“Se empieza a notar una recuperación, aunque lejos de las cifras de 2007”
¿Cuál es la tendencia del sector en los últimos meses? ¿Se va notando una recuperación?
Los últimos datos que tenemos de tasas anuales, que es como hay que evaluar la evolución del comercio, son de octubre de este año y muestran un comportamiento positivo. En La Rioja, hemos pasado a ser la tercera comunidad en cuanto a la variación anual de ventas, con un aumento en las ventas de un 6,3 por ciento con respecto al año pasado. En cuanto a nivel de empleo, La Rioja ha crecido 2,1 puntos en tasa anual. Por tanto, los indicadores económicos muestran que el crecimiento en el consumo empieza a despuntar y hay un índice de confianza mayor en el consumidor que se empieza a notar. Por supuesto que no recuperamos los niveles del 2007, hemos tenido unas caídas continuas en el nivel de consumo y ventas, pero ahora parece que se ha tocado techo y se empieza una recuperación, todavía leve y muy lejos del nivel de 2007.
La Rioja está por encima de la media nacional.
La Rioja, después de Baleares y Galicia, es la tercera en la que más aumentaron las ventas y en empleo también es la tercera, así que tan mal no está. Es una ciudad reconocida con una importancia comercial y un comercio excelente. Además, hay muy poca fuga de gasto a otras comunidades y tenemos capacidad de atracción. Siempre somos referencia de comercio de calidad, con una buena atención al cliente y es un comercio valorado.
El empleo aumenta, pero ¿se trata de empleo temporal?
La inmensa mayoría del comercio minorista es un comercio que está sustentado por autónomos, aunque en campañas de Navidad aumentan las ventas y se incrementa la contratación de personal, pero, a efectos globales, más del 76 por ciento de los contratos son empleos indefinidos.
Esta época del año es especialmente importante para el sector, con las campañas de Navidad y rebajas.
Alrededor del 20 por ciento de la cifra de ventas anual se hace en Navidades. El pistoletazo de salida se dio con el Black Friday, que salió muy bien y hay comentarios positivos de los comerciantes en cuanto a ventas, y con el puente de la Inmaculada, que también tuvo un comportamiento positivo. Esperamos y confiamos que esas previsiones se asienten en la campaña de Navidad. Y después se empieza el periodo de rebajas, que se liberalizó y ya no está sometido a una fecha concreta. Creemos que la tendencia de elevar el consumo tendrá su repercusión también en las rebajas. En 2007 el gasto medio por persona estaba en 124 euros, el año pasado estaba en 67/70. Este año, los estudios hablan de que puede haber incrementos de un 5 o u 6%, lo que está lejos de las cifras de 2007 pero muestra el inicio de una lenta recuperación. Siempre hay que tomarlo con cautela, porque hay muchas circunstancias externas que inciden, pero esta tendencia muestra que algo se está moviendo y hay algo más de ilusión, de expectativas y de confianza por parte del sector. Y no hay más que verlo en el esfuerzo que se hace en los escaparates, la iluminación de navidad, o las campañas de fidelización...el comercio es un sector competitivo que se ha sabido ir adaptando.
¿Cuáles son los principales retos que el sector ha tenido que asumir para adaptarse a los nuevos tiempos?
El sector del comercio es un sector que está sufriendo una transformación brutal porque, independientemente de la crisis, tiene que atender la nueva evolución del consumidor. La mujer se ha incorporado al mercado laboral y hay que flexibilizar horarios para compatibilizar la vida laboral con el ocio y las compras. Además, han irrumpido las nuevas tecnologías. Las ventas online, que están teniendo ritmos de crecimiento del 20 por ciento anual, la incorporación de gente joven al sector, la inmediatez para las compras que implica el uso del móvil...todo esto está suponiendo una revolución en el sector, que cada vez se va a tener que ir adaptando más. El comercio que no se adapte y se suba a este carro, que va muy rápido, tendrá sus dificultades.
Junto a ello, parece que se va volviendo al centro de la ciudad, sobre todo las grandes enseñas, reconociendo las virtudes que tiene el comercio de dar vitalidad a la ciudad y cercanía al consumidor. Y también hay sinergias con respecto al turismo. Hay un turismo de compras en las ciudades y son dos elementos, el comercio y el turismo, que tienen que interactuar.
Para ello, los comerciantes tienen que reciclarse y formarse. Y es ahí donde surge la Cátedra de Comercio.
