Más de 35.000 flagelados en Malasia desde 2002

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Amnistía Internacional (AI) ha pedido al Gobierno malasio que ponga fin a las flagelaciones después de que tres mujeres fueran azotadas recientemente por haber mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio, en aplicación de la ley islámica (la 'sharia'). Asimismo, la organización precisó que desde 2002 han sido azotadas más de 35.000 personas, gran parte de ellas, inmigrantes extranjeros, y que la mayoría de estas condenas han sido dictadas por tribunales civiles y no por tribunales islámicos.

El ministro del Interior de Malasia, Hishammuddin Hussein, anunció este miércoles que el pasado 9 de febrero tres mujeres musulmanas habían sido azotadas con una vara en una prisión de las proximidades de Kuala Lumpur. Las mujeres, junto con cuatro hombres, habían sido declaradas culpables de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Los tribunales de la 'sharia' tienen competencia para juzgar a los musulmanes en asuntos como el denominado derecho de familia. Se trata de la primera vez que se aplica la flagelación a mujeres en Malasia.

“La flagelación con vara de estas tres mujeres sólo es la punta del iceberg”, afirmó la directora adjunta del Programa para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional, Donna Guest. “Desde 2002, las autoridades malasias han sometido a esta pena a más de 35.000 personas, en su mayoría no malasias, por delitos relacionados con la inmigración”, agregó.

La mayoría de las condenas a flagelación han sido impuestas por tribunales civiles y no por tribunales de la 'sharia'. Las enmiendas introducidas a la Ley de Inmigración en 2002 establecen la flagelación por delitos relacionados con esta área legislativa, lo que ha hecho aumentar su uso. En junio de 2009, el Gobierno malasio anunció que, desde que entraron en vigor las enmiendas, había condenado a 47.914 inmigrantes a esta pena.

“Epidemia de flagelaciones”

“Estos miles de casos indican la existencia de una epidemia de flagelaciones con vara en Malasia”, prosiguió Donna Guest. “El Gobierno malasio tiene que abolir esta pena cruel y degradante, para cualquier infracción”, agregó.

Según Amnistía Internacional, la flagelación con vara puede infligir un gran sufrimiento físico y las secuelas y cicatrices duran meses. “Este castigo corporal constituye un trato cruel, inhumano y degradante que está prohibido terminantemente por el derecho internacional consuetudinario de Derechos Humanos”, manifestó Guest.

La última condena a ser flagelada que ha sido objeto de polémica es la de la mujer musulmana Kartika Sari Dewi Shurkarno, a la que el Tribunal Superior de la Ley Islámica de Pahang (el estado más grande de los que se encuentran en la península malasia) condenó en julio de 2009 a seis azotes de vara y el pago de una multa tras declararse culpable de consumir alcohol en el bar de un hotel en diciembre de 2007. Hasta la fecha no se ha ejecutado su condena.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, de Naciones Unidas, establece en su artículo 5 que “nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.

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