Retenidos en los Centros de Internamiento
Uno de cada diez inmigrantes retenidos el año pasado en los nueve Centros de Internamiento para extranjeros [CIE] existentes en España, tuvo que ser puesto en libertad por agotar el plazo máximo de detención previa a la expulsión. Este plazo se fija actualmente en 40 días.
Un total de 26.032 extranjeros pasaron en 2008 por alguno de estos centros, donde se retiene a los inmigrantes en situación irregular mientras la Administración gestiona su expulsión del territorio. De ellos, 2.761 tuvieron que ser puestos en libertad porque los trámites de repatriación se extendieron demasiado.
El setenta por ciento de los extranjeros pudo ser repatriado, de modo que 18.308 inmigrantes abandonaron España tras pasar por estos centros. Los CIE que han registrado un mayor volumen de internamientos el año pasado fueron el de El Matorral, con 5.430 inmigrantes retenidos en algún momento del año. Le siguió el de Hoya Fría, por donde pasaron 5.031 extranjeros. A la cola se situaron las instalaciones de Valencia con 1.925 personas retenidas, e Isla de las Palomas, que sólo se utiliza cuando el centro de Algeciras se desborda y que recibió 714 internos.
En cuanto a las puestas en libertad por vencimiento del plazo de retención, el CIE de Málaga fue el que alcanzó las cifras más altas. A lo largo del año pasaron por allí un total de 2.410 inmigrantes y 1.234 cumplieron los 40 días de internamiento. En total, este centro tiene una capacidad para 85 hombres y 25 mujeres.
La Fiscalía de Extranjería recoge las apreciaciones sobre el estado de los CIE, y denuncia que existen dos centros que “que no reúnen las condiciones mínimas de funcionamiento por lo que deben ser sustituídos por otros o remodelados profundamente”, como es el caso de los centros de Algeciras y Málaga.
Los aspectos preocupantes de estos centros son, según la fiscalía, el “aspecto aparentemente insalubre de las instalaciones”, con paredes y techos cubiertos de moho, señala “problemas de construcción o vejez del edificio”, acusa la “falta de mantenimiento” y, en cuanto a su funcionamiento, apunta que “ha carecido de servicios sociales durante largos periodos de tiempo en los que los internos han estado privados de un derecho legalmente recogido en la Ley de Extranjería”.
En cuanto al centro de Málaga, el Fiscal Delegado de Extranjería denuncia que “los incidentes entre internos están a la orden el día, derivados de la peligrosidad de los mismos y de las carencias estructurales que presenta el centro”, donde no están separados los extranjeros con delitos penales de quienes sólo tienen la falta administrativa derivada de su situación irregular. Además, añade el fiscal, “se han producido tentativas de suicidios”.
“El Centro de Internamiento de Málaga produce sensación cada vez de más precariedad y no resulta propio de un Estado moderno. Cada día resulta más difícil justificar su estado”, explica el informe, en el que se reivindica la promulgación de una ley orgánica que regule el funcionamiento de estas instalaciones así como las condiciones mínimas que deben reunir.
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