La Cátedra de Comercio se inició en el año 2010, fruto de la colaboración del Ayuntamiento de Logroño, la Universidad de La Rioja y la Cámara de Comercio, para poder dar referencia experta y formativa a los comerciantes, desde un punto de vista práctico, incidiendo tanto en el establecimiento comercial como en el cliente. Para ello, tiene varios ejes de actuación: la formación, con cuestiones prácticas que les puedan servir de utilidad y aplicabilidad, como la psicología comercial, para saber reaccionar ante los distintos tipos de consumidores. Otro eje es la investigación, para estudiar cómo funcionan los hábitos de consumo, y un tercero, la difusión de conocimientos, protocolos y resultados. Todo ello está funcionando francamente bien y se está haciendo una labor importante.
¿Podríamos decir que los comerciantes riojanos han sabido adaptarse al nuevo escenario que ha supuesto la crisis?
La crisis ha afectado a todo el mundo, pero el sector del comercio la sufre en primera línea. En la Cámara hacemos nuestras encuestas de coyuntura y todavía aparece como el primer factor que está frenando la marcha y desarrollo de los negocios la debilidad de la demanda, la falta de consumo. Todavía hoy, en menor proporción que antes, sigue siendo el primer factor. La crisis ha sido muy dura porque ha bajado las ventas desde 2007 hasta el año pasado, que fue el primero positivo en todas las comunidades y en todos los formatos comerciales. Ya empieza a haber un cierto incremento, que se inició el año pasado, y esperamos que se consolide. Se hicieron medidas de ajuste, se suprimieron pagas extras para un colectivo que tenía mayor garantía de un puesto estable, se subió el IVA, que afecta directamente al consumo, y al sector del comercio todo esto le afectó mucho. La recuperacion hay que verla con confianza pero todavía con muchas incertidumbres, por lo que hace falta ser cauto. Estábamos enfermos con 40 de fiebre y ahora hemos bajado a 38, pero todavía para llegar al 36.5 nos falta mucho.
¿Está resistiendo el comercio de ciudad frente a las grandes superficies?
El comercio de ciudad resiste el envite. Las nuevas tecnologías iniciden en la forma de consumo, pero también se busca por parte del consumidor un comercio cada vez más especializado y las grandes enseñas en centros comerciales están tomando posiciones en el centro de la ciudad. Al final, se ve que el centro aporta mucho al comercio y el comercio está resisitendo. Aquí en Logroño, también en Haro con el enoturismo o en Arnedo con el calzado, hay centros comerciales abiertos donde hay asociaciones que colaboran por tener bonitas sus zonas, hacer actividades de dinamización y aprovechar también lo que tienen los grandes. Un centro comercial reproduce la plaza del pueblo de una forma artificial. En la ciudad, no tengo que reproducir nada, sólo acoplar las disciplinas de dinamización que pueden tener los grandes. Y al final hay que equilibrar los dos formatos porque consumidores hay para los dos. El comercio en el centro de las ciudades y el minorista tienen una salud todavía importante.
En este sentido, es importante la colaboración con los distintos Ayuntamientos.
Nosotros en Logroño tenemos un convenio con el Ayuntamiento y tanto el Consistorio como la Cámara aúnan esfuerzos para apoyar a un sector vital, que en La Rioja representa el 7,5 por ciento del PIB, con cerca de mil empleos, el 60 por ciento de ellos en Logroño. Además, aparte de la importancia económica que tiene, da otros valores, como contribuir a tener una ciudad transitable, agradable, iluminada y viva. La Cámara y el Ayuntamiento estamos echando el resto para intentar imposular y apoyar el comercio de ciudad. Para ello, se hizo un convenio con un punto de referencia: Logroño Punto Comercio, donde se da información, opinión, asesoramiento y apoyo al comercio de forma individual y a las asociaciones de comerciantes, y se impulsan actividades de dinamización. Además, decimos con orgullo que el primer Black Friday que se hizo en España surgió en Logroño y Logrostock también fue la primera feria del outlet que se hizo en España.
¿Los clientes perciben estos esfuerzos? Se han realizado campañas como la del Cliente Misterioso para recabar sus opiniones.
El Cliente Misterioso surgió fruto de ese convenio con el Ayuntamiento, para saber el esfuerzo que está haciendo el comercio por los ciudadanos. Ya llevamos seis ediciones y más de medio millar de comercios se han apuntado voluntariamente. Consiste en que una persona que no conoces te visita el local y te evalúa 64 puntos, desde el punto de vista de atención al cliente y de la propia imagen del comercio (limpieza, decoración, escaparatismo...) y la conclusión es que tenemos un comercio excelente. La última edición, salió una media de 86 sobre 100. Se ve que hay una preocupación por mejorar porque siempre que se ha sacado una convocatoria para evaluar a los comercios se han cubierto cien establecimientos por año, cincuenta este año porque ya se empezaban a repetir.
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