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Metro de Madrid examinó en noviembre el amianto de una estación tras el derrumbe de una bóveda para descartar riesgo de exposición

Metro cortó una línea 13 horas para descartar riesgo de exposición a amianto en una estación. Archivo

Sofía Pérez Mendoza

El desprendimiento de una bóveda de la estación Duque de Pastrana puso en alerta a Metro el pasado 28 de noviembre. Siguiendo con los protocolos marcados por ley, contrató los servicios de una empresa especializada para que analizara si el suceso había provocado la liberación de amianto presente en el techo vencido.

La operación de comprobación y reparación se prolongó durante 13 horas, tiempo durante el que estuvo cortado el servicio en la línea 9 entre las estaciones de Colombia y Plaza de Castilla. Tras hacer las mediciones pertinentes, se descartó el riesgo, y se abrió la estación de nuevo al público tras repararse la infraestructura, confirman fuentes de Metro a eldiario.es.

Los sindicatos explican con más detalle que el material identificado era fibrocemento, un compuesto formado por cemento y polvo de amianto que puede estar en las bóvedas de más estaciones. “Se desalojó la estación y vino una empresa que certificó que había ese material y procedió a crear una zona de aislamiento para no proyectar partículas. Una vez se aseguran de que no hay riesgo de exposición, la estación se vuelve a abrir”, explica José Ignacio Rodríguez, delegado de Prevención de Riesgos Laborales de CCOO.

UGT y CCOO indican que, siguiendo el protocolo de seguridad, se retiraron dichas placas, extremo que no confirma Metro, que solo asegura que “no se produjo desprendimiento de amianto”. Rodríguez, de CCOO, apunta que el tiempo de suspensión del servicio se prolongó por esta circunstancia, que obliga por ley a la intervención de una empresa registrada en RERA, el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto.

Como Metro no lo está, se cumplió el protocolo legal que pasa por pedir los servicios de estas compañías autorizadas para la manipulación de la sustancia. Fuentes de la empresa pública de transportes aseguran que el corte de circulación se prolongó durante el tiempo que se tardó en retirar los escombros de la bóveda y hacer la reparación.

Metro no informa del número de estaciones

A raíz de este episodio, los representantes de los trabajadores en el Comité de Seguridad y Salud de Metro (un grupo mixto formado por empresa y sindicatos) pidió a Metro una relación de estaciones con revestimientos de amianto en su infraestructura como primer paso para ir retirándolos. “La dirección todavía no nos ha dado respuesta. Y esta información debería estar en la memoria de calidades de cada estación. Sospechamos que está en las estaciones antiguas y, teniendo esa información, podrían acometerse obras para quitarlo”, señala Teo Piñuelas, de UGT.

El viceconsejero de Transportes, Vivienda e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Jesús Valverde, ha confirmado que la Consejería está trabajando y colaborando con la Inspección de Trabajo para terminar de actualizar los protocolos de actuación y definir los mapas para tener mejor identificados los puntos donde hay amianto y evitar riesgos. Valverde ha admitido que el material se encuentra en “casi todo” lo fabricado antes de 2002, pero insiste en que no existe peligro siempre que no se manipulen los componentes.

El responsable político ha sido preguntado por esta cuestión tras conocerse que hay al menos un trabajador diagnosticado de cáncer a causa de una exposición prolongada a este material en su empleo en mantenimiento de piezas de escaleras mecánicas. Los sindicatos aseguran que hay al menos otro caso, aunque todavía no se le ha reconocido administrativamente la enfermedad como laboral.

Sobre el trabajador con la enfermedad laboral reconocida, Valverde ha justificado que trabajó en Metro “hace décadas” y que su exposición al amianto se produjo antes de la prohibición del uso de este tipo de material en 2003. Esta normativa, sin embargo, no obligó a retirar el material de las infraestructuras que ya lo incluían. Según los expertos, el riesgo se produce cuando existe una exposición directa por inhalación de fibras desprendidas si se manipula o se rompe.

Amianto en piezas de los bajos de los trenes

Ante la posibilidad de que se den estas circunstancias, CCOO asegura que lleva un año pidiendo a Metro un plan que “garantice la eliminación del 100% del amianto”. “Exigimos que haya una operación desamiantado para suprimir todos los posibles riesgos, que exista un plan con una fecha de finalización sobre el papel”, afirma Rodríguez.

Todavía no han logrado ese compromiso por parte de la empresa pública, que no va a retirar el material de forma automática. Fuentes de Metro explican que se está intentando identificar las piezas que pueden tenerlo para estar alerta cuando haya que manipularlas “haciendo formación con los trabajadores”.

De momento se ha localizado en unos pequeños “componentes eléctricos” que están en los bajos de los trenes de las líneas 1,6, y 9 y con los que no tienen contacto los viajeros. Las series de convoyes que pueden tener estos revestimientos, la 2.000 y la 5.000, son las más antiguas y se irán retirando de la circulación cuando “acabe su vida útil”, no de golpe, confirman las mismas fuentes.

Desde hace unos meses, la plantilla de Metro está pasando reconocimientos médicos específicos para descartar que les haya pasado lo mismo que a sus compañeros diagnosticados. Según datos de CCOO, 300 empleados ya se han sometido a las pruebas con resultados normales.

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