No va más
Ha llegado la hora de la verdad. El derbi arrancará a las 17.00 horas y dos horas después todo habrá acabado. Es lo efímero del fútbol. Toda una semana hablando de un partido para que todo lo dicho y escrito no tenga más valor que el de la tinta o el papel consumido. Pero, eso sí, puede convertirse en el punto de inflexión definitivo para uno de los dos contendientes si el empate, el resultado que dicen las estadísticas más se da en este tipo de choque, no se adueña del marcador.
Y es que dos horas después de que el navarro Eusebio Sáenz de la orden correspondiente para que arranque el partido, dos horas después de que tanto Rafa Sáez como Agustin Abadía dispongan sobre el verde (cada vez menos) a los 22 protagonistas, dos horas después de que la afición ocupe su sitio en las gradas y dos horas después de que en el palco no haya representación del Logroñés (así lo ha asegurado Hortelano), unos estarán de fiesta y fuera del descenso y otros, recurrirán al analgésico de la próxima jornada.
“Es un partido especial”, aseguran tanto Abadía como Rafa Sáez. Ellos también serán protagonistas desde el túnel de vestuarios y el banquillo, respectivamente. Y es que, 19 partidos después de que ambos clubes se vieran las caras en el choque de ida (1-1) el oscense y el gallego se han convertido en el salvavidas blanquirrojo y rojiblanco tras las destituciones de Setién y Balta.
En lo puramente deportivo el choque se prevé intenso. Tomi y Eneko son las bajas, ambas del Logroñés, para un choque en el que las ausencias poco importan: “La motivación hace que quien salga haga olvidar las ausencias”, sentencia Rafa Sáez. “La opción por la que optemos lo hará francamente bien”, dice Abadía.
Una coincidencia que se puede extender prácticamente a todas las cuestiones que sobre el derbi se les plantee. “El partido se juega en el campo, no en la grada”, “los objetivos a largo plazo producen frustración”, “sólo pensamos en ganar el partido del domingo”.... ¿Todas? Afortunadamente no. El juego de unos y otros apenas comparten similitudes más allá de que se desarrolla sobre el mísmo escenario y el mismo número de efectivos.
Abadía es reticente a elogiar al rival o a catalogar su juego, pero Sáez sí. “Es un equipo menos 'jugón' que antes. Con Abadía ha ganado consistencia defensiva, carácter y agresividad. Menos estético, pero más práctico”. Frente a eso el gallego apela a la “generosidad” de los suyos.
Dos formas de entender el fútbol, dos entrenadores diferentes, dos equipos rivales, dos clubes incompatibles y dos horas para cerrar la semana del derbi.
0