Recuperación y elecciones

La recuperación en Haití, tras el terremoto del pasado 12 de enero, sigue siendo lenta y difícil. Reconstruir el país podría costar más de 11.000 millones de euros según el Banco Interamericano de Desarrollo, algo que no asegura tampoco una mejora de la calidad de vida de los habitantes del país más pobre de América Latina.

Frente a esta realidad, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, abogó este martes porque Haití celebre en cuanto las condiciones lo permitan las elecciones legislativas como paso esencial para lograr la estabilidad y la legitimidad del Gobierno del país caribeño.

“Aseguré al presidente Preval que Estados Unidos trabajaría con la comunidad internacional para celebrar elecciones en cuanto sea apropiado”

, afirmó Clinton, en rueda de prensa tras reunirse con el presidente haitiano. Los comicios estaban inicialmente fijados para el pasado 28 de febrero.

Preval, que ya aseguró que no extendería su mandato más allá de lo previsto (febrero de 2011), afirmó que lo conveniente es “evitar que exista un Gobierno provisional que no tenga legitimidad”. En este sentido, reconoció ante los periodistas que no había tiempo que perder, aunque rechazó dar un posible calendario para la celebración de elecciones parlamentarias.

“Antes de que abandone [el cargo] debe haber un Parlamento y un nuevo presidente. Tenemos casi un año para lograrlo”

, añadió, con la confianza de que se lograría evitar la “catástrofe” que supondría una autoridad provisional. Queda por aclarar, además, si se mantendrá la fecha inicialmente fijada para las presidenciales y se celebrarán estos comicios el próximo mes de noviembre.

Por otro lado, representantes de la comunidad de las Naciones Unidas se han reunido en la sede de Organización en un acto de tributo que recordó uno a uno a los 101 trabajadores caídos en el terremoto de Haití.

“Conmemoramos la mayor pérdida en la historia de la ONU”, dijo el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. “Llegaron a Haití de todos los rincones del mundo. Sin embargo, compartían una convicción: la creencia de que el pueblo de Haití podría tener un futuro mejor, y la voluntad de ayudar a construirlo”, dijo Ban.

Agregó que pese a que la ONU siente gran tristeza, lo que más siente es gratitud a la comunidad internacional, a los equipos de rescate, a los trabajadores humanitarios y a los gobiernos que están determinados a ayudar a Haití a que se recupere.