Estados Unidos entra en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Estados Unidos ha conseguido sacar adelante su candidatura para formar parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU durante los próximos tres años. Este éxito implica un gran cambio en cuanto a las posturas internacionales de la primera potencia mundial, ya que la anterior administración del ex presidente George W. Bush no reconocía al citado Consejo.

167 Estados apoyaron la candidatura estadounidense en la votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aunque solo eran necesarios 97 votos del total de 192 para que la iniciativa prosperara. En la Asamblea se elegían 18 integrantes del Consejo de Derechos Humanos, de los cuales ingresaron por primera vez, junto con Estados Unidos, Bélgica, Hungría, Kirguistán y Noruega.

China, Arabia Saudí o Rusia fueron algunos de los reelegidos en la votación de la Asamblea.Como representantes de América Latina se mantuvieron los escaños de Cuba, México y Uruguay, y salieron del Consejo de Derechos Humanos los países de Azerbaiján, Canadá, Malasia, Malawi y Suiza.

La candidatura estadounidense ha sido anunciada por la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y su embajadora ante la ONU, Susan Rice el pasado 31 de marzo. Alegaron presentarse a la elección para que el organismo fuera más efectivo en la promoción y protección de los Derechos Humanos. En palabras de la embajadora: “quienes sufren abusos y opresión necesitan que este organismo sea más equilibrado y creíble”.

Al finalizar la votación, Susan Rice manifestó su satisfacción y declaró que tanto el Gobierno como el pueblo estadounidenses están muy comprometidos con el respeto a los Derechos Humanos. Habló a su vez de las imperfecciones del organismo en el que su país acaba de entrar, considerando que que no ha mostrado todo su potencial para lo que Estados Unidos pretende trabajar y contribuir desde su interior.

El Consejo, que sustituyó a la Comisión de Derechos Humanos, fue creado el 15 de marzo de 2006 en una votación de la Asamblea General en la que se opusieron Estados Unidos, Israel, Palau e Islas Marshall, y se abstuvieron Bielorrusia, Irán y Venezuela. Su objetivo principal es abordar los asuntos relacionados con las violaciones de Derechos Humanos y hacer recomendaciones al respecto.