Miremos quién bailaba
La primera pregunta que me surgió cuando encendí la televisión para ver el programa de Telecinco , a parte de cuál es el sentido de la vida, fue si éste se grabo antes o después de la operación estética de La Esteban . En los ensayos la chica no lucía muy bien. Parecía, dentro de su carácter abierto de extrarradio y su elegancia choni, ajada y melancólica; como cansada de la vida. Sus ojos daba la impresión de que miraban hacia atrás y la boca se le hundía en la barbilla. Pero el maquillaje hizo sus efectos cuando se presentó en la
gala, resaltando el colorete y los brillos de su rostro los milagros no muy persistentes de la cirugía. Y lo hizo mal. Bailó muy mal. La que peor. La mezcla de mala coordinación y nervios hicieron que pareciera que estaba a otra cosa; ella ponía empeño y cara de circunstancia, y contaba mentalmente los pasos; pero los pasos tardaban un rato en llegar a las piernas. Un despropósito. Parecía que estuviera bailando una raíz cúbica en vez del charlestón de la Durcal que le tocaba. Pero bueno, a la hora de la verdad, cara a cara con el jurado, echó alguna que otra lagrimilla diciendo que ella lo llevaba bien, pero que se ponía muy nerviosa enfrente de sus eminencias, (tan poco acostumbrada como está a tener público observándola), y que por eso el desbarajuste. Los del jurado estuvieron de lo más comprensivos. No pasa nada cariño, te queremos mucho, tú puedes. Aquí hacemos como que no ha pasado nada y ya verás qué bien la semana que viene.
Antes de Belén bailó Miguel Ángel Nadal , un futbolista retirado que debió dejarse toda su potencia de defensa central en los terrenos de juego, porque acabó hecho polvo. No podía ni hablar, respondía con jadeos al jurado inmerso en litros de su propio sudor. Ese pasodoble casi lo mata. Pero tal monumental esfuerzo mereció la pena, lo hizo muy bien, seguía muy bien el ritmo de la música y ejecutaba todos los movimientos con soltura y convicción. El jurado le dio muy buena nota, y alabó su evolución.
El Sevilla , que salió al escenario con moños en el pelo con los colores de la bandera de España, (no lo hacía tan patriota), hizo un baile robótico. A pesar de su corpulencia resolvió con agilidad el percal y se alzó con 41 puntos.
Edurne lo hizo muy bien, a mi modo de ver, pero el jurado criticó su falta de expresión y de motivación, aduciendo que ella podía dar mucho más. Unas tanto y otras tan poco. Para Belén todo es comprensión y entendimiento, a pesar de no haber dado ni una, y a esta chica, que realizó un baile estupendo, la ponen a caer de un burro.
Y el que mejor lo hizo fue el Míster Mundo Juan García , con un quickstep de lo más vistoso, dando saltos de acá para allá del plató, que, dicho sea de paso, debe medir como tres o cuatro campos de fútbol de lo inmenso que parece. El jurado alabó su baile y le otorgó 36 puntos.
Después salió una señora que hablaba con pinta de tener mucho dinero y se pasó los ensayos rellenando el espacio con su egocentrismo. Se llama Carmen Lomana y es millonaria de oficio. Pero la verdad es que, para tener 102 años, se la veía muy guapa y muy ágil bailando música disco . Desde luego que el pilates, el yoga tántrico, el bótox y las benzodiazepinas hacen una combinación mágica. A pesar de su esfuerzo y elasticidad sólo consigue 30 puntos.
Víctor Janeiro entusiasma al público, parece como si hubiera cortado dos orejas, todo el mundo le grita ¡torero! Nombre, además, de la canción que bailaba, y le aplaude a rabiar. Bailó un chachachá muy bien bailado, porque el jurado le dio 38 puntos. Al final fue el ganador de la edición.
Y Helen Lindes , que estaba guapísima por cierto, lo hizo muy bien a mi modo de ver. Pero el jurado le dijo que no convencía, que no transmitía nada. El jurado es demasiado exigente con según qué personas y muy benevolente con según qué otras.
Y sólo cabe apuntar una noticia de interés. RTVE presentó una demanda a Telecinco por usar el nombre de “Mira quién baila” para su programa, alegando que era de su propiedad. El caso es que Televisión Española ha ganado el caso y ahora Telecinco ha de cambiar el nombre. Al no poder utilizar tampoco las siglas MQB, Telecinco le ha dado la vuelta a la tortilla y ha nombrado al espacio MQB-Más Que Baile, aprovechando el tirón de las siglas y conectándolas al nuevo título que, más o menos, expresa lo mismo.
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