La nueva Ordenanza de Terrazas que esta tramitando el Ayuntamiento de Logroño elimina el concepto de “actividad complementaria” como se regulaba en todas las anteriores ordenanzas de la ciudad. Esto ha despertado las críticas del vecindario, que advierten que “ninguna ordenanza del país, vigente o en trámite, contempla que sean una actividad principal y denomina todas ellas como ”secundaria“ o ”complementaria“”. El reconocimiento de las terrazas como actividad principal era la principal demanda del sector hostelero en sus alegaciones.
Para el vecindario, la modificación del Artículo 1 de la ordenanza es “extraordinariamente sustancial” puesto que las terrazas dejarían de ser complementarias para convertirse en principales, al igual que el interior de sus locales, lo que significa, según denuncian, “consagrar la ocupación desmedida y el regalo a precio de saldo del suelo público de la ciudad”.
“El Ayuntamiento, aprovechando la tramitación política de la ordenanza en connivencia con VOX ya aumentó en media hora los horarios sobre los que propusieron los técnicos en su borrador inicial, ya ha eliminado las limitaciones de superficie modificando los metros útiles de los locales por metros reales aprovechando una enmienda del PSOE, incluidos cocinas y almacenes, y ahora, con la eliminación del concepto de terraza como actividad complementaria y no principal, sigue al dictado las demandas de la patronal del sector, de la FER y del ocio nocturno”, denuncia la asociación vecinal.
Demanda Casco Antiguo, que solicitó una reunión con el alcalde y los técnicos municipales para aclarar esta cuestión y recordarle su obligación de restringir horarios y ruidos en las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE) como el centro histórico, lamenta que Conrado Escobar no tuviera tiempo para atender a sus vecinos. En todo caso, la asociación exige al alcalde que “dé la cara ante sus ciudadanos y explique por qué las terrazas han dejado de ser actividad complementaria con la tramitación política de la nueva ordenanza, por qué han aumentado y los horarios y superficies y por qué no se ha atendido ni una sola enmienda para proteger a los vecinos que viven dentro de una ZPAE”.
“Se está actuando de forma absolutamente irresponsable, incluso pensamos que delictiva, y Demanda Casco Antiguo, como su propio nombre indica, no va a parar hasta que los jueces garanticen un derecho fundamental, como es la inviolabilidad de los domicilios”, advierten.
La asociación vecinal Demanda Casco Antiguo ha presentado ya alegaciones a la Ordenanza de Terrazas de Logroño. En ellas defienden que “la ocupación del espacio público para el uso de locales privados debe ser considerado un complemento extraordinario, no fundamental, a la actividad económica que realizan dentro de sus locales. Es decir, la instalación de terrazas es un suplemento excepcional, no un derecho en propiedad”.
En cuanto a los hoarios, reclaman el cierre de terrazas a las 0:30 horas los fines de semana y a las 23:30 horas los días laborales, con un descuento adicional de una hora en las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE). El vecindario considera que en las plazas, parques, bulevares o calles peatonales no podrá ocuparse más del 40% de la anchura de su superficie para terrazas, mientras el 60% tiene que quedar libre para uso y disfrute de la ciudadanía y en el caso de ZPAE reducen el porcentaje para terrazas al 30%.
“En el caso de mantener el criterio de proporcionalidad de superficie de terraza con el interior, proponemos que se tenga en cuenta la superficie útil, no la total, tal y como se contemplaba en el borrador original”, explica el vecindario, que cree que “el uso de la superficie total significa consagrar prácticamente para el 95% de locales de la ciudad el máximo de 100 metros. En el caso de las ZPAE, si estos saliera adelante, el máximo en todo caso sería de 80 metros”.
Las alegaciones taambién solicitan que aquellos establecimientos que ofrezcan servicio de terraza deberán tener apagada la música mientras atienden a clientes en los exteriores del local“, así como la obligación de guardar todo el mobiliario en los establecimientos correspondientes, incluso con limitación del número de mesas a la capacidad de almacenaje del propio establecimiento como sucede en ciudades cercanas como Vitoria o Bilbao.