Lo prometido...
Los 500 militares que mantenía el Gobierno australiano en la base de Talil, en Nasiriya (sur de Irak), han culminado la operación de repliegue, cumpliendo así con la promesa electoral del recientemente elegido primer ministro australiano, Kevin Rudd, cuyo partido (el laborista) se comprometió a retirar las tropas de Irak en caso de lograr la victoria en las elecciones del pasado 24 de noviembre. En principio Australia mantendrá dos aviones de vigilancia y un buque militar como parte misión aliada.
Un portavoz militar británico indicó desde Basora que la retirada estaba en curso, pero un representante del gobernador de la provincia de Dhi Qar explicó que dicha retirada se había completado ya, y que las tropas estadounidenses habían reemplazado a las australianas.
El Gobierno de la coalición liderada por el Partido Liberal de John Howard fue uno de los más decididos aliados de Estados Unidos y uno de los primeros países en comprometer el envío de tropas a Irak tras la invasión. Además de las tropas de tierra, Australia envió aviones y buques militares para la protección de las plataformas petroleras iraquíes del Golfo Pérsico.
Sin embargo, desde que las autoridades iraquíes de la provincia de Dhi Qar asumieran la responsabilidad sobre la seguridad, los aproximadamente 515 militares del grupo de combate australiano se han dedicado a labores de formación y apoyo a las tropas iraquíes.
El jefe del Estado Mayor del Ejército australiano, el general de la Fuerza Aérea Angus Houston, explicó en febrero que a pesar del repliegue de las tropas de primera línea, Australia mantendrá dos aviones de vigilancia marítima y un buque militar para labores de patrulla en la zona de las plataformas petroleras, así como un pequeño contingente de seguridad y oficiales de enlace.
El portavoz británico afirmó que los civiles australianos que se encuentran en Irak adiestrando a nuevos policías y asesorando al Gobierno iraquí también seguirán en el país.
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