El langostino no es ecológico
Los ecologistas piden a los españoles que saquen fuera de sus menús navideños a los langostinos, un manjar para muchos paladares que en su opinión, contribuye con la extinción de bastantes especies de peces y bosques de manglar, ecosistemas ricos en especies de aves, peces, moluscos y crustáceos y que generalmente se sitúan en las zonas costeras tropicales.
Además, explican que si la recogida de este marisco se realiza pescando o bien por acuicultura, el descarte de especies, es decir, coger muchos peces a la vez y sólo quedarse con los pocos langostinos del arrastre, tiene un coste muy alto porque se 'desperdician' especies de peces que pueden ser válidas también para el consumo, o bien devueltas al mar.
Los manglares son expiaderos de especies de interés pesquero, así como filtros de la erosión, especialmente en países como Brasil, Guatemala o Ecuador. Con una enorme diversidad biológica, están conformados por árboles tolerantes a la sal y generalmente se sitúan en las desembocaduras de cursos de agua dulce en las zonas tropicales.
La responsable de Educación de Greenpeace, Eva Saldaña, explicó que el langostino es “un lujo” en cualquier momento del año y además en estas fechas se duplica su consumo. “Casi todos proceden del despilfarro de otras capturas de muchas especies y el langostino es lo que se va a vender y a precios muy altos”, indicó.
En este sentido, dijo que todos proceden de la acuicultura o de alta mar, en zonas donde también se destruyen todos los bosques de manglar y que contienen una enorme riqueza. Además, subrayan que hay muchas personas para las que el manglar, su explotación y cuidado, es su medio y forma de vida. “Hay que sacarlo de las mesas, de nuestras casas y reducir el consumo al mínimo. Es una especie icono y clave de destrucción, tanto ecológica como social”, apostilló.
Por su parte, el responsable de Pesquerías de WWF España, Raul García, subrayó que se trata de una de las especies “más conflictivas” porque en su pesca se presentan descartes “altísimos”, especialmente en la zona del Atlántico sur, donde alcanzan cifras de hasta el 80 por ciento.
No obstante, García destacó que algunas pesquerías, aunque “no muchas”, ya han modificado sus artes y en ellas el descarte de otras especies es muy inferior. Además, éstas contienen el sello de sostenibilidad pesquera, aunque precisó que a España no llega este producto.
Finalmente, el responsable de Medio Marino de Ecologistas en Acción, Jorge Saéz, añadió que la acuicultura no supone nada para el mercado occidental, que se encarga de quitar masa a los humedales, por sus condiciones ambientales favorables a la crianza del langostino, para que crezcan y se reproduzcan ahí por poco dinero.
“En España también hay acuicultura de langostinos aunque normalmente se hace en esos países porque es donde lo tienen más fácil las multinacionales, más barato, en mar abierto y en estos habitats tan favorables para su crianza”, concluyó el experto.
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