'Es muy fácil hacer interesante y entretenida la historia'
España 1808. El país vive sumido en una importante crisis institucional, económica y social. Ha perdido su privilegiada posición mundial tras la derrota de Trafalgar (1805); el Motín de Aranjuez obliga a Carlos IV a abdicar en favor de su hijo Fernando VII; las tropas napoleónicas convierten su entrada consentida en una ocupación en toda regla… Muchos son los acontecimientos que se acumulan a comienzos del siglo XIX en España. Su importancia es incuestionable, pues “conforman el sustrato del momento en el que vivimos; constituyen la puerta de entrada a nuestra época, al mundo actual”.
Estas palabras pertenecen al historiador riojano J. Gregorio Torrealba. En su nueva obra, Año 180. Guerra y Revolución, ha intentado acercar al público estos hechos de una forma accesible, ágil y entretenida. Como el mismo autor explica éste es el objetivo de la colección de la editorial Laberinto en la que se incluye este libro. “Es preciso un mayor esfuerzo de divulgación, aligerar la lectura manteniendo el rigor, con objeto de motivar la reflexión e invitar a los lectores a profundizar en otras obras”, matiza Torrealba.
Para el historiador natural de Logroño, 1808 determina la concepción de España como Estado-Nación, aspecto que llega hasta nuestros días. En su obra también se detiene en el enfrentamiento entre Francia e Inglaterra por la hegemonía mundial — “El centro de la explicación no puede pivotar sólo en los asuntos internos”, explica— y en el drama de la población durante la Guerra de la Independencia. También deja una reflexión en el aire: “de la misma forma que Francia trató de exportar su revolución a España, ahora se insiste en llevar la democracia a Irak sea como sea”.
TRAYECTORIA
Se trata de la primera obra de divulgación Gregorio Torrealba, que con anterioridad ha publicado ensayos e investigaciones sobre temas más especializados en publicaciones de historia. “El resultado”, reconoce, “es mucho más gratificante, pues ha consistido básicamente en transmitir todo mi entusiasmo”.
Torrealba, que en la actualidad imparte clases de historia en un centro de Secundaria, insiste en que cada vez es mayor el interés del público por los temas históricos. No obstante, destaca la notable diferencia con respecto a Francia e Inglaterra. La culpa en parte la atribuye a los historiadores —“somos un poco pesados”, ironiza—, al tiempo que añade que se debe hacer un mayor esfuerzo divulgativo. “Hacer interesante y entretenida la historia es muy fácil”, concluye.
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