El sexto título azulgrana cierra un año prácticamente irrepetible
El Mundial de Clubes conquistado frente al Estudiantes argentino ha llevado a la vitrina del FC Barcelona la única copa que todavía no lucía y ha servido para cerrar un año prácticamente irrepetible para ningún club mundial, ya que Pep Guardiola ha guiado a un puñado de futbolistas virtuosos a levantar los seis títulos que podían alzar en 2009, una hazaña forjada a través de la cantera azulgrana y su querencia por el fútbol de toque.
El Barcelona ha recogido en un inmaculado 2009 los frutos de una cosecha cuya semilla se plantó con una decisión tan audaz como arriesgada. En los estertores del ciclo forjado por Rijkaard y Ronaldinho, Joan Laporta decidió situar al frente del equipo a un técnico que solo contaba un año en los banquillos y en Tercera División. 19 meses después, nadie duda de que aquella fue la decisión más acertada del presidente azulgrana en sus más de seis años de mandato. La supuesta falta de experiencia de Guardiola resultó un camelo, ya que el 'noi de Santpedor' conocía mejor que cualquier preparador extranjero de relumbrón los hilos que mueven la casa azulgrana tras pasar 17 años como jugador, desde La Masía hasta la capitanía del primer equipo.
Desde el principio, el joven técnico dio muestras de personalidad y en su primera rueda de prensa anunciaba su intención de desprenderse de tres puntales: Ronaldinho, Deco y Eto'o. Los dos primeros recogieron el guante y abandonaron el equipo rumbo a Italia e Inglaterra, pero el camerunés tiró de orgullo, se quedó y acabó siendo clave, aunque su buen rendimiento no impidió su marcha al Inter un año después.
Porque Guardiola nunca sintió al africano como imprescindible y le sustituyó por Zlatan Ibrahimovic, que llegó a tiempo para ganar las dos Supercopas. El sueco ha encajado a la perfección en el sistema preciosista del Barcelona, enraizado en tres futbolistas que si lo han ganado todo, encumbrados a los primeros puestos en la clasificación del 'Balón de Oro' con la excepción de Cristiano Ronaldo: Messi, Xavi e Iniesta. De la mano de los tres 'bajitos' en ataque, con Víctor Valdés en portería, Puyol y la revelación del año, Piqué, como centrales, y Alves y Abidal por bandas y Henry recuperado para la causa, Guardiola generó un equipo base que asombró al mundo por su excelente juego. Lejos de debilitar, el elogio agrupó al equipo, que en apenas dos semanas recogió la primera parte de su cosecha: Copa del Rey (13 mayo), Liga (16 mayo) y Liga de Campeones (27 mayo).
Con el único retoque importante del delantero titular, el Barcelona ha continuado metiéndose títulos al zurrón, concretamente los tres que tenía derecho a disputar como triple campeón. Tras ganar en una semana Supercopa de España (23 agosto) y Supercopa de Europa (28 agosto), hoy ha cerrado con el exótico Mundial de Clubes.
La mejor muestra del rodillo azulgrana pasa por una revisión de sus rivales importantes en los últimos doce meses. El Barcelona ha superado en sus cinco duelos a los otros dos equipos españoles que siguen este año en 'Champions', Real Madrid (3) y Sevilla (2), y ha extendido su dominio a Europa, donde ha derrotado a clásicos de la talla de Bayern de Múnich, Manchester United o Inter de Milán. Precisamente su solvencia en los momentos álgidos es una de sus armas.
Así, el guión del Barcelona ha puesto un punto y aparte en Abu Dhabi dejando para el recuerdo un ramillete de momentos que salpicaron su gran año, como el 2-6 del Bernabéu, el gol de Iniesta en Stamford Bridge o la explosión de Pedro. El menudo delantero canario personifica a la perfección el año redondo del Barcelona: un canterano que ha marcado goles en las seis competiciones.
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