Sin colorantes ni conservantes pero con selenio
Para la responsable del proyecto, Margarita Pérez, se trata de una investigación “muy ambiciosa”, ya que pretende convertir el champiñón en una fuente orgánica de selenio y evitar la adición química de este mineral.
El proyecto, que cuenta con financiación del Gobierno riojano, trata diseñar y desarrollar métodos de cultivo para obtener champiñones enriquecidos con selenio y demostrar que pueden ser capaces de prevenir o reducir el riesgo de enfermedades crónicas y degenerativas, incluidos varios tipos de cánceres.
El selenio, por su alto poder antioxidante, ha generado mucho interés en investigaciones médicas y nutricionales y, más recientemente, en la industria alimentaria.
Margarita Pérez también sostiene que severas deficiencias en selenio están asociadas a varias patologías relacionadas con ciertos cánceres y enfermedades virales.
Los champiñones contienen entre una y dos partes de selenio por millón sobre materia seca, lo que los convierte en una buena cantidad de este mineral.
Una ración de champiñón fresco de unos 100 gramos contiene aproximadamente el 15 por ciento de la cantidad diaria recomendada de selenio.
Sin embargo, según los investigadores, se ha demostrado que estas cantidades de selenio no son suficientes como para convertir el champiñón en fuente orgánica de selenio.
Para realizar el proyecto, el Centro Tecnológico de Champiñón de La Rioja se centrará en el estudio del contenido de selenio en las distintas fases de cultivo y en la producción de champiñón enriquecido en selenio por adición a la tierra.
En paralelo, la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la dirección de Cristina Soler Rivas, ya ha comenzado a identificar con pruebas “in vitro” si los extractos de los champiñones pueden tener actividad anti tumoral, o actividad reguladora del sistema inmune o si tienen capacidad antimicrobiana y antiviral.
La previsión, explica Margarita Pérez, es que los primeros resultados publicables de esta investigación puedan estar a finales de 2008.
Una vez realizadas las pruebas biológicas, se pretenden trasladar a los humanos y comprobar, incluso, cómo cambian las propiedades del selenio cuando el champiñón se cocina e, incluso, en el proceso de la digestión.
Los resultados de este proyecto permitirán potenciar el consumo del champiñón a través de su difusión, en especial de sus propiedades beneficiosas para la salud y en la prevención de algunos tipos de cánceres.
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