Vino y mosto españoles llegarán en 2008 a los 40 millones de hectolitros

La cosecha española de vino y mosto ascenderá en la vendimia de este año a 40,4 millones de hectolitros, lo que supone el 1,4% más frente a los 39,83 millones de hectolitros

de 2007, según estimaciones facilitadas por la Confederación de Cooperativas Agrarias de España (CCAE).

Fuentes de las Cooperativas españolas explicaron que este volumen no significa una gran variación respecto al año anterior, a pesar de que algunas regiones vitivinícolas importantes como la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Aragón experimentarán mermas del 16,7,el 20 y el 30%,

respectivamente.

Esto se explica, detallaron desde CCAE, porque Castilla-La Mancha, la gran región productora española -aporta más de la mitad de la producción al balance vitivinícola nacional- tendrá este año casi dos millones de hectolitros más frente a la vendimia de 2007, año en el que las tormentas de mayo afectaron a muchos viñedos, sobre todo en la parte central de esa comunidad.

En la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Aragón el descenso de producción se ha debido a un cuajado irregular por corrimiento de flor, debido a las persistentes lluvias de mayo, así, por ejemplo, las variedades más afectadas han sido la bobal en la zona valenciana

de Utiel-Requena y la garnacha en Aragón.

La vendimia, que ya se ha generalizado en Castilla-La Mancha, ha finalizado en Andalucía y está a punto de hacerlo en Extremadura, y no empezará hasta finales de mes o comienzos de octubre en zonas como Castilla y León, La Rioja o Navarra.

Con unos 15 días de retraso sobre el año anterior, la vendimia vuelve a sus épocas normales de recolección, de hace unos cinco años, ya que las temperaturas más benignas a lo largo del año, sobre todo un verano más templado, no ha provocado un adelanto en el estado de maduración, como sí se experimentó estos últimos años.

Respecto al estado sanitario de la uva, en líneas generales es muy bueno, ya que apenas ha habido enfermedades reseñables, a excepción de pequeños brotes de mildiu, pero que se han controlado bien debido, precisamente, a que la época de lluvias se ha alargado

y los viticultores tuvieron más cuidado en prevenir la enfermedad.