente acusado en el caso de las mujeres.
El trabajo incluye una valoración de la calidad de la asistencia en función del seguimiento de estas personas en sus respectivos centros de salud (Ver tabla a continuación).
Los investigadores solicitaron a profesionales de 13 centros de Atención Primaria de La Rioja la información de 10 diabéticos tipo 2. De esta forma, se obtuvieron los datos de casi 600 pacientes. Al analizar los factores de riesgo cardiovascular de esta muestra, se observó que el 82 por ciento de ellos padecían además hipertensión, el 66 por ciento superaba los niveles normales de colesterol y algo más del 10 por ciento fumaban de forma habitual.
Los autores recuerdan que “el tratamiento del paciente diabético no debe limitarse únicamente al control de la glucemia, sino que debe abordar el conjunto de factores de riesgo cardiovascular”.
“En el balance anual de avances clínicos ha sido muy importante el debate sobre el control estricto de la glucosa, una estrategia que contaba con estudios a favor, pero también con datos que advertían que podía ser contraproducente en algunos casos”, explica.
“La revisión de todas las pruebas científicas ha venido a dar por bueno el enfoque que la propia experiencia de los médicos de cabecera recomendaba: no es válido en todos los casos, desde luego no en pacientes añosos con una historia larga de enfermedad”, matiza este experto.
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